En un movimiento que nos pilla a todos por sorpresa, Gianfranco Lanci, CEO de Acer, ha presentado su dimisión en la compañía y ya no estará al frente de la marca, a la que había llevado a unas cifras de crecimiento bastante importantes en los últimos tres años, cuando se hizo con las riendas de la empresa.
Los motivos no han sido desvelados de forma muy precisa (al menos no los oficiales), y seguramente nunca se sabrán. Diferencias en la estrategia de la compañía es lo que se argumenta, pero parece claro que lo complicado del mercado hoy en día, ha podido ser un factor clave.
Con su negocio muy centrado en la fabricación de ordenadores, Acer vive junto con el resto de marcas en un estrés permanente porque perder un día en la actualidad es quedarse atrás frente a los competidores. Y con la tecnología tomando el rumbo de los teléfonos avanzados y equipos integradores, saber “competir” es importante y luchar contra eso debe ser muy duro. Y Lanci había demostrado tener ideas claras pero seguramente arriesgadas para sus compañeros de viaje.
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