Una nueva guía de compras, esta vez dirigida a la compra de un ordenador portátil.
Como en otras ocasiones, vamos a especificar el uso que vamos a darle a cada componente. Esta vez voy a dirigirme más por una guía de hace un par de años y que creo que gustó bastante por entonces.
Empezamos.
Tipos de portátiles
Como siempre que vamos a comprar un dispositivo de este tipo, tenemos que preguntarnos para qué lo vamos a usar. Básicamente existen cuatro tipos:
Portátil de grandes dimensiones, a partir de 16 pulgadas. Básicamente se utilizan como media-centers, para jugar o en aplicaciones gráficas por los profesionales. Suelen ser caros y, más que portátiles, son ordenadores de sobremesa con menos cables. Este año ha habido numerosos lanzamientos, sobretodo en las 16.4 pulgadas.
Portátil convencional, 15.4 pulgadas aproximadamente, el típico ordenador portátil. En este tipo de modelo hay ordenadores de todos los precios y características.
Portátil pequeño, entre las 11 y las 13 pulgadas. Mis preferidos, ya que tienen unas reducidas dimensiones pero que no evitan utilizar un teclado completo y una pantalla con una resolución aceptable. Tienen unas especificaciones de portátil de verdad, no de uno de juguete.
Ultraportátiles. Nadie duda que están de moda, pero aún les falta mucho por mejorar. Vamos a dejarlos un poco apartados de esta entrada, centrándonos mejor en los portátiles algo más grandes.
¿Cuál elegir?
En general, cada tipo de ordenador tiene su enfoque. Por ejemplo, para una persona que está moviéndose continuamente sería ideal un portátil pequeño o un ultraportátil. Ahora bien, si esa persona necesita un mínimo de potencia, entonces mejor uno de los que antes llamábamos ‘pequeños’ que un ultraportátil.
Si no nos importa el tamaño, entonces la opción de un portátil convencional siempre va a ser más barata y eficiente en cuanto a rendimiento. Prácticamente todos los de 15.4 pulgadas rondan los 2.5 kilogramos de peso, y dado que ofrecen muchísimos más modelos que en cualquier otro campo, es más fácil encontrar un portátil adaptado a unas muy determinadas necesidades.
Las principales diferencias entre las 15.4 y las 13 pulgadas son la gráfica. Muy pocos portátiles de 13 pulgadas ofrecen una gráfica dedicada, mientras que en las 15.4 ya encontramos dispositivos con potencia muy decente y que, aunque no son tan potentes como las gamas altas en gráficas de sobremesas, sí ofrecen una diferencia notable respecto de una gráfica integrada en placa.
En cuanto a los portátiles grandotes, son pocos y muchas veces caros. Son para usos muy determinados, principalmente para una persona que más que un portátil esté buscando un sobremesa sin cables y con una pantalla de dimensiones decentes.
Microprocesador
¿Qué microprocesador elegimos para un portátil?. A día de hoy, yo en portátiles tengo una preferencia muy clara: Intel Core 2 Duo. La razón es tan sencilla como que son más potentes y eficientes, y además en el mercado hay muchos más portátiles con Intel que con AMD, con lo que la oferta es mucho mayor y hay más donde elegir.
Pero lógicamente hay que saber qué Intel comprar, ya que hay varias decenas de modelos. En la actualidad yo me iría a por un Intel Montevina, lanzados hace unos pocos meses y que han demostrado tener un rendimiento muy decente. El modelo de Montevina más utilizado es el P8400 a 2.4 GHz, aunque también hay otros con el P8600 a 2.6 que pertenecen a una gama un pelín más alta.
Si nos vamos a AMD estarían los AMD Turion Ultra, también lanzados a mediados/finales del 2008.
Tarjeta gráfica
Aquí la clave es: ¿integrada o dedicada?.
Las diferencias son bastante notables. Básicamente una gráfica integrada utiliza memoria compartida con la RAM, y además suelen tener unos núcleos mucho menos potentes que una dedicada. Esto repercute en un rendimiento notablemente menor.
