Después de la Segunda Guerra Mundial, las potencias occidentales y la Unión Soviética rivalizaron en todo tipo de escenarios. Llegar primero y demostrar superioridad eran elementos clave a la hora de impulsar mensajes propagandísticos. Cuando uno de los bloques daba un paso importante, el otro lo seguía casi inmediatamente, a veces, con resultados curiosamente calcados.
En la Carrera Espacial, por ejemplo, el transbordador espacial soviético Burán compartía características aerodinámicas con el transbordador espacial estadounidense, pero no fueron los únicos vehículos capaces de volar que tenían similitudes con propuestas rivales. El avión de pasajeros supersónico Túpolev Tu-144 era como una foto del Concorde de Francia y Reino Unido.
El Concorde de la Unión Soviética
En Xataka ya hemos hablando del auge y caída del transbordador Burán. Ahora es el turno de sumergirnos en la historia del Túpolev Tu-144, una aeronave que llegó antes que el Concorde y voló por los aires con pasajeros a Mach 2,15 e incluso en la década de los noventa fue utilizado por la NASA. ¿Consiguió Túpolev Tu-144 cumplir con el sueño soviético? ¿Qué pasó por el camino? Veamos.
A principios de la década de los sesenta, específicamente el 29 de noviembre de 1962, Francia y Reino Unido firmaron un tratado que establecía formalmente el inicio del desarrollo del Concorde, aunque los orígenes del proyecto se remontaban a 1950 cuando el director del Royal Aircraft Establishment (RAE) solicitó conformar un comité para estudiar el concepto de aeronaves supersónica, explica GlightGlobal.
Dado que la carrera entre las potencias occidentales y la Unión Soviética estaba en marcha, estos últimos se apresuraron e intentaron tomar la delantera. El 26 de junio de 1963, el Ministerio del Aire de la URSS comenzó el desarrollo de una aeronave denominada Tu-144. El plan consistía en construir cinco prototipos, con la entrega el primero de ellos en 1966.
Los prototipos tenían alas en delta que, a diferencia de las del Concorde, carecían de inclinación cónica. Tras varias pruebas, los desarrolladores optaron por equipar al avión de producción con alas doble delta. Además, como podemos ver en las imágenes, añadieron dos pequeñas alas "bigote" detrás de la cabina para aumentar la sustentación en velocidades bajas.
De acuerdo a la BBC, una característica distintiva del Tu-144, que también era compartida con el Concorde, era un "morro" que podía inclinarse hacia abajo cuando todavía estaba en la pista para que los pilotos pudieran tener una mejor visión y reducir la velocidad de aterrizaje. El avión soviético también frenaba con la ayuda de un paracaídas, un sistema que actualmente está totalmente fuera de juego en aeronaves comerciales.
A pesar de ciertas similitudes con el Concorde, el avión soviético era 3,7 metros más largo (67 metros en total) y 20 toneladas más pesado (99.200 kg vacío) y más rápido (Mach 2,15 frente a Mach 2,04). Sin embargo, ofrecía un alcance limitado a 2.500 kilómetros, mucho menos que los 6.500 km de su rival, lo que exigía realizar escalas en viajes largos y estaba destinado a funcionar principalmente dentro de la URSS.
Los responsables del vuelo a a velocidades supersónicas eran cuatro grandes turborreactores con postcombustión ubicados debajo de las alas. ¿El problema? Para mantener velocidad constante no podía apagar los postquemadores, lo que se traducía en un mayor consumo de combustible y una caída abrupta en la autonomía. ¿De qué servía un avión supersónico si no volaba a velocidad supersónica? Pero este no era el único problema.
Mientras que viajar en el Concorde se ofrecía como una experiencia de lujo en la que podías conversar con otros pasajeros mientras disfrutabas de comida y bebida a bordo, en el Tu-144 todo era más rústico, por así decirlo. Los pasajeros estaban expuestos a niveles de ruido de 90-95 dB provocado por los motores, lo que hacía casi imposible una conversación.
Encuentro frente al Concorde y tragedia
En el Salón Aeronáutico de París de 1973 el Concorde y el Tu-144 se enfrentaron ante la mirada de miles de personas. El primero realizó un nuevo exitoso, pero el segundo acabó envuelto en llamas. Los pilotos intentaron una maniobra exigente, pero el avión entró el pérdida e instantes después el tanque de combustible explotó, matando a sus seis tripulantes y ocho personas en tierra, señala Aviation Safety.
La junta de investigación francesa determinó que la ruptura del ala izquierda dañó los tanques de combustible, causando su explosión. Se cree también que el avión entró en pérdida debido a la desactivación de un componente de seguridad poder realizar maniobras más arriesgadas. Los soviéticos, por su parte, dijeron que los pilotos intentaron evitar a un supuesto avión caza francés que volaba muy cerca mientras tomaba fotos del Túpolev ese día y por eso se produjo el accidente.
A pesar del terrible accidente, el Tu-144 siguió volando. En total realizó 102 vuelos comerciales, pero solo 55 con pasajeros a bordo. El programa Tu-144 fue cancelado por un decreto del gobierno soviético el 1 de julio de 1983 que también preveía el uso futuro de los aviones Tu-144 restantes como laboratorios aerotransportados. Precisamente, sus últimos usos fueron para entrenamiento de pilotos del transbordador Burán e investigaciones atmosféricas.
Pero la historia no terminó allí. En 1990, un Tu-144 fue utilizado como avión de investigación de vuelo supersónico por la NASA. Como explica la agencia, el antiguo avión de pasajeros soviético fue el eje de una investigación internacional conjunta destinada a desarrollar tecnologías para un futuro avión supersónico. El uso de la aeronave permitió comparar los datos de vuelo reales con las simulaciones hechas por ordenador.
Finalmente, el Tu-144 hizo tuvo un final precipitado. Era demasiado ruidoso y costoso como para ofrecer vuelos comerciales con regularidad. En sus últimos tiempos realizó unos pocos viajes sin alejarse demasiado de Moscú y el programa finalizó oficialmente en 1999. En la actualidad no hay ningún avión supersónico de pasajeros operativo, pero muchas empresas están trabajando en proyectos que buscan volver a ofrecer vuelos comerciales con esas características.
Imágenes | Wikimedia Commons (1, 2, 3, 4)
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