Los usuarios de internet no nos tenemos que preocupar más que de encender nuestro portátil, smartphone o tablet y abrir el navegador para conectarnos a cualquier web del mundo. Pero para que ello sea posible hay un trabajo inmenso detrás por el lado del tendido de redes fijas y colocación de antenas móviles. Y hoy hemos asistido al inicio de un trabajo que no se da a diario ni todos los años: el tendido del cable Marea.
Facebook, Microsoft y Telefónica, a través de su filial de infraestructuras Telxius, acordaron el año pasado el tendido un cable submarino entre Virginia Beach (Estados Unidos) y Sopela (España) que contará con una velocidad nunca vista, de 160 Tbps, gracias a ocho pares de fibra. El amarre del cable en Sopela, que llevará varios días, y en unos días el buque partirá rumbo a EEUU depositando en el fondo del Atlántico los 6.600 kilómetros de cable que quedará conectado en otoño de 2017.
El océano Atlántico tiene en su fondo numerosos cables submarinos que aseguran las conexiones entre ambos lados del charco, pero hasta ahora solo un cable llegaba a España, el Columbus-III tendido en 1999 desde Miami que tiene una parada en Conil. Marea será por tanto el primero que haga ese trayecto directo, aunque su capacidad será la mayor vista en un cable de este tipo. Para que nos hagamos una idea, sus 160 Tbps permitirían mandar 4.000 DVDs o 100.000 millones de tuits en un solo segundo.
El objetivo del tendido es ofrecer otra vía de conexión no solo entre Estados Unidos y España, ya que Marea llevará los datos que transporte hasta centros de datos de Europa, África, Oriente Medio y Asia. Para Microsoft la inversión es imprescindible para dar asegurar sus servicios en la nube, como Bing, Office 365, Skype o Xbox Live, mientras que Facebook quiere asegurar la mejor conectividad a sus usuarios.
Por su lado Telxius, filial de Telefónica, aporta su experiencia en el tendido de cables submarinos, y usará Marea para ofrecer servicios mayoristas a toda empresa que quiera comprar capacidad de transmisión entre ambos lados del Atlántico.
Otoño de 2017, fecha para su llegada a EEUU
Tras fabricar los 6.600 kilómetros de cable, un buque ha navegado durante tres semanas para llegar primero a un centro de mantenimiento en Calais (Francia) y posteriormente a Sopela. Los trabajos de amarre a tierra llevarán varios días, entre su introducción en tierra desde el barco y su soterramiento en la playa de Arrietara, que tendrá una zona vallada mientras se ejecutan los trabajos.
Pasados esos días el buque partirá hacia Estados Unidos, dejando depositado el cable en el fondo del océano en su camino, con la previsión de que el otro extremo quede anclado en Virginia Beach a lo largo de este otoño. El cable cuenta con un grosor de unos tres centímetros, aunque realmente los ocho hilos de pares son tan finos como un hilo, pero lleva una primera capa de metal (cobre) y una exterior de polietileno que dificulte posibles cortes en un futuro.
A pesar de su grosor y protección, que es mayor cuando se encuentra cerca de la costa o en las playas, es imposible asegurar que el cable no vaya a sufrir posibles problemas en forma de cortes. Anclas de buques fondeados en costa, animales o terremotos son los peligros a los que se expondrá, aunque en caso de corte un buque llegaría hasta el punto (que se detecta con exactitud de manera remota) para proceder a la fusión de las dos fibras.
En Xataka | 1.000 millones de metros de cable submarino son los responsables de que tengas Internet en casa
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