Ahora que el calor veraniego aprieta y los portátiles se ponen como un churrasco a la brasa surge de nuevo la duda sobre si las bases refrigeradoras para portátil sirven para algo más que para gastar batería del ordenador.
En este especial vamos a intentar arrojar un poco de aire fresco sobre el funcionamiento de estos accesorios y cuál es el más recomendable a la hora de mantener nuestro equipo en un nivel que no nos induzca a convertirlo en barbacoa improvisada.
El misterio de la ventilación
Lo primero que hay que entender a la hora de elegir base es cómo se refrigera un portátil y, sobre todo, por donde. Los ordenadores portátiles suelen librarse del calor excesivo que provocan procesadores, discos duros y tarjetas gráficas de dos maneras: pasiva y activa.
La refrigeración pasiva envía, mediante el simple contacto físico, el calor de estos componentes a otras partes del equipo que puedan estar más ventiladas, generalmente a la carcasa por aquello de que es la piel del equipo.
Aquí hay que tener en cuenta que no todos los materiales son tan buenos conductores del calor. Una carcasa de metal generalmente ayudará mejor a disipar el calor que una de plástico.
En este orden de cosas, si el exterior de nuestro equipo es metálico, enfriar su superficie mediante una base con ventiladores es más efectivo para reducir su temperatura interna. Por el contrario, si el ordenador es de plástico la base poco podrá hacer por reducir los grados del interior.
El flujo del aire
Cuando el material de la carcasa conduce mal el calor hacia el exterior, los fabricantes suelen ayudar a la refrigeración instalando sistemas de ventilación activa, o sea, ventiladores. La clave aquí es prestar atención al lugar donde están las rejillas de ventilación de entrada y de salida. La razón es que si no nos fijamos en este detalle podemos incluso obstaculizar la refrigeración en vez de contribuir a ella.
En general, lo que hace un ventilador es ‘aspirar’ aire para que pase alrededor de los componentes calientes, y después canalizar ese aire fuera del equipo. Basta poner la mano en las distintas rejillas para averiguar qué aberturas son de entrada y cuáles de salida. Las segundas siempre estarán más calientes. Algunos equipos absorben el aire incluso desde las ranuras del teclado así que no os asustéis si no las encontráis.
Generalmente los ventiladores de las bases refrigeradoras ‘soplan’ no ‘aspiran’ y es por ello que deben situarse de cara a las rejillas por donde el ordenador toma aliento para que la base contribuya a la circulación más rápida del aire.
En el raro caso en el que las rejillas de la parte inferior de nuestro equipo fueran de salida, habría que desatornillar los ventiladores y darles la vuelta para que succionaran aire en vez de soltarlo.
Otras consideraciones
Hay infinidad de pruebas de recalentamiento a portátiles con y sin base refrigeradora. Para ser ecuánimes, debemos decir que las bases ayudan a reducir unos pocos grados la temperatura de algunos componentes, pero no son la panacea. Su efectividad está justificada en equipos de alta potencia que tienden a moverse poco de la mesa y depende mucho de dónde estén nuestras rejillas de ventilación en relación a donde estan los ventiladores de la base.
Tan importante como la localización de los ventiladores son otros aspectos, principalmente el tipo de alimentación de la base (la mayor parte son USB), la comodidad del nuevo ángulo de inclinación que imprimen al teclado y el tamaño de la base. Generalmente es mejor elegir una base que esté pensada para el tamaño de nuestro equipo, ni más ni menos.
También es recomendable mirar si la base incluye algún sistema de hub para que no perdamos un puerto USB al enchufarla a nuestro portátil. Por último, nunca viene mal comprobar cuánto ruido en decibelios hacen los ventiladores de la base. Aquí la norma general es que, cuanto más pequeños, más ruido hacen.
Con la referencia al ruido esto cerramos este sencillo repaso a la mecánica de las bases refrigeradoras. Mañana os ofreceremos una pequeña selección de los modelos que más nos han gustado ampliable, por supuesto, por los que vosotros conozcáis mejor.