Muchos recordaréis el auge de las tarjetas gráficas externas, ocurrido hace no muchos años. No era blanco y negro, y de hecho hace menos de diez años que comenzó un boom con este tipo de accesorios. Inicialmente para portátiles y motivadas por la necesidad de ese plus de rendimiento gráfico que a veces es necesario.
Esta necesidad continúa existiendo y, de hecho, las tarjetas gráficas externas han continuado desarrollándose, generalmente con un acierto escaso pero siempre con la intención de revitalizar un mercado que ha variado mucho. Y hoy son nuestras protagonistas: las tarjetas gráficas externas, entre la utopía y la realidad con una dosis de bricolaje.
Lo que hace unos años querían ser
Corría el año 2008 cuando hablábamos de ellas, por entonces como unos periféricos que los diferentes fabricantes estaban preparando para asaltar al mundo gaming. En aquella época las GPU de los portátiles eran dedicadas y más o menos podían defenderse con los videojuegos, o eran integradas y entonces no valían para... nada.
Las gráficas externas suponían un halo de esperanza para la comunidad gaming que por entonces prefería el juego en portátil. Los había por entonces, y los sigue habiendo ahora. Algo tan sencillo como un accesorio que conectábamos al ordenador, y entonces podíamos disfrutar de los videojuegos. Tan sencillo como esto.
Hubo muchos intentos de diferentes fabricantes como ASUS, Acer o Fujitsu, y todos con un común denominador: hacer que los portátiles, aunque no fuesen para jugar, permitiesen hacerlo en los momentos en los que se requiriese.
El objetivo era claro y muy atractivo para los usuarios, pero la realidad es que estos artilugios nunca terminaron de cuajar en el mercado. Pocos modelos disponibles, con compatibilidad muy limitada y, por si fuera poco, precios tremendamente elevados que supusieron un hándicap a la hora de llegar a la compra del producto.
Las gráficas externas en la actualidad.
Hemos estado hablando de un período relativamente lejano en el tiempo, casi diez años atrás. Desde entonces los fabricantes han continuado desarrollando tarjetas gráficas externas que, sin ser su producto estrella.
En los años más recientes, y aún disponibles en muchos distribuidores, hemos visto productos de Alienware o el MSI GS30 Ghost, en ambos casos productos muy específicos. Como referencia, el GS30 (13.3 pulgadas, Core i7, 8 GB RAM, SSD 256 GB) se vende en PC Componentes por 1.700 euros y la caja de Alienware por 325 euros, y tanto uno como el otro no incluyen la tarjeta gráfica que deberemos comprar por separado.
Este tipo de productos están enfocados a un perfil de usuario muy concreto, y que esté dispuesto a realizar un fuerte desembolso económico que muchas veces supera al coste de un portátil igual de potente, o más. Desde hace casi diez años no han cesado de llegar nuevos productos y este mercado sigue moviéndose, pero muy tímidamente, con ciertas innovaciones y movimientos de algunas empresas, pero son puntuales y comedidos, limitados a sólo algunos modelos, caros y que, más en general, no logran cautivar a los usuarios.
Sin embargo, el público demanda tarjetas gráficas externas, y como ve ciertas desventajas en lo que existe en el mercado pues se dedica a montar sus modelos. El bricolaje es un punto clave, y sobre él pasamos a hablar.
El bricolaje, una posibilidad
Aquí entramos en un terreno fangoso, porque con la palabra bricolaje nos referimos a que tendrás que hacer buena parte del trabajo por tu propia cuenta. Y no todo el mundo sabe, ni puede, ni quiere hacerlo.
Pero la realidad es que existen múltiples tutoriales que te ayudan a montarte tu propia tarjeta gráfica externa, como este de LifeHacker de 2011, esta guía de NotebookCheck de 2014 o esta otra de BlenderNation de 2015, basada en vídeo. Incluso hay un hilo en Reddit que trata el tema con el que llegamos a estas 1.193 páginas de comentarios en Notebook Review.
Hay movimiento por parte de la comunidad, y el común denominador de todas estas iniciativas es que se requiere de unos conocimientos mínimos en la materia. Conocer interfaces y cómo funcionan a nivel eléctrico, así como por supuesto el funcionamiento de un ordenador. A algunos usuarios les ha funcionado el invento, a otros no.
Tomemos como ejemplo el siguiente vídeo, que muestra cómo funciona un adaptador del que os hablaremos más adelante:
El proceso con este adaptador - uno de los más comunes - es el siguiente:
- Conectar el adaptador a un mini-PCI Express del portátil. El vídeo menciona que en algunos casos sólo existe una de estas conexiones en el portátil y que están ocupadas, con lo que es necesario modificar la configuración original del equipo.
