El Blusens K30 es un disco duro multimedia para el salón, con capacidades de 250, 500 y 750 GB en un disco duro SATA2 interno de 3.5 pulgadas y 7200 rpm. Fue presentado hace un par de meses junto a su hermano el K20, y ofrece reproducción de ficheros audio y vídeo en formato MPEG1, MPEG2, MPEG4, MP3, WMA, OGG Vorbis y AC3.
El modelo que nosotros hemos estado probando es el de 500 GB, con un precio oficial de 150 euros, que a decir verdad no es nada alto. Sus características son bastante comunes y puede ser un producto interesante para aquellos que busquen algo normal a un precio ajustado.
Sin embargo, el reproductor me ha defraudado en varios puntos. Por ejemplo, los menús son algo flojos, rudimentarios, con un diseño muy poco cuidado que da la sensación de estar utilizando un producto del pasado siglo. Esta característica, unida a que el mando a distancia proporcionado no funciona del todo bien, es quizá el punto de inflexión que, al menos a mi, podría hacer que me decidiese por otro aparato.
Comentaba que el mando a distancia no funcionaba del todo bien, y es que hay muchas veces en el que parece que el dispositivo no responde a las ordenes que el usuario le da a través de este periférico. El mando funciona con una pila de botón y tiene un montón de funciones, muchas de ellas que no se llegan a utilizar nunca y que no están ahí más que para rizar el rizo y liar al usuario cuando esté buscando una tecla en concreto en el mando a distancia.
Los menús parecen de otra época, pero son claros y concisos. Apenas se utilizan media docena de iconos para configurar el Blusens K30, y el resto de opciones aparecen siempre como texto que se selecciona mediante un cuadro resaltado en color verde. Nada nuevo.
A la hora de reproducir un fichero, ya sea de audio o de vídeo, siempre da la sensación de que el K30 se cuelga, aunque en realidad está procesando el archivo. Ésto me ha ocurrido con todo lo que he probado, desde audio en MP3, vídeos sueltos en MPEG, hasta vídeos en DVD (una cosa interesante es que puedes insertar la carpeta de un DVD directamente al disco duro y luego te permite reproducirla como si fuese un disco DVD normal).
Este tiempo que el reproductor necesita para reproducir el contenido es bastante negativo para el usuario, ya que aunque no son más de 5-6 segundos, no es normal que el usuario tenga la sensación de que el dispositivo se ha colgado al ir a reproducir un fichero de audio en MP3.
Me ha llamado bastante la atención que, por ejemplo, la película Futurama - El gran golpe de Bender, codificada en XVid (supuestamente soportado) y con sonido AC3, se reproducía a pequeños golpes, dando la sensación de que no iba del todo fluida. Éste problema también lo sufría el sonido, y aunque al principio parecía que todo iba bien, a medida que avanzaba la película iba notando que algo fallaba. Fijándose un poco te dabas cuenta del problema, y terminaba incluso haciéndose algo pesado. De los ficheros de vídeo que he probado, éste problema sólo se ha dado en este fichero, así que más que del K30 seguramente sea problema de que la codificación del archivo no es del todo compatible, aunque inicialmente sí debería serlo.
También me encontré con un problema, y es que a la hora de reproducir uno de los DVD que probé, el Blusens K30 lo inició perfectamente, pero después no dejaba elegir el visionado de la película. En el otro DVD probado sí funcionó sin problemas.
Para añadir contenido al disco, el Blusens K30 funciona como un disco duro externo normal, que se conecta al ordenador mediante un cable USB (como el de las impresoras, no un MiniUSB) y aparece en el sistema operativo como almacenamiento extra. Arrastrar los ficheros, o copiarlos y pegarlos, y listo.
Tras iniciar el Blusens K30 aparece en pantalla un explorador de archivos en forma de árbol, mediante el que podemos ir visualizando todo el contenido y eligiendo qué reproducir. No es necesario meter cada tipo de fichero en una carpeta determinada como por ejemplo ocurre en la PS3 (menudo sistema más cutre, por cierto), sino que se da algo de libertad al usuario para tener ordenado el contenido como él quiera.
En conclusión, el Blusens K30 es un dispositivo que no es caro, pequeño y fácil de usar, y funciona con la mayoría de archivos, aunque no con todos y no siempre bien. Si yo estuviese interesado en adquirir un reproductor de disco duro para el salón, lo tendría en cuenta pero también miraría otras alternativas, aunque sean un poco más caras.
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