En cambio, los ordenadores con gráfica dedicada suelen ser algo más caros, como por otra parte es lógico. Por ejemplo, un portátil con una integrada puede salir a partir de 500 euros, mientras que para uno con una dedicada de las 9000 Series de NVidia ya nos subimos fácilmente a los 800. Siguen existiendo portátiles con gráficas dedicadas de anteriores generaciones, por ejemplo las 3000 Series de ATi, con precios algo más asequibles que rondan los 600 euros.
Si buscamos un portátil y no vamos a hacer uso intensivo de aplicaciones gráficas o videojuegos, entonces la elección lógica es una gráfica integrada. En este punto las Intel dominan el mercado, y más concretamente las Intel GMA 4500 utilizadas en los Montevina que tienen un rendimiento muy superior al de otras integradas de Intel de anteriores generaciones. Entre sus características permiten reproducir vídeo en alta definición de 1080 puntos sin problema alguno.
Si queremos ir un paso más allá podemos optar por una tarjeta gráfica dedicada pero de una generación anterior. Por ejemplo, una NVidia 8600 o una ATi 3450 nos servirán, y al ser productos “anticuados” (a veces incluso ya descatalogados) no serán tan caras.
Si lo que buscamos es un portátil para jugar, entonces hay que irse a uno con una dedicada de nueva generación. Muy interesante en este campo la dedicada NVidia 9600 GT, aunque ya estaríamos hablando de portátiles a partir de unos 900 euros y siempre en 15.4 pulgadas.
Mención especial merece la NVidia 9400M, de la que ya hablamos hace un tiempo y que siendo una gráfica integrada ofrece un muy buen rendimiento, digno incluso de una gráfica dedicada de gama media. Lo malo es que son muy pocos los ordenadores portátiles que la utilizan.
Memoria RAM
En la memoria RAM lo tenemos bastante fácil. Si puede ser mejor DDR3, aunque para esta elección será necesario tener un microprocesador Montevina, y no todos los portátiles que lo tienen utilizan DDR3.
En cualquier caso, en un ordenador portátil el tipo de memoria RAM no tiene tanta importancia como puede tener en un sobremesa. El resto de portátiles montan memorias DDR2, sin excepción, con lo que aunque no sea DDR3 tampoco es tan malo.
La cantidad de memoria RAM va a estar en casi todos los casos entre 2, 3 o 4 GB. Las diferencias entre 3 y 4 GB no son demasiado notables, todo lo contrario que entre 2 y 3, ya que Windows Vista suele utilizar gran cantidad de memoria entre 1 y 1.5 GB. Si tenemos un equipo con 3 GB siempre tendremos al menos 1.5 GB libres de memoria, con lo que todo fluirá de una forma muy decente. Si tenemos 2 GB es posible que nos quedemos algo cortos en determinadas aplicaciones.
Yo optaría por, como mínimo 3 GB, y si es posible 4, mejor que mejor.
Disco duro
No hay que preocuparse, ya que los discos duros de portátiles son todos prácticamente iguales. 5.400 o 4.200 rpm, 2.5 pulgadas e interfaces SATA 2 en creo que todos los casos. Los SSD siguen muy verdes y caros aún, con lo que no merecen la pena en absoluto salvo en algunos casos con ultraportátiles, y ni eso.
Luego la elección de la capacidad ya depende, como siempre, de cada uno y de las tareas vaya a realizar. Hay portátiles con hasta 500 GB de disco duro, en algunas contadas ocasiones incluso más, aunque lo normal es encontrar discos de 250 o 320 GB de capacidad.
Hay algunos portátiles que montan discos de 7.200 rpm, que aunque son mucho más potentes también consumen mucha más energía, haciendo que la autonomía dure mucho menos.
Batería
Las baterías en portátiles suelen ser un punto débil. Casi todos los fabricantes tienen dos baterías disponibles, la mala y la buena, y la que viene de serie es… claro, la mala.
