El MIT desarrolla una alternativa al GPS para los océanos: UBL es un sistema capaz de modular señales debajo del agua

El GPS es una tecnología asombrosa, mediante triangualarización nos permite ubicar y posicionar objetos en cualquier parte del mundo (y fuera de él) a una distancia de apenas centímetros de precisión. Las cosas sin embargo son algo más complicadas debajo del agua, donde el GPS deja de tener sentido. Para ítems y animales en océanos y mares el MIT ha creado una alternativa: el Underwater Backscatter Localization (UBL).

Actualmente a la hora de posicionar elementos por debajo del agua se utilizan señales acústicas. Una técnica tan antigua y eficiente que hasta los animales submarinos la utilizan. El problema es que se suele requerir de baterías pesadas para que el dispositivo que emita las señales tenga una autonomía lo suficientemente grande. Ahora el MIT propone una nueva solución que podría facilitar la realización de exploraciones oceánicas y el seguimiento de criaturas marinas.

El dispositivo que refleja las señales bajo el agua

La idea de crear este nuevo sistema era solucionar el problema actual con las señales acústicas del rápido agotamiento de las baterías. Cambiar una batería en un objeto debajo del agua o anclado a un barco no es complicado, el problema es tener que hacerlo por ejemplo a una ballena que se está rastreando. La idea de UBL es que no requiere de ello al generar su propia carga eléctrica.

El sistema UBL aún está en desarrollo y el MIT indica que queda trabajo por delante. La idea principal está en que UBL no necesita emitir sus propias señales acústicas. En su lugar refleja las señales moduladas del entorno que recibe. Esa técnica puede dar a los investigadores información sobre el posicionamiento del objeto que refleja la señal.

Los sensores del UBL están hechos con materiales que generan su propia carga eléctrica en respuesta. Cuando reciben una onda sonora que hace vibrar el sensor del dispositivo UBL este usa esa carga para reflejar de forma selectiva algunas ondas sonoras en su entorno. Los receptores traducen la secuencia de reflexiones, conocida como retrodispersión, en un patrón propio para las ondas sonoras reflejadas y ceros para las ondas sonoras no reflejadas.

Actualmente este sistema ya se utiliza para transmitir información sobre la temperatura o salinidad de los océanos. En teoría aplicando este mismo principio se puede determinar la ubicación de un objeto midiendo cuánto tarda la onda de sonido en reflejarse en el UBL y luego volver a la base desde donde se ha emitido. De este modo se mediría la distancia entre el investigador y el dispositivo UBL al que se busca.

De momento es una tecnología en desarrollo y los investigadores del MIT aún tienen que enfrentarse a algunos inconvenientes que supone el océano. Por ejemplo el hecho de que la señal a veces sale a la superficie y luego regresa al fondo marino al no viajar directamente al sensor. En todo caso es una idea interesante para plantear alternativas a la hora de ubicarnos bajo el agua, algo no tan sencillo como en superficie.

Vía | MIT News

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