Fijémonos en la imagen de arriba: a la derecha podemos ver una mano que sujeta una tarjeta SD, que aunque no seamos capaces de distinguir, tiene una capacidad de 1 GB.
Y a la derecha izquierda, eso que parece un raro tambor de lavadora (entre muchas otras cosas), no es más que un disco duro de también 1 GB de capacidad. La diferencia es bastante visible, y abre el debate de la miniaturización: ¿Hasta qué punto llegaremos?. ¿Dónde estará el límite, si es que realmente existe?.
Un ejemplo bastante práctico: los primeros ordenadores allá por la década de los 50 y los 60 ocupaban varias habitaciones de un laboratorio. Era otra época, desde luego, pero un ordenador actual con un rendimiento de varias miles de veces el que poseían aquellos sistemas hoy en día cabe en la palma de la mano. Y solo han pasado 60 años: ¿qué tendremos a finales de este siglo?.
Vía | GizmoWatch. Más información | NewLaunches | TechEBlog.