Motorola lo anunció durante su evento anual en octubre del año pasado, pero no ha sido hasta este Mobile World Congress de Barcelona cuando hemos podido tenerlo en la mano. Nos referimos al nuevo prototipo plegable con "pantalla adaptativa", la forma que tiene la compañía de definir este dispositivo flexible que podemos moldear según nos interese.
Estamos ante un dispositivo que cuando está extendido parece un móvil al uso, con una diagonal de 6,9 pulgadas. Lo que ocurre es que podemos llegar a doblarlo hasta casi la mitad, casi como si fuera el Motorola Razr plegable.
Tras probarlo nos ha dado la sensación de que podemos estar ante la siguiente evolución de los plegables tipo concha. Es cierto que no queda totalmente plegado, ahí hay cierto margen de mejora, pero la idea es esa. En vez de hacer "clic" para abrir y cerrar el plegable, simplemente lo agarramos y estiramos o doblamos a nuestro gusto.
Motorola quiere hacer realidad los dispositivos flexibles
La parte trasera no es rígida, sino el dispositivo no funcionaría. En lugar de tener una carcasa de plástico o aluminio, lo que tenemos es una especie de funda de piel. Suficiente fija para que se mantenga en pie, pero suficiente flexible para permitir que lo moldeemos como queremos.
Una de las funciones e ideas que Motorola tiene para este concepto es el de transformar el móvil en un wearable. En la parte trasera tiene un imán y esto, combinado con la forma más doblada, hace que actúe como una especie de pulsera gigante.
Lejos de quedarse aquí, Motorola explica que mediante inteligencia artificial sería posible analizar la ropa que llevemos puesta y generar un fondo de pantalla adaptado.
Mi opinión personal es que pese a lo llamativo, lo veo muy poco práctico. El factor forma me sigue pareciendo demasiado grande y de hecho este tipo de prototipos me recuerda al ya mítico Nubia Watch.
Sí me ha convencido bastante más una demostración de un juego del cuatro en raya, donde cada jugador puede utilizar un lado de la pantalla y al estar doblado, ninguno ve lo que está pulsando el otro.
Es una idea que en los plegables ya existe y con este dispositivo flexible pues se puede implementar de manera fácil.
Se nota que es un prototipo y todavía está lejos de materializarse como un modelo comercial porque el doblado del dispositivo todavía sigue sin ser del todo fluido. Aunque las pantallas flexibles permiten hacerlo, la fuerza que tenemos que aplicar parece lo suficiente alta como para que nos cansemos después de unas cuantas veces.
Aunque el software de Android daba fallos y se notaba que no estaba adaptado para este tipo de dispositivos tan flexibles, lo que sí me ha parecido interesante es que la pantalla no mostraba ningún tipo de arruga visible. Con los plegables es muy fácil que nuestra vista se vaya a la arruga central, pero en este caso la visión estaba todo de una pieza.
Los plegables ya han demostrado que están preparados para convertirse en nuestro móvil diario. Las pantallas flexibles por su parte siguen mejorando. Lo que ocurre es que todavía no tenemos móviles completamente flexibles que podamos doblar a nuestro antojo. Está por ver que realmente esta idea de Motorola sea la que acabe imponiéndose, pero sí es un buen ejemplo del margen de mejora que tenemos.
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