La alta definición ha llegado para quedarse. Hasta que llegue un nuevo avance y tengamos que estar haciendo otro especial de nuevos televisores para la altísima definición. Menos mal que el ojo humano tiene unos límites a partir de los cuales no nos valen más píxeles, aunque eso no parará a la industria, que tiene que renovarse para seguir vendiendo.
Nosotros nos vamos a centar en la televisión de alta definición o HDTV, término más o menos nuevo, y que ya forma parte del vocabulario común de la mayoría de consumidores, gracias a las agresivas campañas de las marcas de televisores, pues parecen ser de momento las únicas interesadas en el cambio de televisión.
Básicamente la alta definición nos va a permitir tener en casa una calidad de imagen y sonido mayor que la que podíamos disfrutar hasta ahora. Si la televisión estandar nos ofrecía un formato de pantalla de 4:3 y una resolución como máximo (sistema PAL, el que se usa en España) de 625 líneas, la nueva HDTV llega con hasta alrededor de cinco veces más información. Además, las pantallas de las televisiones de alta definición utilizan una ratio de imagen de 16:9, acercándose al cine y permitiendo una mejor reproducción de películas. Y no nos olvidemos del sonido, con el sistema 5.1 Dolby Surround como habitual.
En los televisores, a mayor número de píxeles, mayor resolución y detalles más precisos, y eso es lo que busca la alta definición.
Sin embargo, la alta definición no es algo de hace unos pocos meses o años. Su concepción tiene ya más de 20 años. De hecho, se inició cuando la tecnología todavía era analógica. Fue precisamente ese aspecto lo que hizo que fracasara ese primer intento por llegar a las 1250 líneas de resolución en vez de las 625 del sistema PAL. También se pretendía pasar al formato 16:9 influenciados por los sistemas usados en el cine, y elevar la frecuencia de cuadro. En cuanto al sonido, se quería acercar a la calidad del CD.
Esos primeros intentos dieron lugar a los formatos MUSE en Japón y HD Mac en Europa, pero como hemos dicho, fracasaron ante la necesidad de un ancho de banda mayor del que estaba disponible en esos momentos.
Volviendo a nuestros tiempos, la señal televisiva actual, de definición estándar, cuenta con 720 x 576 píxeles, es decir, 576 líneas de 720 píxeles. Las pantallas de los televisores de alta definición cuentan con más: 1280 x 720 (720p) y 1920 x 1080 (1080i y 1080p).
Sin embargo, como habéis visto, hay unas letras, p e i, justo al lado de las cifras de líneas de las señales. Esto tiene que ver con la forma en que las imágenes se refrescan o muestran en la pantalla. Así, podemos tener una señal progresiva y una entrelazada.
En el caso de la señal entrelazada, como la 1080i, la pantalla se rellena en dos fases, primero unas líneas y luego otras. El ojo humano no percibe apenas esa diferencia. La ventaja es el ancho de banda que nos ahorramos. Cuando hablamos de formato progresivo, la pantalla queda rellena con todos los píxeles a la vez.
Todo esta teoría de los 720p 0 1080p nos va a servir para que en el siguiente especial, podamos decidir entre un televisor HDReady o FullHD, o como ya hemos aprendido a denominarlos, HDReady y HDReady 1080p.
Más información | Wikipedia.
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