La mala suele ser de 4 o 6 celdas, dependiendo del modelo, y ofrecen una autonomía de unas 2 horas con un uso normal. Si nos vamos a una batería buena, de 9 celdas, ésta tiene un precio de unos 70-80 euros a pagar a mayores, y mejoran la autonomía hasta alcanzar las 3-4 horas en la mayoría de los casos. Mucho ojo con la batería, ya que las buenas son algo más grandes que las malas y suelen sobresalir del portátil, rompiendo con su diseño y forma.
La duración de la batería depende de un montón de factores, aunque principalmente se basa en el tamaño de la pantalla (a menor tamaño, mayor duración) y en las tareas que estemos realizando. Por ejemplo, no es lo mismo estar jugando (lo que implica un uso de CPU y GPU de casi el 100%) que editando un fichero de texto o navegando por Internet; activar las redes inalámbricas WiFi y la conectividad Bluetooth también suelen tener consecuencias fatales para la autonomía general del equipo.
Accesorios
Básicamente existen dos accesorios que todo el mundo utiliza en un portátil:
Ratón: ya hay decenas de modelos de ratones para portátiles, que tienen la característica de ser pequeños y fácilmente transportables. Los hay inalámbricos por USB (tienen un pequeño USB que actúa como receptor de la señal) y por Bluetooth, que se conectan directamente al ordenador. Por ejemplo, el Logitech VX Nano o el V550 son interesantes, o el Microsoft Arc Mouse con el que la gente está muy contenta, aunque a mi, personalmente, no termina de convencerme. Lo mejor para elegir este periférico es haberlo probado anteriormente, y ver cómo se adapta a nuestra mano o el tipo de movimiento que se realiza, por ejemplo.
Bolsa o maletín de transporte: yo siempre he preferido una pequeña bolsa del tamaño de mi portátil, cerrada con cremallera y fabricada en neopreno, lo cual hace que pueda resistir ciertos golpes. Hay un montón, de diferentes colores y materiales, y todas tienen un precio de unos 25-30 euros. Respecto a maletines de transporte hay muchos que se fabrican especialmente para ordenadores portátiles, aunque suelen ser bastante más caros (60-70 euros, algunos mucho más). Son más sobrios y serios, aunque pueden hacer las funciones de bandolera y se utilizan para transportar otros documentos.
Conclusiones
A la hora de ir a elegir un ordenador portátil yo tendría unas pautas muy claras: como microprocesador, un Intel Core 2 de la gama Montevina, modelos P8400 o P8600. La elección de la gráfica ya es más personal y debe ajustarse a las necesidades de cada uno, aunque yo me iría a por una integrada Intel GMA 4500 si no se va a jugar, una ATi de las 3000 Series dedicada o una NVidia 9400M también integrada si se quiere una potencia gráfica media; y luego ya una del tipo NVidia 9600 GT para el máximo rendimiento en videojuegos o aplicaciones gráficas a nivel doméstico.
En cuanto a RAM, mínimo 3 o 4 GB, ya sean DDR o DDR3; un disco duro que se ajuste a nuestras necesidades y una batería preferiblemente de 9 celdas, aunque sobresalga del ordenador.
En el tamaño, yo soy amante de los 12-13 pulgadas: pequeños y potentes para mis necesidades, aunque como ya he repetido cien miles de millones de veces, cada persona es un mundo, y su portátil debe ajustarse a ese mundo.
Fabricantes
Meto este punto tras las conclusiones, ya que me gustaría destacar algo que puede pasar desapercibido. Apenas hay fabricantes de ordenadores portátiles que permitan configurar las especificaciones.
Sin embargo, hay uno bastante conocido, Dell, que sí permite alterar la configuración base del equipo y lo permite con un montón de posibilidades en todos los aspectos. Por esto tal vez pueda ser una elección a tener en cuenta por si estamos buscando algo que se ajuste mucho a nuestras posibilidades. También Alienware, perteneciente a Dell, permite configurar los equipos portátiles, y ya aparte existen numerosas tiendas a lo largo de todo el mapa que permiten crear portátiles clónicos, configurándolos igual que se hace con un sobremesa, pero mucho más limitados en cuanto a posibilidades. A mi los clónicos no me terminan de convencer, aunque existir… existen.