Disipadores y ventiladores de gama alta suelen traernos niveles de ruido muy bajos, cercanos a cero, aunque no lo eliminan completamente. La única solución para tener un ordenador de sobremesa que no emita ruido es acudir a sistemas de refrigeración pasiva.
El Stealth LPC-625F es uno de esos pocos, muy pocos equipos que no tienen ningún ventilador en su interior. Basan su sistema de refrigeración en disipadores de aluminio que sustituyen a la carcasa, los cuales permiten extraer el calor del interior hacia el exterior y sin necesidad del uso de ventiladores. Es un sistema que se ve también en algunas tarjetas gráficas de gama media/baja, las cuales incorporan láminas de aluminio o cobre en vez de un sistema de aire o agua.
No puede decirse que el Stealth LPC-625F esté preparado para ofrecer un altísimo rendimiento. Monta el Core 2 Duo P8400 de Intel de la gama Penryn, muy común en equipos portátiles, con una gráfica Intel GMA X4500 integrada que dota al ordenador de salidas HDMI y DVI.
Dispone de dos slots para memorias DDR2 con los que se podrán instalar hasta 4 GB en total, aunque el equipo viene con 1 GB de serie. Además, una conexión SATA para conectar un disco duro, aunque deberá de ser de 2.5 pulgadas por exigencias físicas. De forma predeterminada trae uno de 80 GB, aunque de fábrica se le puede instalar uno de hasta 500 GB o, si lo preferimos, discos SSD.
El tamaño es uno de los puntos más fuertes de este LPC-625F de Stealth. Mide sólo 20×20×6 centímetros, aunque en su contra nos encontramos con un muy elevado precio: 1.600 dólares.
Sonaba muy bien para tenerlo como ordenador de sobremesa junto al televisor, como centro multimedia o incluso servidor de descargas, pero el precio hará que muchos ni se lo piensen una segunda vez.
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