China es el país que más ha aumentado su arsenal nuclear. Ahora pide contención a EEUU y sus aliados

  • A la vez que China ha aumentado enormemente su arsenal de armas nucleares, pide al resto de miembros del TNP que no las usen

  • Además, aboga por el desarme y la destrucción de las armas nucleares, pero hay críticas por las acciones en Taiwán

Arma Nuclear China
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Las armas nucleares siguen teniendo una importancia vital en la geopolítica mundial. Desde su uso en la Segunda Guerra Mundial con los lanzamientos en Hiroshima y Nagasaki (aunque hasta de esto hay negacionistas), diferentes países han ido construyendo un arsenal de armamento militar que explotó durante la Guerra Fría y que sigue siendo un elemento disuasorio fundamental.

Estados Unidos no tiene rival en esto, pero un país que lleva unos años invirtiendo muchísimo dinero en la creación de un importante arsenal nuclear es China. Ahora, mediante un documento lanzado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular China, el gigante asiático reafirma su petición para las principales potencias: que no sean los primeros en emplear armas nucleares.

Superando expectativas. El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, o SIPRI, mostró en su último estudio de hace unas semanas cómo los nueve países con armas nucleares (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, india, Pakistán, Corea del Norte e Israel) han continuado modernizando sus arsenales. Centrándonos en China, el gigante asiático ha logrado desplegar múltiples cabezas nucleares en misiles balísticos.

China ha dado un "estirón nuclear" y, si bien el Departamento de Defensa de Estados Unidos estimaba que China tendría 400 ojivas para 2030, la realidad es que cerró 2023 con 500 y una inversión de 11.900 millones de dólares en su programa. Las nuevas estimaciones del Pentágono ya prevén un arsenal nuclear chino de unas 1.000 ojivas nucleares operativas para 2030.

El compromiso de China. Por mucho que China esté avanzando a un ritmo frenético en la carrera nuclear, el país recuerda que, cuando detonaron su primera bomba atómica en 1964, realizaron una declaración al mundo en la que se comprometían a no ser el primero en utilizar armas nucleares contra Estados no poseedores de armas nucleares o zonas libres de este tipo de armas.  De hecho, presentó el 'Proyecto de tratado sobre no ser el primero en utilizar armas nucleares' a los otros cuatro países poseedores de este armamento y, desde entonces, ha intentado alentar la firma de una base bilateral o multilateral con estos países.

¿El motivo para no ser el primero en usar estas armas? Que una guerra nuclear no tiene un vencedor final, sino enormes desastres para la humanidad y que ellos sólo desarrollaron armas nucleares en un periodo histórico especial (la Guerra Fría) para "hacer frente al chantaje nuclear, romper el monopolio y prevenir una guerra nuclear".

Defensa propia y disuasión. El objetivo de China, por tanto, no es amenazar a otros países, sino defenderse, salvaguardar la seguridad estratégica nacional y contribuir a la paz mundial. Vamos, como elemento disuasorio. Además, el presidente Xi Jingping comentó hace unos años que "las armas nucleares son la espada de Damocles que pende sobre la humanidad. Deben ser completamente prohibidas y, en última instancia, destruidas con el tiempo para lograr que el mundo esté libre de ellas". Desde entonces, han aumentado considerablemente su arsenal.

El órdago que lanzan a EEUU. Por mucho que esté invirtiendo China, Estados Unidos aún destina 51.000 millones de dólares en su arsenal nuclear cada año. Es, con diferencia, el país que más gasta en armas nucleares con un 56% del total y, junto a Rusia, el país que más ojivas posee listas para lanzar. Ya hemos visto que China está muy por detrás en inversión y le siguen Rusia con 8.300 millones de dólares, Reino Unido con 8.100 millones y Francia con 6.100 millones. Y el objetivo de China es lograr un acuerdo con el resto de países para una "recíproca renuncia a ser el primero en utilizar armas nucleares" basándose en los siguientes puntos:

  1. Una guerra nuclear tendría consecuencias devastadoras y, por tanto, nunca debe librarse. Reiteramos nuestro compromiso a trabajar por la prohibición completa y la destrucción total de todos los tipos de armas de destrucción en masa, creyendo que este Tratado conducirá a la paz y a la seguridad internacional. Puede ayudar a crear un entorno favorable para el control de armamento y el desarme.
  2. Cada Estado Parte se compromete a no ser el primero en emplear armas nucleares contra otro Estado parte en ningún otro momento y bajo ninguna circunstancia. También a no usarlas o amenazar con lanzarlas contra Estados no poseedores de armas nucleares o zonas libres de armas nucleares.
  3. Cada Estado pate tiene derecho a retirarse del Tratado si considera que acontecimientos extraordinarios han puesto en peligro los intereses supremos de su país.
  4. El presente Tratado tendrá una duración ilimitada y sus artículos no estarán sujetos a reservas.

Contradictorio. El punto cuatro es el más polémico porque, si bien se aboga por el no uso de las armas nucleares y hasta por su destrucción, también deja vía libre a que cualquiera abandone el pacto si encuentra una excusa. Y, aunque desde Estados Unidos también hacen declaraciones sobre los esfuerzos de no proliferación y desarme (puntos que ya estaban en el Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares, o TNP, de 1968), mantienen acuerdos de intercambio nuclear con Australia, Japón, la OTAN y Corea del Sur.

Con la guerra de Ucrania, la amenaza nuclear llegó a estar un tiempo en el aire y, relacionado con China y Estados Unidos, tenemos el caso de Taiwán. China considera el país como una de sus provincias y, en numerosas ocasiones, ha reafirmado su intención de utilizar la fuerza para anexar el territorio. Estados Unidos, por su parte, sigue vendiendo armas a Taiwán y se comprometió a defenderlos en caso de ataque.

Críticas. Daryl Kimball, director de la Asociación de Control de Armas, critica que Estados Unidos ya presentó en noviembre de 2023 una propuesta de reducción del riesgo nuclear y el control de armamento que China rechazó en un primer momento. Kimball especuló afirmando que "podría ser que China, simplemente, quiera seguir aumentando el tamaño de su arsenal para tener una fuerza de represalia nuclear asegurada antes de comprometerse con Estados Unidos".

Todo es un poco contradictorio, pero China cierra su documento esperando que los países miembros del Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares respondan positivamente ante estas propuestas. Veremos qué ocurre en el marco de la Conferencia de las Partes de 2026 en la que se pondrá bajo la lupa el TNP, pero tras los movimientos de, sobre todo, China y Estados Unidos, parece más un tira y afloja que una voluntad firme de acabar con este tipo de armamento.

Imagen | Voice of America

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