El centro de atención durante la presentación de los nuevos MacBook Pro estaba inequívocamente situado sobre los microprocesadores M1 Pro y M1 Max. Teníamos la sospecha más que razonable de que estos portátiles de Apple incorporarían una revisión más ambiciosa del chip M1 que podemos encontrar, entre otros dispositivos, en los MacBook Air y los MacBook Pro de 13 pulgadas desde finales del año pasado. Y sí, esto fue precisamente con lo que nos topamos.
Sin embargo, esta no es la única baza interesante de esta generación de los MacBook Pro. Más allá de su procesador y de las otras novedades de las que os hablamos en el artículo que dedicamos a estos ordenadores portátiles hace unos días, merece la pena que nos fijemos en las pantallas que los ingenieros de Apple han puesto a punto para estos equipos. Y es que nos proponen un panel LCD IPS con retroiluminación miniLED que, sobre el papel, tiene una pinta objetivamente muy atractiva.
Si nos ceñimos a su pantalla estos nuevos MacBook Pro están disponibles en dos modalidades diferentes: con panel de 14,2 pulgadas y una resolución de 3024 x 1964 píxeles, y también con una pantalla de 16,2 pulgadas y una resolución de 3456 x 2234 puntos. En todo lo demás ambas opciones son esencialmente idénticas. Tienen, según Apple, la misma capacidad de entrega de brillo, la misma relación de contraste y reproducen el color con la misma precisión. En cualquier caso, solo estamos arañando la superficie. Estas pantallas tienen mucha más tela que cortar.
Estas son las razones por las que pintan tan bien las pantallas de estos MacBook Pro
Aún no hemos tenido la ocasión de probar a fondo estos ordenadores portátiles (cruzamos los dedos para poder hacerlo pronto y proponeros nuestro análisis lo antes posible), por lo que por el momento no nos queda otra opción que ceñirnos a la información que nos ofrece Apple. Eso sí, en este artículo haremos lo posible para no dejarnos llevar por las argucias de marketing de esta marca, que recurre a denominaciones tan rimbombantes como Liquid Retina XDR. En su lugar nos ceñiremos a lo realmente importante: las cifras y su previsible impacto en un escenario de uso real.
Y los números de las pantallas de estos portátiles son impactantes. Para ir abriendo boca merece la pena que nos fijemos en la relación que existe entre el tamaño del panel y su resolución. Ambas opciones, la de 16,2 pulgadas y la de 14,2 pulgadas, tienen exactamente la misma densidad: 254 puntos por pulgada. No es una cifra asombrosa porque, de hecho, otros ordenadores portátiles de otras marcas nos proponen una densidad algo más alta. Aun así, está muy bien. Confieso que uno de mis favoritos es el estupendo ThinkPad X1 Extreme de Lenovo, que en anteriores generaciones estaba disponible con una pantalla de 15,6 pulgadas con panel OLED 4K UHD.
En gran medida las prestaciones de la pantalla de los nuevos MacBook Pro son posibles gracias a la retroiluminación miniLED que se responsabiliza de entregar la luz al panel LCD. La principal diferencia que hay entre una matriz LED convencional y otra de tipo miniLED es que esta última incorpora unos diodos mucho más pequeños. Que sean más compactos importa debido a que consumen menos energía, disipan menos calor, y, sobre todo, porque permiten instalar en la matriz de retroiluminación una cantidad mayor de diodos. Además, pueden estar más juntos. La matriz LED de estos portátiles incorpora 10 000 diodos.
Según Apple la pantalla de estos portátiles es capaz de entregar un brillo sostenido de 1000 nits a pantalla completa
Administrar la atenuación local de la retroiluminación cuando se emplea una matriz miniLED no es nada fácil, especialmente cuando es necesario entregar mucho brillo en una región de la pantalla que, para rizar el rizo, está en movimiento (pudimos comprobarlo en nuestro análisis del actual televisor insignia de Samsung con panel 8K y retroiluminación miniLED). Sin embargo, merece la pena afrontar este desafío porque, si se ejecuta bien, las prestaciones que esta tecnología pone a nuestro alcance son fabulosas. Sobre el papel, Apple parece haberlo hecho bien, aunque no estaremos seguros de la calidad real que tiene la pantalla de los nuevos MacBook Pro hasta que tengamos la oportunidad de analizarlos a fondo.
En cualquier caso, las cifras que nos promete esta marca son impactantes. Según Apple estos portátiles son capaces de entregar un brillo sostenido de 1000 nits a pantalla completa, y no únicamente en una región del panel. Además, su capacidad de entrega de brillo máxima asciende a 1600 nits. Esta última cifra solo podrán sostenerla durante unos instantes, pero, aun así, son unas prestaciones muy atractivas que encajan como un guante en cualquier flujo de trabajo en el que sea necesario lidiar con contenidos HDR.
Otra especificación muy prometedora de estas pantallas que también está vinculada a la retroiluminación miniLED es su relación de contraste, que, de nuevo según Apple, asciende a 1 000 000:1. Es evidente que este no es el contraste nativo del panel, que con toda seguridad es una cifra mucho más baja, pero, aun así, si la atenuación de la retroiluminación realmente consigue entregar esta relación de contraste el panel debería ser capaz de recuperar mucho detalle tanto en las regiones en sombra como en altas luces (las zonas de la pantalla más iluminadas).
Estos ordenadores portátiles tienen refresco adaptativo, y su panel puede trabajar con una frecuencia de actualización máxima de 120 Hz
Además, tener un negro muy profundo tiene un impacto positivo en la colorimetría debido a que establece un marco de referencia que contribuye a reforzar nuestra percepción subjetiva de la saturación del color y la riqueza cromática. No obstante, según Apple la colorimetría de la pantalla de estos ordenadores portátiles es muy solvente. Lo que nos promete esta marca es algo ambiguo porque nos dice, literalmente, que reproduce «una gama cromática P3 amplia», por lo que parece invitarnos a aceptar que el panel debería ser capaz de cubrir la mayor parte del espacio de color DCI-P3.
