Si pensabas que los 300 Mbps de fibra óptica de los que las operadoras muchas veces presumen que es una cifra alta... no es nada. Por lo menos si lo comparamos con el nuevo récord de velocidad, que acaba de batirse para llegar a los 178 terabits por segundo. Según dicen los investigadores, es como descargar todo el catálogo de Netflix en menos de un segundo.
El proyecto se ha llevado a cabo por parte de unos investigadores de la University Collage London. Como experimento que es, se ha hecho en un laboratorio con equipamiento especial. Está más pensado para la investigación y la puesta al límite de la tecnología que para el uso real, no obstante, eso no le quita mérito a la hazaña.
Un espectro diferente y amplificadores especiales
Según indican, es el doble de velocidad de cualquier otro sistema implementado actualmente en el mundo. Para conseguir esto lo que hicieron para el proyecto fue utilizar un rango mayor de longitudes de onda que las que se transmiten por fibra óptica. Mientras que el espectro actual utilizado es de 4,5 THz, los investigadores utilizaron un ancho de banda de 16,8 THz.
Además, consiguieron amplificar la señal para aumentar la cantidad de datos transmitidos. Actualmente los sistemas de fibra óptica ya disponen de amplificadores cada ciertos kilómetros para recuperar y mejorar la señal que se puede perder por el camino. Se basaron en esta idea pero con unos amplificadores especiales con los que manipularon las propiedades de cada longitud de onda individual.
Para las pruebas los investigadores generaron bits aleatorios con un ordenador. Estos fueron enviados a través de una red de fibra óptica de 40 kilómetros que utilizaron para las pruebas. ¿El resultado? 178 Tbps, o unos 22.250 GB enviados en un segundo. Es unas dos millones de veces más veloz que una conexión comercial mediante fibra óptica en casa.
Indican los responsables del proyecto que esto se puede aplicar también a la infraestructura existente de fibra óptica actual. No se van a conseguir los asombrosos 178 Tbps, pero puede ayudar a mejorar las velocidades actuales y reducir la posible congestión de tráfico. Para hacernos una idea, los gigantescos cables submarinos que conectan el mundo llegan a los 26,2 Tbps en el caso del cable que conecta Bilbao con EE.UU.
El récord previo que tenemos en cuanto a velocidad de internet proviene de Australia, donde se consiguió transmitir 44,2 Tbps. En ambos casos se está dejando de lado un poco la tecnología tradicional de la fibra óptica porque ya llega a ser técnicamente imposible mejorar su velocidad. En su lugar se juega con cambiar la longitud de onda, usar un espectro diferente o dispararla por un 'peine de luz' como hicieron en el caso de Australia.
Vía | UCL
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