La convergencia entre sistemas móviles y de ordenador ya tiene una primera gran apuesta, Windows 8

Microsoft acude en apoyo de los que critican la expresión “era post PC“. Desde Redmond se viene insistiendo en que el futuro va a ser un pariente cercano del modelo que ha dominado en la informática en las últimas décadas y que, por tanto, los sistemas que gobiernen las nuevas generaciones de dispositivos serán descendientes cercanos de los actuales. Más concretamente de Windows, claro.

Eso no quita para que con Windows 8 hayan reconocido que tocaba una renovación y que la gran explosión de innovación se está produciendo en los móviles y tablets y no en los ordenadores personales. De hecho, hace poco estuvimos en Redmond y ellos mismos explicaban que quien quiera estar en el futuro, tiene como asignatura el acertar con la mejor propuesta de convergencia entre el mundo móvil, el PC y “la nube”. Confirmaban que lo más relevante en sistemas operativos para consumidor final de los últimos años es como están convergiendo, tomando elementos unos de otros, desde el mundo móvil al del PC y vivecersa.

Ya teníamos planteamientos sobre la mesa, pero sin duda Windows 8 supone la primera gran apuesta de uno de los actores más relevantes que muestra sus cartas para, probablemente, el próximo lustro.

La apuesta de Apple y de Google en la convergencia móvil / ordenador

Para poner en contexto la iniciativa de Microsoft, creo que antes deberíamos repasar lo planteado por quienes más han avanzado en este sentido, Google y Apple. La compañía del buscador ha venido jugando a dos cartas, con Android para móvil y tablets y Chrome OS para portátiles.

La jugada de momento está funcionando con el primero, pero toda vez que reducir un equipo a un navegador web todavía no resulta demasiado competitivo, hay serias dudas sobre si Chrome OS ha llegado demasiado pronto. En todo caso, su apuesta por la nube es completa: todo el universo Gmail, Google Docs, Picassa, Chrome, Google +, etc… y lo más importante, el perfil de Google como la llave para todos los equipos y servicios.

Apple por su parte ha venido dando pasos firmes acordes a su visión, como es marca de la casa. Su visión de que iOS es el sistema adecuado para móviles y para tablets está funcionando a la perfección, consiguiendo relanzar el mercado de tablets, en coma hasta la llegada de iPad. Es interesante este modelo en tanto en cuanto supone una apuesta por la simplicidad, por asumir limitaciones en pro de una buena experiencia de usuario con el hardware disponible actualmente.

Es más, su planteamiento ha sido el de “contaminar” Mac OS X con características de iOS, algo que incluso entre sus usuarios más fieles ha cosechado críticas. A eso hay que sumar iCloud para la sincronización en la nube y la Mac App Store, que supone traer al ordenador personal su concepto de tienda de aplicaciones que ya ofrecían para iOS.

Windows 8 supone muchos riesgos… que Microsoft tenía que correr

Con Windows 8 estos días hemos leído muchas veces que se trataba de “reinventar” o de “reimaginar” no sólo el sistema operativo, sino la propia compañía como ha afirmado Ballmer. Al igual que con Windows Phone 7, han sido capaces de arriesgar y renunciar al tipo de interfaz “estándar” en la industria y abrir un nuevo camino. Merece la pena leer las primeras impresiones de Genbeta tras probarlo.

Pero lo más interesante de la apuesta de Microsoft es que va de “arriba a abajo”, de un sistema válido para ordenadores personales, complejo y con muchas posibilidades a equipos menos potentes como los tablets. El soporte de procesadores ARM en Windows 8 fue la primera y más importante señal de que el nuevo sistema operativo miraba al mundo de los dispositivos móviles. A eso hay que sumar la apuesta por la sincronización, ponerse serios con Skydrive, con la ofimática web, lanzar su propia “Store” de aplicaciones… mucha nube en Windows 8 también.

Un mismo sistema para el ordenador y dispositivos más móviles como los tablets es justo el camino contrario de quien domina actualmente el mercado de estos últimos, Apple, con lo que el debate es inevitable. ¿Es preferible una aproximación de sistema más simple, procedente de los móviles a uno mucho más complejo válido también para ordenadores personales? ¿Cuánto peso tiene en la experiencia final del producto que un mismo proveedor controle hardware y software frente a las aproximaciones al mercado de Android y Microsoft abiertos a muchos fabricantes?

Hay tres variables en mi opinión: 1) el momento de salida y la potencia del hardware, lo que propone hoy Microsoft no hubiese funcionado cuando se lanzó la primera versión de iPad (como no funcionó la primera era de los tablets, liderada precisamente por Microsoft), pero la velocidad a la que están mejorando los equipos de los tablets nos lleva a otro escenario; 2) la capacidad que hayan tenido de optimizar el sistema en cuanto a rendimiento, algo en lo que han insistido mucho… pero sobre la que esperaría a ver una versión definitiva en un equipo con ARM para tener una conclusión clara; 3) la construcción de una buena experiencia de usuario, que además tiene el reto de ser válida en contextos tan diferentes.

Largo es el camino a Windows 8

Todavía nos quedan muchos meses hasta que tengamos Windows 8 en el mercado, tiempo suficiente para ver un nuevo iPad y para asistir a muchas mejoras en Honeycomb y quién sabe si algún movimiento adicional por parte de Apple. Otros sistemas como Meego, QNX o WebOS parece difícil que cobren un papel protagonista por más que nos pese a muchos.

A eso sumaría que para evaluar el sistema merece la pena esperar a verlo en condiciones de uso real, pues Windows 8 va a tener todos los problemas y desafíos de las anteriores versiones – soporte de miles de drivers como el más destacado – con otros nuevos por el giro completo en el interfaz de usuario.

En todo caso, como nos decían en Microsoft este verano, esta es su apuesta, su visión para el futuro para la convergencia entre PC y mundo móvil y con ella se van a jugar las principales batallas y su propio papel como empresa líder en sistemas operativos para consumo.

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