Una última característica de la pantalla de estos ordenadores portátiles que merece la pena que no pasemos por alto es su frecuencia de refresco. Apple ha implementado en ella su tecnología de refresco adaptativo, de manera que la cadencia de actualización del panel se adapta a los contenidos que estamos reproduciendo en un instante determinado para optimizar la calidad de imagen, y, a la par, reducir el consumo en la medida de lo posible. De esta forma, como ejemplo, si estamos redactando un texto el refresco del panel será mucho más bajo que cuando estamos jugando a un título de última hornada. La frecuencia de actualización más alta con la que puede trabajar este panel es 120 Hz.
Estos son los escenarios de uso en los que tiene sentido tener una pantalla así
No todo el mundo necesita un ordenador portátil equipado con una pantalla como la que nos propone Apple con sus nuevos MacBook Pro. Un panel de calidad y con una calibración competente puede tener un impacto positivo en la experiencia de cualquier persona, pero no es en absoluto necesario matar moscas a cañonazos. Alguien que solo va a utilizar su portátil de cuando en cuando para ofimática y navegar en internet no necesita uno de estos MacBook Pro de última generación. Otros equipos de Apple, y, por supuesto, muchísimos ordenadores con Windows, le permitirían resolver este escenario de uso con garantías invirtiendo mucho menos dinero.
Los usuarios a los que puede interesar fijarse en estos nuevos portátiles de Apple, o en cualquiera de los equipos con Windows en los que indagaremos brevemente en la siguiente sección del artículo, son aquellos que van a utilizarlo durante la mayor parte del tiempo para crear contenidos. Si este escenario de uso ocupa una posición central en el flujo de trabajo de un usuario tiene todo el sentido buscar un ordenador portátil que nos asegure que cuando retocamos fotografías, editamos vídeos o trabajamos con gráficos en 3D, entre otras posibles tareas de creación de contenidos, su pantalla nos ofrece una reproducción del color fidedigna, tiene un rango dinámico amplio y es capaz de recuperar el máximo nivel de detalle posible tanto en las regiones en sombra como en altas luces.
Según Apple la pantalla de estos nuevos MacBook Pro sale minuciosamente calibrada de la fábrica para estar a la altura de las exigencias que acabo de exponer en el párrafo anterior. Además, de nuevo si nos ceñimos a lo que nos dice esta marca, estos equipos incorporan perfiles de referencia profesionales para gradación de color HDR, fotografía, diseño gráfico y producción impresa, lo que delata con total claridad su vocación como portátiles diseñados expresamente para creación de contenidos y otros escenarios de uso que también pueden ser exigentes con el hardware, como son el desarrollo de software o la producción de sonido, entre otras opciones. Sobre el papel suena bien, pero no sabremos con certeza cómo rinde su pantalla hasta que tengamos la ocasión de analizarla a fondo.
Hay vida más allá de Apple: estos portátiles también son alternativas muy sólidas
Es un hecho: Apple no es en absoluto el único fabricante de ordenadores portátiles que cuida la pantalla de sus equipos. Buena parte de las marcas que producen portátiles con Windows también presta mucha atención a las pantallas de sus propuestas. Algunas de estas empresas son HP, ASUS, MSI, Gigabyte y Lenovo, y nos proponen soluciones que, por la alta calidad de sus pantallas y sus especificaciones, también encajan como un guante en un escenario de uso en el que prevalece la creación de contenidos.
Como es lógico, no todos estos portátiles apuestan por pantallas del mismo nivel. Las hay más sofisticadas, y también más sencillas, pero, en cualquier caso, en el mundo del PC también podemos encontrar opciones muy atractivas. Los equipos que vamos a mencionar a continuación son solo una pequeña muestra de los ordenadores portátiles con Windows y pantallas cuidadas que han llegado al mercado durante los últimos años.
A mediados del año pasado tuvimos la ocasión de probar el Aero 15 OLED XB de Gigabyte, y su pantalla de 15,6 pulgadas con panel orgánico nos enamoró. Algo parecido nos ha sucedido hace tan solo unos días con el ZenBook 13 OLED de ASUS, un portátil que por menos de 1000 euros nos entrega una pantalla fantástica, que, eso sí, es Full HD. Lenovo también nos ha propuesto una pantalla OLED de gran calidad en algunas de las iteraciones de su estupendo ThinkPad X1, y MSI nos sorprendió positivamente hace unos meses cuando anunció su Creator 17, un portátil con unas especificaciones de bandera y una pantalla 4K UHD con panel LCD IPS de 17,3 pulgadas y retroiluminación miniLED muy interesante.
La tecnología miniLED gana puntos para afianzarse en los portátiles de gama alta
Poco a poco las pantallas OLED y LCD con retroiluminación miniLED se están abriendo paso en los portátiles de gama alta. Si se ejecutan correctamente ambas tecnologías deberían ofrecernos una calidad de imagen global sensiblemente más alta que la que nos proponen las pantallas LCD con retroiluminación convencional.
Los paneles OLED nos ofrecen los negros más profundos y la relación de contraste nativo más alta, mientras que las pantallas miniLED suelen tener una mayor capacidad de entrega de brillo y una inmunidad esencialmente absoluta frente a la retención en el panel de las imágenes estáticas. Los primeros portátiles con pantalla miniLED están empezando a llegar al mercado, y parece razonable prever que durante los próximos meses desembarcarán algunos más. Crucemos los dedos para que sea así.
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