Desde hace algunos años, el fútbol americano de la NFL se está volviendo todo un campo de pruebas para nuevas tecnologías, lo que hacen que los datos sean aun más preciosos y no haya espacio a errores o fallos por percepción humana, ya que quieren que todo esté al alcance de cualquier persona y en tiempo real.
Hace dos años la NFL firmaba un contrato con Microsoft para que los entrenadores cambiaran sus viejas pizarras de jugadas por Surface 2 Pro; el año pasado firmaban un nuevo acuerdo, con Zebra Technologies, para meter un par de sensores en las hombreras de los jugadores y así monitorizar su actividad; y ahora esta tecnología llegará al balón para tener todavía más datos de lo que ocurre en el campo de juego.
Cuantificación en todo su esplendor
La NFL quiere cuantificar todo, y eso lo vimos la temporada pasada cuando más de 2.000 jugadores enviaban datos de su desempeño a entrenadores y cadenas televisivas, previo contrato de compra-venta con la NFL, lo que ha servido para monitorizar no sólo su actividad en el campo de juego, sino también saber si el régimen de entrenamiento está siendo el adecuado para cada jugador, o si al final del partido terminan muy cansados y hay que cambiar su participación durante los juegos.
Esta tecnología se basa en dos sensores RFID instalados en las hombreras de cada jugador, los cuales también están activos durante las prácticas para así se poder tener un mejor seguimiento a los entrenamientos. Cada estadio posee 20 receptores que reciben la señal de estos sensores, información que viaja en medio segundo hasta los ordenadores donde se almacena toda los datos estadísticos de cada juego.
Ahora, la NFL está adaptando esta tecnología a los balones por medio de un acuerdo que suma al fabricante Wilson, quien ha empezado a instalar estos sensores debajo de las cuerdas del balón. Esto es apenas una prueba piloto que se esta llevando a cabo durante algunos partidos de la actual pretemporada, por lo que aún no se sabe si se incorporará a la temporada regular que arranca en septiembre.
Gracias a este sensor, los oficiales de la NFL podrán saber la velocidad, la aceleración, la distancia y la ubicación en el campo para cada balón, lo que servirá para tener estadísticas más reales y hacer el juego más ágil al no haber tantas llamadas a revisión. Toda esta información no es sólo para oficiales y entrenadores, quienes por cierto la reciben 24 horas después de cada partido, sino también para hacer más atractivas las transmisiones de televisión y alimentar las famosas ligas Fantasy.
A pesar de todo esto aún sigue pendiente el tema de colocar sensores en los cascos de los jugadores, un tema muy importante para la liga y del que todavía no encuentran la tecnología ideal para tratar de disminuir los daños por contusiones.
Vía | Recode En Xataka | Este casco se deforma para proteger el cerebro de los jugadores de fútbol americano
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