Con frecuencia los medios de comunicación recurrimos a la carrera espacial que iniciaron Estados Unidos y la Unión Soviética en los años 50 para ilustrar la pugna que mantienen actualmente en el ámbito de la computación cuántica China y Estados Unidos. No cabe duda de que estos dos son los países que más ruido están haciendo, pero en esta disciplina no son en absoluto los únicos que tienen algo que decir.
Liderar en computación cuántica, o, al menos, tener una base tecnológica sólida en esta disciplina, es importante porque es probable que a medio plazo marque la diferencia no solo en el ámbito de la investigación científica; también en telecomunicaciones, economía o en el muy sensible terreno de la criptografía, entre otras áreas críticas para muchos países.
España está a punto de inscribirse oficialmente en esta carrera. A finales del pasado mes de octubre el Gobierno anunció la puesta en marcha del proyecto Quantum Spain, al que destinará 60 millones de euros durante los próximos tres años. Su propósito es tener preparado un ordenador cuántico de 20 cúbits en 2025.
No cabe duda de que es una buena noticia. Al fin y al cabo, de alguna forma hay que empezar, pero esta relativamente comedida inversión nos coloca muy lejos de los países que ya están lanzados en una carrera que promete tener un impacto directo en la capacidad de ejercer influencia que tendrán las grandes potencias. Y en la que, por el momento, Estados Unidos y China van en cabeza.
Estados Unidos
IBM, Google, Intel y Honeywell son las empresas estadounidenses que ya tienen ordenadores cuánticos funcionales con una capacidad interesante como entorno de pruebas e investigación. Además, el Gobierno de este país, consciente de lo importante que es liderar en computación cuántica, está respaldando económicamente a algunos centros de investigación con el propósito de distanciarse de su más inmediato perseguidor, que no es otro que China. El procesador cuántico de 127 cúbits que ha presentado IBM hace unos días es el último hito alcanzado por una empresa estadounidense en esta disciplina.
China
Este gigantesco país asiático ha alcanzado una velocidad de crucero envidiable en lo que se refiere al desarrollo de sus tecnologías cuánticas. En junio de 2020 consiguió transmitir un mensaje cifrado que no podía ser comprometido entre dos estaciones terrestres separadas por una distancia de 1120 km utilizando el entrelazamiento cuántico.
Lo último que ha logrado ha sido subir el listón de la supremacía cuántica utilizando el procesador superconductor Zuchongzhi, que tiene 66 cúbits. No se sabe cuánto dinero está invirtiendo el Gobierno chino en las tecnologías cuánticas, pero podemos estar seguros de que es una cifra que muy pocas grandes potencias pueden asumir.
Australia
Este extenso y relativamente poco poblado país también está decidido a no dejar escapar la oportunidad de colocarse en la punta de lanza de la computación cuántica. Y es que su Gobierno ha aprobado invertir aproximadamente un máximo de 2500 millones de euros para estimular el desarrollo de sus tecnologías cuánticas. Esta capacidad de inversión coloca a este país en la misma órbita en la que, como estamos a punto de ver, se sitúan los países europeos punteros, como Alemania o Francia.
Alemania
Este país centroeuropeo alberga una de las instituciones de investigación más prestigiosas en física y tecnologías cuánticas: el Instituto Max Planck de Óptica Cuántica alojado en Garching, una localidad apacible situada a pocos kilómetros de Múnich. Su división teórica está liderada desde hace veinte años por el físico español Ignacio Cirac, uno de los padres fundacionales de la computación cuántica y al que tuvimos la ocasión de entrevistar hace pocos meses. Pero esto no es ni mucho menos todo. Este año el Gobierno alemán ha decidido invertir 2000 millones de euros para impulsar el desarrollo de esta disciplina y poner a punto dos nuevos ordenadores cuánticos.
Francia
El plan que ha elaborado el Gobierno de Emmanuel Macron persigue consolidar la posición de Francia en el pelotón de cabeza del desarrollo de las tecnologías cuánticas. De hecho, la cantidad que va a invertir este país le va a permitir pisar los talones a Alemania en esta área. Durante los próximos cinco años el estado dedicará un total de 1000 millones de euros a esta partida, pero a esta cifra hay que sumar los 800 millones de euros que pondrán las empresas, los fondos europeos y los grupos de inversión. El montante final rozará la nada despreciable cifra de 1800 millones de euros.
India
A principios de 2020 el ministro Nirmala Sitharaman anunció que el Gobierno había decidido invertir nada menos que 1240 millones de euros durante los próximos cinco años para favorecer el desarrollo de un ecosistema sólido de tecnologías cuánticas. ¿Su propósito a medio plazo? Tener preparado un ordenador cuántico funcional de 50 cúbits en 2025. No está pero que nada mal.
Reino Unido
La apuesta de este país para favorecer el desarrollo de la computación cuántica viene de lejos. De hecho, fue el primer estado europeo que puso en marcha una estrategia firme que perseguía contribuir al desarrollo de las tecnologías cuánticas, allá por el ya algo lejano 2013. Desde entonces el Gobierno británico ha invertido cerca de 1200 millones de euros en esta disciplina, y a medio plazo planea incrementar los recursos que destina a esta área hasta que alcancen el 2,4% de su producto interior bruto.
Rusia
A pesar de la relativa opacidad que está mostrando este país en todo lo que tiene que ver con las tecnologías cuánticas tenemos pistas que reflejan con claridad su esfuerzo para evitar que China, y, sobre todo, los países occidentales con Estados Unidos a la cabeza, se impongan en esta área. En 2020 el Gobierno ruso decidió invertir 700 millones de euros en el desarrollo de las tecnologías cuánticas, y también ha confirmado la creación de un Laboratorio Nacional de Cuántica que respaldará no solo a las universidades y las instituciones que se dedican a la investigación, sino también a las grandes corporaciones y las empresas emergentes.
Canadá
Este país norteamericano también quiere tener algo que decir en el ámbito de la computación cuántica. Su Gobierno ha aprobado invertir cerca de 320 millones de euros durante los próximos siete años en el desarrollo de sus tecnologías cuánticas, un músculo económico que en esta área lo sitúa en el pelotón de los países que se toman la computación cuántica muy en serio. IBM ha formalizado una alianza con la Universidad de Sherbrooke, en Quebec, para afianzar su presencia en este extenso y relativamente poco poblado país.
Japón
Aunque en esta área está haciendo relativamente poco ruido, este país asiático ha establecido alianzas con algunas empresas estadounidenses, como IBM, para afianzar su posición en la carrera por la computación cuántica. El Gobierno japonés ha aprobado invertir aproximadamente 240 millones de euros durante la próxima década para impulsar la investigación y el desarrollo de las tecnologías cuánticas.
Corea del Sur
Si nos ceñimos a los recursos que está dedicando oficialmente al desarrollo de las tecnologías cuánticas este país asiático queda algo rezagado frente a los estados que hemos visto hasta ahora. Y es que el Gobierno surcoreano aprobó en 2019 invertir algo más de 35 millones de euros en esta partida, en la que la computación cuántica convive con la computación clásica y las telecomunicaciones. En 2023 este país prevé tener listo un ordenador cuántico funcional de cinco cúbits con una fiabilidad del 90%.
Imagen de portada | IBM
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