- Conectar la tarjeta gráfica en el PCI-Express del adaptador (habitualmente tendremos que retirar alguna tapa del equipo, no es un puerto externo), y el monitor a esta tarjeta gráfica.
- Lo más habitual será que la tarjeta gráfica requiera energía adicional, que deberemos proporcionar a partir de una fuente de alimentación externa que permita sacar los conectores de 6 u 8 pines.
- Si toda la configuración es correcta, el sistema - habitualmente Windows, aunque algunos también lo han intentado en Mac - deberá reconocer la tarjeta conectada y podremos iniciar la instalación de los controladores.
Como veis, se requieren los siguientes componentes:
- El adaptador de marras que hace de 'puente' entre la gráfica externa y el portátil. Este de BangGood vale 45 euros y es una de las opciones mejor valoradas y con mejor precio que he encontrado.
- Un portátil compatible (con al menos un mPCIe libre).
- Una tarjeta gráfica dedicada de cierta potencia que pueda suponer una diferencia respecto de la del portátil.
- En la mayoría de los casos, una fuente de alimentación externa.
- Monitor, otros cables y algo de suerte para que el conjunto sea compatible.
- De forma opcional, otro tipo de elementos visuales y estéticos tales como caja, luces u otros.
Y aquí está uno de los problemas: la compatibilidad no es oficial, y todos estos mods carecen de garantía de funcionamiento hasta tal punto que muchos ni siquiera llegan a arrancar. En cierto sentido será necesario arriesgarse, y lo mejor para reducir problemas y malos funcionamientos será comprobar qué es lo que le ha funcionado a la comunidad, a otros usuarios. Algunos enlaces con información ampliada los tenemos en Reddit, como este o este otro.
En cuanto a los precios por los que podremos llegar a tener estas piezas artesanales, varían enormemente. Desde los 45 euros que cuesta el adaptador hasta los varios cientos si lo queremos dejar cuco, con su caja, sus luces y demás. El límite es casi el que queramos.
A mayores la tarjeta gráfica externa, claro, que debe comprarse por separado. Y una nueva inversión que nos permite ampliar el rango de precios entre 100 y 700, 800 o más euros, siempre según lo que deseemos.
El futuro de las tarjetas gráficas externas
Más allá de los intentos de los modders con su bricolaje tecnológico, las tarjetas gráficas externas no terminan de arrancar. Y precisamente como hay
Y uno de estos cambios está en los laboratorios, preparándose para dar el salto en un futuro a medio plazo. PCI-SIG, el grupo de desarrollo del estándar PCI, está preparando lo que denominan PCI Express OCuLink, una interfaz para conexión de gráficas externas a un PC. Básicamente, un cable al que pinchar la tarjeta gráfica y conectarla a un portátil
OCuLink - ya hablamos de sus preparativos en 2012 - es un proyecto del que aún se conocen pocos detalles, pero para el que jugará un importante papel la compatibilidad con Thunderbolt con el que buscará la universalidad del producto final. En otras palabras, que cualquier portátil pueda beneficiarse de este accesorio. Los detalles, como siempre, tendrán que esperar.
Productos comerciales hoy en día hay muy pocos, entre ellos los de Alienware o el de MSI, y están enfocados a perfiles de usuario muy concretos que estén dispuestos a realizar fuertes desembolsos. Sin embargo, el desarrollo de OCuLink realza las expectativas para abaratar costes en base a universalizar la tecnología, poniéndola a disposición de los fabricantes para que estos diseñen sus productos definitivos.
Además de OCuLink, la otra gran vía de desarrollo que existe en la actualidad la está manejando Intel, se basa en Thunderbolt 3 y algo han mostrado de ella en la presentación de la interfaz, el pasado mes de junio. Una tarjeta gráfica externa muy sencilla de instalar (apenas unas pocas conexiones, y ya) pero que, como OCuLink, aún está en desarrollo. Pretenden dar más información a lo largo de 2016:
Más allá de accesorios comerciales sencillos, la solución real en la actualidad es el bricolaje. A día de hoy las tarjetas gráficas externas son una utopía para el gran público, que con la salvedad de OCuLink - recuerdo, un desarrollo actual que aún tendrá que evolucionar y ya veremos cómo termina - y lo que Intel tenga entre manos, apenas tienen productos en el mercado. El futuro, ya se verá.
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