Villajoyosa (Alicante) ofrece las frutas de sus 532 olivos para que los vecinos puedan fabricar su propio aceite en las almazaras de la zona
La iniciativa coincide con el alza de precios y se suma a otras tretas para paliar su efecto, como acudir a Portugal para comprarlo o buscar sustitutos
Lo de "oro líquido" nunca le sentó tan bien al aceite de oliva virgen extra. La escalada de precios, azuzada por la sequía, el encarecimiento de los fertilizantes, la inflación y —alerta la OCU— una "clara especulación", ha convertido las botellas de este ingrediente pilar de la gastronomía mediterránea en casi un bien de lujo para no pocos hogares españoles. "Oro líquido" en toda regla. Resultado: hay quien ha optado por hacer acopio de botellas, quien cruza la frontera para comprarlo en otros países y quien busca la forma de elaborar su propio aceite casero.
Lo que sea para que su consumo no sea un trago amargo.
Un poco de contexto. No, no es impresión tuya. El aceite de oliva se ha encarecido. Y mucho. En Xataka hemos analizado ya la tendencia en detalle, ahondando en las causas, derivadas y consecuencias de un fenómeno bien medido por los consumidores. A finales de agosto la OCU calculaba que el precio del aceite de oliva virgen extra se había encarecido un 15,4% desde la primera quincena de julio y que en algunas marcas se situaba ya por encima de los 12 euros el litro.
No solo eso. Su precio se situaba muy por encima del que se cobraba en países vecinos, como Italia, Francia y sobre todo Portugal, donde —estimaba la OCU a principios de mes— el aceite de marca blanca costaba 6,86 euros/litro, un 27% menos que los 8,21 que se pedían por esas mismas fechas en España.
Si el aceite está por las nubes… Toca buscar soluciones. Eso es lo que han hecho no pocos hogares españoles, que ante el alza de un ingrediente clave en la cocina mediterránea optaron por tirar de ingenio y buscar soluciones para paliar la escalada. Hubo quien se dedicó a hacer acopio de botellas temiendo que los precios se encareciesen aún más con la campaña de 2023, quien cogió el coche para viajar a Portugal y beneficiarse de sus precios y quien buscó sustitutos más económicos. Incluso en los restaurantes volvieron a verse las aceiteras rellenables, desterradas hace varios años de los comedores para garantizar la calidad del producto.
¿Y si preparo mi propio aceite? Esa es otra de las soluciones que se han puesto sobre la mesa. El aumento de precios en los supermercados ha llegado acompañado de un repentino interés por cómo preparar aceite casero, con vídeos, tutoriales, consejos y tiktokers metidos a artesanos aceiteros. "Sé que no tengo las herramientas adecuadas, pero como dicen en inglés, un buen trabajador nunca culpa a sus herramientas", explicaba el Reydelacomida en una pieza en la que comparte su experiencia y la conclusión a la que llegaba tras varios horas de trabajo y usar una cantidad imprecisa de aceitunas: "No sé si renta mucho".
Pero... ¿Cómo se hace? Si decides lanzarte a la aventura y preparar tu propio aceite casero debes seguir algunos pasos básicos, como recuerda la firma Florencio Aguilera: lo primero es disponer de la cantidad de aceituna necesaria, un fruto que en la medida de lo posible no haya sido recolectado hace demasiado tiempo. Con esa materia toca echar mano de un molino, licuadora o incluso un robot de cocina tipo Thermomix para montar "una pequeña almazara": se retira el hueso, se tritura la fruta, amasa o bate para romper la emulsión de agua y aceite y se usa luego un saco de tela para someter las aceitunas al prensado y empezar la decantación.
Lo de preparar aceite de oliva en la cocina de casa tiene sin embargo sus propios hándicaps, más allá de las horas y trabajo que haya que invertir en la elaboración del "oro líquido": el impacto de la sequía en la propia producción de aceitunas. "En una campaña media recogemos en torno a 1.350.000 toneladas, este año prevemos 660.000, igual que el año pasado; es decir, en dos campañas vamos a recoger lo que deberíamos cosechar en una", reconocía a finales de agosto Cristóbal Cano, vicesecretario general de Acción Sindical Sectorial de UPA, a Newtral.
El ejemplo de Villajoyosa. Lo de disponer de aceitunas resulta menos problemático en Villajoyosa, una villa de Alicante. Hace poco su ayuntamiento lanzó una propuesta que resulta tan llamativa como reveladora del alcance de la "crisis del aceite": permitirá que sus vecinos recojan las aceitunas de los 532 olivos de propiedad municipal para que puedan elaborar aceite. "La idea es ayudar a los ciudadanos, puesto que pueden conseguir grandes cantidades de aceitunas para consumo propio o fabricar aceite en las almazaras de la zona", señala a Nius Diario las autoridades del municipio, donde hay censadas cerca de 34.000 personas. Todo mientras el consumo de aceite se desploma precisamente por el alza de precios.
No es el único consistorio español en el que la oliva se ha colado en el orden del día. A unos cuantos cientos de kilómetros de allí, en Fuentelencina, Guadalajara, el Ayuntamiento ha decidido emitir también un bando, aunque con un tono bastante distinto: en un intento por preservar los árboles de la localidad, ha prohibido la recogida de almendras y aceitunas de los árboles municipales sin permiso.
Imagen de portada: Jorge Gobbi (Flickr)
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