Una de las mayores sorpresas del CES 2012 fue encontrarnos, al llegar al stand de Razer, con nada menos que un portátil. El fabricante de periféricos ha dado un salto bastante lógico dada su experiencia en periféricos y ha creado el Razer Blade, un equipo pensado para jugar con muchos ases en la manga.
El Blade (o Switchblade como se le está denominando también) se apunta un primer tanto con sus dimensiones. En un mercado en el que la media de portátiles mide 5 o 6 centímetros de grosor y puede alcanzar hasta los 7 kilos de peso, el Razer Blade tiene 2.24 centímetros de grosor y pesa poco más de 3 kilos, con carcasa de aluminio anodizado en negro mate y un diseño sencillo pero muy atractivo.
En el interior encontramos un Intel Core i7 2640M a 2.8GHz que aguanta overclock hasta los 3.5GHz. La gráfica es una Nvidia Optimus GT55M con 2GB de memoria y la RAM base es de 8GB. El almacenamiento corre a cargo de un SSD de 256GB aunque parece que habrá también opciones de discos duros SATA. La pantalla del equipo es una LED backlight de 17 pulgadas 16:9 con resolución nativa FullHD.
Una de las características más particulares es su interfaz gráfica integrada. Junto al teclado tipo chiclet retroiluminado en verde encontramos un puñado de teclas OLED con una paqueña pantalla a color. Estas teclas permiten acceder a un buen puñado de aplicaciones, navegar por internet, ver vídeos en Youtube o utilizar la pantalla como trackpad.
La idea destrás de esta pantalla es la de servir de elemento de información secundario cuando estemos en mitad de una partida. El Razer Blade está a punto de salir en Estados Unidos a un precio de 2.800 dólares, pero aún no hay noticias de si llegará a Europa. Todo depende de su acogida al otro lado del charco.
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