El cambio de hábito a la hora de echar esa lectura de antes de irse a dormir, que ahora se realiza en algunos casos más mediante un libro electrónico o tablet, podría estar produciendo que el mecanismo natural o habitual hasta ahora para iniciar el sueño se estuviera alterando. Así lo afirma un primer estudio que ha sido publicado en el PNAS de EEUU.
Usando un grupo reducido, 12 voluntarios, y un entorno muy controlado, el estudio afirma que leer antes de dormir usando una pantalla activa, es decir, que emite luz (como la de los tablets o smartphones), altera el ritmo biológico y puede provocar que tardemos más en conciliar el sueño al encontrarnos más activos, menos cansados y por lo tanto, predisponernos a un descanso menos reparador.
Hasta un 50% menos de melatonina si leemos en tablet
La luz emitida por los dispositivos electrónicos como tablets, smartphones u ordenadores demostraron en el estudio reducir el nivel de melatonina en la sangre de los voluntarios que usaron durante días un gadget de este tipo para leer antes de dormir. Pero ojo porque lo hicieron durante cuatro horas, las mismas que empleó el otro grupo al que se le dio un libro en papel.
Esta alteración del ritmo biológico el estudio lo asocia a la fuente intensa de luz que además no es de la temperatura adecuada para esas horas nocturnas. En el estudio, ese descenso de melatonina indicaba un retraso de una hora respecto a la disposición más natural del cuerpo a la hora de prepararse para ir a dormir. En la realidad, según el estudio, quienes leyeron en un dispositivo con pantalla activa emplearon 10 minutos más en conciliar el sueño, misma cantidad de tiempo que pasaron de menos en la fase REM. Aunque no se realizó la prueba, los responsables de la investigación igualan la experiencia de leer en un libro de papel al de usar un lector con tinta electrónica sin fuente de luz.
Más allá de lo que apunta este estudio, el uso del lector de tinta electrónica como elemento de larga lectura está viéndose invadida a buen ritmo por smartphones y tablets. En el primer caso, el tamaño de sus pantallas ya casi se iguala al de un libro electrónico al uso si nos referimos a phablet. En el caso de los tablets, tener un dispositivo multiuso que también nos sirva para leer es para muchos una gran tentación, máxime cuando su peso y grosor se ha reducido hasta hacerlos incluso cómodos como dispositivo de lectura. Otra cosa es que debamos emplearlos para esa actividad.
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