¡Oh, la Navidad! Ya está aquí de nuevo con sus dulces típicos, espumillón en las tiendas y nuestros pobres buzones atiborrados de catálogos de juguetes que parecen competir con las antiguas guías de teléfonos por ver quiénes son los primeros en deforestar el Amazonas.
Y ya que hablamos de catálogos de juguetes, nos hemos parado a analizar estas publicaciones porque son todo un análisis sociológico de los que hoy son niños y mañana pagarán (crucemos los dedos) nuestras pensiones.
¿Qué película ha triunfado en forma de merchandising este año? ¿Sigue habiendo un claro sexismo en la asignaciones de roles a través de los juguetes (spoiler: sí)? ¿Juegan los niños de hoy a lo mismo que jugábamos los niños de ayer, o de antes de ayer? Todas estas cosas y muchas más pueden apreciarse echando un vistazo a estos catálogos.
En esta ocasión, hemos querido poner en foco en cómo las revistas de juguetes de los principales vendedores han retratado los juegos dedicados a la ciencia y la tecnología, y las conclusiones son variadas y para todos los gustos. Allá vamos.
El Corte Inglés, el más nutrido
El catálogo de juguetes que El Corte Inglés ha editado para estas navidades tiene la friolera de 436 páginas (puedes consultarlo online aquí). Casi nada. Cuesta creer que haya juguetes suficientes para llenarlo, pero los hay. De ellas, 17 páginas están dedicadas a juguetes científicos y electrónicos.
Claro que en esa categoría caben muchas cosas: desde telescopios, microscopios, juegos para hacer experimentos de física, química o botánica o proyectos de mecánica y robótica hasta supuestos relojes inteligentes, jueguetes que imitan a un móvil o aparatos para cantar y bailar conectándoles un MP3. Que eso está muy bien, pero de científico o tecnológico tiene poco.
Aunque en esta sección no es especialmente evidente, el sexismo generalizado del catálogo (y de casi todos los catálogos) está presente también: los niños construyen robots, las niñas cantan con micrófonos rosas.
Hipercor, poca atención
Hipercor, que pertenece el Corte Inglés, ha sido algo más comedido con su catálogo navideño, y solo tiene 174 páginas (puedes verlo aquí). De ellas, cuatro pertenecen a la sección Mini Eisteins que recoge los juguetes de ciencia y tecnología.
Una vez más, se mezclan los juguetes realmente científicos o tecnológicos con otros que no lo son tanto, como relojes que se conectan con una app para registrar los movimientos o tablets y smartphones con conexión wifi para mandar mensajes o fotos a los amigos. De nuevo, nada en contra, pero es difícil considerarlos juguetes científicos.
En estas cuatro páginas caben pocos niños, así que no hay una asignación de roles evidentes... casi. Porque una niña sí que cabe, y de nuevo aparece cantando con un micrófono rosa bajo la frase "¡Conviértete en una estrella!". Una oportunidad para animarlas a ser científicas totalmente desperdiciadas.
Toy Planet, nuestro absoluto favorito
Ojear el catálogo de Toy Planet (te animamos a hacerlo aquí) es como entrar en una realidad paralela en la que los niños juegan a las comiditas y las niñas trastean con muñecos de acción y con coches y todos tienen cara de estar pasándoselo en grande. Una experiencia fresca y reconfortante en 203 páginas.
En este catálogo encontramos otra agradable novedad: los juguetes científicos van emparejados con los músicos, en un total de cuatro páginas, plantando la semilla de que ciencia y cultura son en realidad dos caras de la misma moneda. Nuestras simpatías por Toy Planet van en aumento.
Son pocas páginas, pero nos gusta la selección: los juguetes están realmente dedicados a la ciencia o la tecnología, con mapas, experimentos y microscopios. Una niña mira por un telescopio y un niño toca una guitarra rosa. Basta, Toy Planet, vas a conseguir que me enamore.
Juguettos, divididos por edades
El catálogo de Jueguettos (aquí) presenta una novedad respecto a los anteriores: incluye una división por edades. Esto nos parece especialmente conveniente en el caso de los juegos científicos y tecnológicos porque ayuda a elegir uno que el niño vaya a entender y disfrutar.
Los juguetes científicos están concentrados casi al final, en cinco páginas, y damos nuestra aprobación a la selección porque son juguetes realmente científicos: experimentos, robótica, mecánica, mapas, microscopios y telescopios.
Aunque nos gusta menos un pequeño detalle: solamente aparece un niño en esta sección, ¿dónde están las niñas?
Carrefour, lo accesorio va primero
Carrefour es quizá el que menos atención ha prestado a los juguetes científicos en su catálogo navideño (que puedes ver aquí). De las 147 páginas que ocupa solamente hay 2 dedicadas a estos productos.
Forman parte de una sección llamada La montaña de la imaginación, algo que suena evocador y nos gusta. La comparten con otros juguetes dedicados a aprender a escribir, a pintar y a maquillarse entre otras cosas. Abriendo la sección aparecen los ya mencionados juguetes pseudoelectrónicos, y es la segunda página la que recoge los juguetes propiamente científicos.
En todo el catálogo apenas salen niños, y no hay ninguno entre los juguetes científicos, aunque sí hemos encontrado un detalle llamativo: entre un juego llamado Quimicefa para hacer experimentos químicos y otro llamado Turbonova para construir aparatos electrónicos encontramos uno llamado Cosmeticefa que anima a ¿las niñas? a fabricar sus propios perfumes y esmaltes de uñas. Destaca por su color rosa, entre el azul de todos los demás juegos de la misma página.
Toys'r'us, por cumplir
El catálogo de Toys'r'us (puedes verlo aquí) y su dedicación a los juguetes científicos nos han dejado un poco fríos. De las 147 páginas, solo 3 están dedicadas a estos productos.
Hay que reconocer algunas inclusiones más que entretenidas, aunque más bien clásicas: construir un modelo del cuerpo humano con sus huesos y sus órganos, o construir maquetas de fósiles de dinosaurios. También aparecen aquí los juegos de Geomag, una especie de Mecano magnético.
Eso sí, no aparece ni un solo niño en la sección, y tal y como están presentados los juguetes, parece que está puesto ahí por cumplir y no con la intención de despertar mucho interés. Aparece también su pequeña cuota de sexismo en forma de Cosmeticefa y Spacefa, los dos juegos teñidos de rosa para las niñas.
¿Cuáles son nuestras conclusiones?
Lo primero de todo es que es positivo que los juguetes científicos tengan un hueco en los catálogos de juguetes, pero no lo es tanto que bajo "científico y tecnológico" se incluya cualquier cosa, especialmente aquellos productos en los que el juego o la actividad no tiene nada que ver con la ciencia o la tecnología. ¿Qué tiene de tecnológica una actividad en la que se enchufa un micrófono al MP3 para cantar y "convertirse en una estrella"?
En cuanto al sexismo, es algo descorazonador a estas alturas, y no se limita a estos juguetes, sino que se respira en casi todos los catálogos al completo. Las niñas aparecen casi exclusivamente junto a productos de color rosa y su relación con los juguetes científicos se limita a aquellos en los que su aspecto está en juego, mientras que solamente los niños parecen disfrutar de construir un robot. ¿De verdad no cabe un poco más de variedad en la industria juguetera?
Menos mal que siempre nos quedará Toy Planet.
Imágenes | El Corte Inglés, Hipercor, Toy Planet, Juguettos, Carrefour
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