No es la primera vez que vemos un ultrabook convertible en tablet, pero hay que reconocer que el IdeaPad Yoga de Lenovo tiene su propia personalidad. Nos da la bienvenida una carcasa de aluminio en un llamativo color naranja con los laterales al descubierto y en color negro.
El IdeaPad Yoga exhibe una pantalla multitáctil (hasta 10 dedos) de 13.3 pulgadas con resolución 1.600 × 900 píxeles (De nuevo, nos dejamos el FullHD en el tintero). El grosor del equipo es de 16.9 milímetros y pesa 1.47 kilos.
Internamente, el IdeaPad Yoga es potente. Lo anima un procesador Intel Core i7 Ivy Bridge con 8GB de RAM y 256GB de almacenamiento en SSD. Lenovo asegura que la batería del Yoga alcanza las 8 horas de autonomía.
Por su parte, las conexiones incluyen USB 3.0, USB 2.0, HDMI, ranura para tarjetas SD y un puerto de carga. Echo de menos el puerto Ethernet.
Tras este repaso rápido, vamos a lo que realmente da al IdeaPad Yoga su personalidad. La pantalla tiene una bisagra que le permite doblarse completamente hasta quedar completamente pegada a la parte posterior de la tapa, convirtiéndose así en un tablet con el soporte táctil de Windows 8.
Al doblar completamente la pantalla, el teclado queda al descubierto. Lenovo ha solucionado esto mediante un mecanismo automático que bloquea todas las teclas para que no podamos pulsar una accidentalmente.
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En caso de que posemos el Yoga sobre una mesa, Lenovo ha protegido la bandeja que rodea a las teclas con una capa de goma antideslizante e inmune a los arañazos. Está previsto que el Yoga llegue a las tiendas a final de este mismo año a un precio de en torno a 1.200 euros.
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