Confiemos en que no falle: Surface Studio es complicado de reparar, solo nos dejan cambiar los discos duros

A pesar de su juventud creo que casi todo el mundo conoce lo que es Surface Studio, se trata de un nuevo paso de Microsoft en la creación de hardware, demostrando a sus socios cómo de bien se pueden hacer cosas tan reconocibles o expandidas en el mercado como un ordenador todo en uno. Por diseño, especificaciones, o accesorios, tiene pocos rivales en el mercado.

Cuando un dispositivo es tan llamativo, tan recogido en dimensiones, siempre nos llama la atención ver cómo es por dentro, qué artimañas han utilizado sus ingenieros para meter todo lo necesario para funcionar en las formas deseadas. Este tipo de trabajo nos ayuda a entenderlo la gente de iFixit, que cada dispositivo que sale al mercado, tardan poco en desmenuzarlo.

Para qué negarlo, estábamos esperando esta apertura, además de por querer ver cómo es, por descubrir si nos encontrábamos con algo especial. La realidad es que no hay demasiadas sorpresas, y se puede confirmar lo habitual en este tipo de gadgets: complicado de reparar, bastante más de actualizar:


La única opción es cambiar los discos

Teniendo en cuenta las características del sobremesa, nadie se va a sorprender por ver muchos elementos soldados y personalizados, que no vemos en otras soluciones ya presentes en el mercado. La placa base, por ejemplo, no es una ATX normal, y lleva pegados procesador, RAM y GPU.

Exceptuando la memoria para almacenamiento, el resto queda soldado en placa, poco que tocar

Primer problema esperado, si te lo compras con 8GB de RAM, con esa cantidad de memoria te quedas. Lo que sí es “modificable” es el espacio para almacenamiento, ya que el sistema híbrido empleado (HD+SSD) viene con sus elementos bien separados, con sus conectores a la vista.

Esto permite que podemos cambiar el disco duro conectado vía SATA 2 (bien podría haber sido SATA 3) o el SSD que es únicamente SATA (hay conexiones más modernas como NVMe). Ambos se encuentran en la base del equipo, así que es fácil quitarlos sin tener que implicar a la pantalla en la operación.

El disco SSD en la zona inferior

También es criticable que se usen otros elementos que podríamos llamar del pasado, tanto el procesador Intel como la gráfica Nvidia son relativamente modernas, pero no lo último de lo último: el primero es un Skylake, mientras que la segunda es de la familia Maxwell.

Pasando a la pantalla, decir que el impresionante panel de 28 pulgadas será caro de sustituir, pero es fácilmente manipulable. Caro por las especificaciones, y caro por llevar integrados todos los elementos que lo rodean: sensores táctiles, cámaras, o altavoces. Hay incluso un procesador ARM dedicado a las labores de configuración de la pantalla PixelSense.

Teniendo en cuenta el precio del equipo, lo de la memoria RAM debería haber sido configurada de una forma más flexible. En su favor hay que decir que la parte superior es más fácil de tocar, lo que le otorga una puntuación de 5 sobre 10 en las evaluaciones de iFixit. Un número bajo para un sobremesa, pero un sobremesa que prácticamente bebe de las ideas de diseño compactas de un portátil. Todo sea dicho, empata con su competidor iMac 5K.

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