Qué router comprar según tus necesidades

El router suele ser el gran olvidado de nuestros hogares digitales. Nos lo instala la operadora para ofrecernos sus servicios de Internet y lo dejamos cogiendo polvo en un rincón del salón sin hacerle mucho caso, aunque luego nos quejamos de que sufrimos cortes en la WiFi y que no podemos aprovechar al máximo todos los megas contratados.

¿Es hora de cambiar de modelo y complementar o sustituir al que nos ha cedido nuestro ISP? Pues depende. Depende de la cantidad y calidad de usuarios que seamos en casa. Es decir, de cuántos vayamos a navegar y acceder a servicios de Internet o locales a la vez y de cuáles serán estos servicios. A continuación vamos a repasar las necesidades de tres grandes grupos de usuarios en función de la utilización de Internet y la red local doméstica y a recomendar algunos modelos de routers interesantes para cada grupo.

Hogares con uso esporádico o poco intensivo

El grupo con menos problemas a la hora de elegir router es el de los hogares que utilizan la Red de forma esporádica o con unas necesidades de ancho de banda reducidas. Acceden a Internet de forma ocasional para navegar un rato, usar el correo electrónico, el chat, la mensajería instantánea y lo más complejo que hacen es ver algunos vídeos en YouTube.

Además, tampoco va a haber más de uno o dos usuarios accediendo a la red local o a Internet al mismo tiempo, ya sea desde terminales móviles o desde ordenadores, con lo que las necesidades de ancho de banda y de potencia de proceso para gestionarla son muy reducidas. En general, se trata de viviendas en las que hay conexiones de ADSL con velocidades de 10 o menos Mbps., aunque con la tendencia actual de los operadores de instalar fibra incluso a bajas velocidades también puede darse el caso de que tengan alguno de estos enlaces de 30 o más Mbps.

Sea como fuere, estos anchos de banda a Internet suelen ser más que suficientes para satisfacer las necesidades del hogar y los routers cedidos por la operadora de turno cumplen perfectamente su cometido, ya que aunque solo tengan WiFi G o N y puertos Ethernet de 10/100 Mbps, la red local cubrirá con creces las necesidades básicas.

Por ello, en general, este tipo de usuarios con utilización poco intensiva no necesitará adquirir un nuevo router. Quizá haya dos casos en los que dentro de este primer grupo podemos plantearnos comprar un equipo algo mejor: cuando la cobertura de la red inalámbrica es muy pobre (aunque también tenemos otras opciones como comprar un repetidor o un PLC) y cuando la estabilidad de nuestro router es muy mala (es decir, cuando se cuelga o se corta la conexión cada poco tiempo).

En estos casos, si podemos, lo mejor es optar por un modelo que a ser posible sea compatible también con el tipo de conexión que tengamos (ADSL, VDSL, etc.), para sustituir por completo al equipo de nuestra operadora, aunque podemos encontrar algunos problemas de incompatibilidades o complicaciones en la configuración y si solo queremos mejorar la cobertura WiFi se incrementará el precio y los quebraderos de cabeza.

¿Algún modelo interesante? Pues por ejemplo tenemos al Fritz! Box 4020, un equipo relativamente barato (unos 60 euros), con WiFi N de hasta 450 Mbps en la banda de 2,4 GHz, 4 conexiones cableadas Ethernet de 100 Mbps y otra WAN también de 100 Mbps para conectar la salida del módem de la operadora.

Hogares con uso intermedio

Subiendo un poco más en el escalafón del uso de la Red tenemos a una gran masa de hogares que necesita mejores velocidades de acceso a Internet y redes locales con mayor ancho de banda para soportar varios servicios de forma simultánea. Estamos hablando de viviendas en las que habrá entre 2 y 4 usuarios accediendo de forma concurrente a las diferentes redes a través de múltiples dispositivos y en las que también comienzan a usarse servicios de video/música online y bajo demanda de forma habitual aunque no intensiva utilizando diferentes equipos del hogar conectado, como smartTV, reproductores multimedia, receptores AV, etc.

En estos casos necesitamos routers más potentes con interfaces inalámbricos y cableados que puedan soportar varios flujos de información de gran ancho de banda al mismo tiempo. Ya no nos sirven las WiFi G o N más básicas, ni en general los modelos de una única banda de frecuencias.

Debemos buscar un equipo de banda dual que funcione en 2,4 y 5 GHz, con varias antenas de alta ganancia a ser posible orientables para dirigir mejor la potencia de la señal. También conviene que tengan algún puerto Gigabit Ethernet para las aplicaciones más exigentes, aunque en general con puertos a 100 Mbps podría ser suficiente para soportar el streaming de vídeo a 720p y 1080p.

En esta gama tenemos por ejemplo al TP-LINK Archer D2, un router económico con módem ADSL2+ y conectividad WiFi AC que puede funcionar simultáneamente en las bandas de 2,4 y 5 GHz ofreciendo velocidades de 300 y 433 Mbps respectivamente. Cuenta con tres puertos Ethernet y otro WAN de 1 Gbps, tecnología Beamforming un puerto USB 2.0 al que conectar dispositivos de almacenamiento de red y por un precio que ronda los 70-80 euros dependiendo de la tienda.

