Mónica (nombre ficticio para preservar su identidad) es una periodista que hoy trabaja para un medio nacional, pero que hace unos años fue becaria en Intereconomía. Allí se encontró con que uno de los cometidos que se reservaban para los becarios era la publicación del horóscopo. Cuenta Mónica que aunque la directriz recibida era que había que buscar "fuentes fiables", nadie nunca les revisó nada de lo que escribían en esa sección ni se preocuparon por instruirles en esta labor. "Nos leíamos algunas revistas como Telva, y luego ya nos inventábamos el horóscopo semanal de todos los signos". El grupo Intereconomía no ha respondido a nuestra solicitud de declaraciones al respecto.
Aunque en un principio eran más comedidos "haciendo generalidades para que no cantase demasiado", cuando vieron que no había revisiones, pasaron a "darse un homenaje" de vez en cuando escribiendo previsiones absurdas. "La vida de becario es muy triste y había que sacar el buen humor", remata Mónica. Algo que puede explicar que a veces en los periódicos encontremos joyitas como esta:
Sara (otro nombre ficticio) es otra periodista que también tuvo que pasar por ese aro, aunque ella lo llevó con menos gracejo: entró como becaria en un medio de los grandes generalistas de España y se encontró con que el horóscopo de la edición digital era una tarea para los becarios como ella. Así lo recuerda más de una década después:
"Era horroroso. Tenías que escribir la predicción de salud, dinero y amor para los doce signos. Treinta y seis parrafitos, cuando llegabas a Piscis ya no sabías ni qué poner. Además lo tenías que escribir al cierre, a las cuatro de la madrugada. Los becarios nos turnábamos para redactarlo cada dos semanas. Era como un castigo, de hecho si había que sancionar a alguien se le ponía a escribir el horóscopo dos ediciones seguidas".
De estos dos casos se lamenta hoy Adela Ferrer, astróloga valenciana que ha pasado buena parte de su trayectoria profesional en medios regionales, como Levante-EMV o Las Provincias. También locutando en la extinta Antena 3 Radio, germen del canal televisivo actual. "Es normal que la gente diga que [la astrología] es una memez si los medios compran horóscopos prefabricados o se lo encargan a un becario cualquiera".
Adela nos explica que a algunos cada horóscopo les sale a tres céntimos de euro cuando lo compran a nivel de todo el grupo editorial y luego lo reparten entre sus cabeceras. "Salimos en la sección de pasatiempos. Es una divulgación un poco vulgar de lo que es la astrología".
No ha sido fácil localizar a astrólogos y/o redactores de horóscopos que quisieran participar en este artículo. Guiomar Eguillor, la astróloga de La Vanguardia, dejó de respondernos durante las conversaciones previas. Amalia de Villena, astróloga colaboradora de 20 Minutos, no quiso responder tras contactar con la redacción. De Elle, Glamour, Mundo Deportivo y Marie Claire no obtuvimos respuesta. Lo mismo que ocurrió con Esperanza Gracia.
El ejemplo de Guiomar no es baladí: Albert Gimeno, Director de Comunicación del grupo Godó, editor de La Vanguardia, nos explicó que su medio "se toma en serio el horóscopo", refiriéndose a que en otros medios no se recurre a un astrólogo, sino que se compra a un tercero sin promocionar o se encarga directamente a un becario.
Horóscopo 101
Adela nos explica con amabilidad un proceso desconocido para, seguramente, la mayoría de la población: ¿Cómo determina un astrólogo qué tal le irá el día a los Aries o qué fortuna le espera a los Tauro? ¿Qué flujo de trabajo siguen en su gremio para separar el grano de la paja, la memez de la ciencia?
"Los niños nacidos en invierno apenas salen de casa y suelen estar con su madre, pero los nacidos en verano salen más de casa y su madre se los quita de encima porque le hace sudar, así que acaba en manos de familia y amigos. Eso explica que los niños nacidos en invierno se constipan, y los nacidos en verano tienen diarreas". Así empieza Adela. ¿Cómo se traslada esto al horóscopo?
Le comento que nací en septiembre. "Los virgo se sienten identificados con que son muy recogedores, y muy de contar y analizar, porque en septiembre es cuando se ha recogido el trigo y toca repartir. Esta es la esencia del asunto". Adela también explica otro factor poco conocido, podemos imaginar, para la sociedad civil: la hora del día en la que se nació también es muy importante.
"No es lo mismo un virgo nacido al mediodía que de madrugada. Esto viene de los siglos X a XII, el punto álgido del conocimiento de la astrología. Los del mediodía, con el Sol alto, eran los que eran visitados por la gente del pueblo. Los de medianoche no. La gente que nace a mediodía destaca más y más rápidamente que el resto. Como el niño Jesús, que nació de noche y los pastores tuvieron que visitarlo al día siguiente".
Estas premisas, llevadas al pronóstico zodiacal, se basan en la posición de los planetas con respecto al Sol en el momento del nacimiento de una persona. Ahí también influye la ubicación de ese nacimiento. Con esos datos se forma la carta natal, que es la plantilla base sobre la que prever el futuro de cada persona, también en base a esas posiciones celestes. Sin esa carta, y únicamente con la fecha de nacimiento aproximada, "solo se pueden hacer generalidades", dice Adela, que pone como ejemplo de tipo de previsión realista algo como "este mes vienen disgustos emocionales".
Elías D. Molins también es astrólogo, pero reniega del horóscopo. "El horóscopo se creó para la prensa", nos cuenta. "Para acercar la astrología a la gente. Pero no sirve para juzgar nada a nivel astrológico. Es altamente impreciso, una mera generalización". Coincide en esencia con Adela, pero no lo acepta. Este programador reconvertido a jurista laboral y a su vez reconvertido a astrólogo ha aprovechado su formación para desarrollar Astrospica, un software de investigación astrológica. Aunque puede ser usado por cualquiera, incluidos redactores de medios, no quiere ni escuchar propuestas de periódicos y revistas para redactar el horóscopo.
Ciencia vs negocio
Sobra explicar que la premisa en la que se basa el horóscopo no tiene ningún respaldo científico -todo lo contrario-. Ni sobre las fuerzas gravitatorias o de marea de la Luna en el momento de nuestro nacimiento, ni sobre que la posición relativa del Sol respecto a constelaciones vaya a tener algún efecto en nuestro destino.
En algunos medios, como El País, El Mundo o ABC, el hóroscopo puede seguir siendo un buen negocio y provoca verdaderas peleas por posicionar en lo alto de Google para captar tráfico, pero curiosamente ninguno de los medios en los que trabajaban las dos antiguas becarias con las que hemos hablado les dieron continuidad. Mónica cuenta que "en Intereconomía duró poco, creo que no era muy popular en un medio así". El medio de Sara siguió con horóscopo durante años, pero hoy no hay rastro de él en su versión digital.
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