Tampoco está de más que contemos con alguna interfaz simplificada que permita la utilización de las funciones básicas por parte de miembros del hogar que no estén habituados a manejar este tipo de dispositivos. En este sentido tenemos por ejemplo equipos como el TP-Link Touch P5, un modelo WiFI AC de hasta 1.900 Mbps que incorpora una pantalla táctil de 4,3 pulgadas a color desde la que manejar la configuración principal del equipo por unos 160 euros.

Hogares con uso intensivo de las redes

En la cúspide de la pirámide de necesidades habitan los hogares que utilizan de forma intensiva tanto Internet como las redes locales. Se trata de viviendas generalmente con conexiones de fibra óptica o cable coaxial con velocidades contratadas de más de 100 Mbps que no quieren perder ni un mega, ya que los necesitan todos.

Utilizan la Red no solo para navegar sino también para descargar todo tipo de contenidos a gran velocidad, escuchar música, para ver televisión, películas en FullHD o incluso 4K, tienen contratado algún servicio de videoclub online como Netflix o similar, juegan de forma asidua por Internet, hacen videollamadas y suben de forma habitual contenidos propios a redes sociales y plataformas de vídeo online.

Suelen ser viviendas en las que tenemos habitualmente a más 4 o 5 usuarios (humanos o no) accediendo constantemente a Internet o la red local para transmitir contenidos en streaming y en las que no puede haber interrupciones en alguno de los servicios (por ejemplo en una videollamada) cuando otro de los usuarios está descargando algo o viendo un vídeo en alta definición.

En estos casos ya no buscamos solo dar conectividad a todos los dispositivos de nuestro hogar digital. Queremos que esta conectividad sea a la máxima velocidad posible, con la mínima latencia (sobre todo para juegos y servicios de VoIP) y con soporte concurrente de múltiples usuarios. Nuestro router debe contar por tanto con un hardware interno lo suficientemente potente como para gestionar multitud de conexiones sin ralentizaciones o cuellos de botella.

Por tanto debemos buscar modelos con procesadores de varios núcleos, a ser posible con coprocesadores de apoyo y generosas cantidades de RAM (128 o más MB) que les permitan manejar nuestros paquetes de datos sin inmutarse. Por supuesto, tenemos que comprobar que cuenten con puertos cableados gigabit y conexiones inalámbricas multibanda compatibles con WiFi AC.

Es conveniente que el router incorpore algún protocolo avanzado para la gestión del trabajo de tipo Quality of Service (QoS) que permita redirigir el tráfico de forma inteligente por las diferentes bandas de frecuencia (por ejemplo una en 2,4 GHz con WiFi N y dos en 5 GHz con WiFi AC) dando prioridad a los dispositivos y aplicaciones que necesiten más velocidad y menos retardo.

También conviene contar con varios puertos USB 2.0 o 3.0 de alta velocidad para compartir contenidos en streaming directamente con todos los equipos de la red simplemente conectando una memoria o disco duro al router, para realizar copias de seguridad automatizadas, e incluso para guardar las descargas BitTorrent si es capaz de funcionar como cliente de esta red P2P sin necesidad de un ordenador.

¿Algún modelo recomendable? Pues muchos. Solo hay que ir a lo mejor de cada marca y escoger a voluntad. Por ejemplo, tenemos al Synology RT1900ac, que hace poco pasó por nuestro banco de pruebas. Cuenta con una CPU ARM Cortex A9 dual core a 1GHz, 256 MB de RAM, tres antenas de alta ganancia y puede funcionar en banda dual a 2,4 y 5GHz alcanzando velocidades máximas de hasta 1.900 Mbps.

Cuenta con 4 puertos Gigabit Ethernet, con USB 3.0 y con el software de gestión Synology SRM y control desde terminales móviles para facilitar el manejo de las funciones básicas. ¿Su precio? Ronda los 200 euros, pero nos merecerá la pena si necesitamos un equipo con gran potencia.

¿Más opciones de routers de gama alta? Pues este verano tuve la ocasión de probar el NETGEAR Nighthawk X6, el tope de gama de la marca que cuenta con conexión inalámbrica a tres bandas: una en la de 2,4 GHz (de tipo 802.11 b/g/n) con velocidades de hasta 600 Mbps y otras dos en la banda de 5GHz (de tipo 802.11 a/n/ac) con velocidades de hasta 2×1.300 Mbps, logrando una velocidad total combinada de 3.200 Mbps.

Tiene cinco puertos Gigabit Ethernet (cuatro para la LAN y otro para conectarlo al módem que da salida a Internet), un puerto USB 3.0, otro 2.0 y está gobernado por un procesador de doble núcleo a 1 GHz con 256 MB de RAM. Su precio ronda los 260 euros, pero si necesitáis potencia y no os asusta su aspecto de garrapata gigante es una buena opción.

Resumen de características

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