La FP está, definitivamente, de moda. Según los datos del Ministerio de Educación, el curso finalizado este año se saldó con 891.505 alumnos entre FP Básica, Grado Medio y Grado Superior. La cifra más alta de su historia en España. Sin embargo, cuando Sergio Banderas decidió dejar su puesto como programador en 2004 para iniciarse en la docencia, el panorama no era parecido.
"Los primeros años en los que impartí clases en FP eran los previos a la crisis de 2008, cuando los jóvenes que no se querían formar tenían trabajo y buenos sueldos asegurados en la construcción. Y los que sí que querían hacerlo parecían tener la mirada fijada en la Universidad. La FP no era para nada llamativa entonces. Hoy por suerte esto ha cambiado radicalmente", cuenta Banderas a Xataka desde Málaga.
Banderas fue escogido como mejor docente de FP del país en la última edición de los premios Educa, y con él recorremos este camino hasta el aparente auge actual de esta modalidad educativa. Este profesor del Ciclo Superior de Aplicaciones Multiplataforma en el I.E.S. Campanillas de la capital de la Costa del Sol ha visto este cambio de percepción y la propia evolución de la Formación Profesional en España desde su perspectiva más innovadora. El mismo recorrido que hace que ahora muchos de los futuros trabajadores en empleos digitales se bifurquen entre la Universidad y la FP, y que el Gobierno haya puesto entre sus objetivos de salida a la crisis pos-COVID el aumento del porcentaje de alumnos formados en todas sus variantes.
Él pone su propio caso como ejemplo del carácter práctico al que siempre se alude al hablar de FP. Tras estudiar Ingeniería Técnica de Informática de Gestión en la Universidad de Málaga, Banderas comenzó a trabajar a finales de los 90 en empresas del entonces incipiente Parque Tecnológico Andaluz, curiosamente, el mismo lugar en el que se ubican los módulos de FP de su instituto.
"Trabajé 7 años en varias empresas de Málaga y Sevilla como analista programador y la mayoría de mis compañeros eran ingenieros como yo. En ese momento la FP no era o no se veía tan interesante, pero era evidente que conforme fueran creciendo el número de empresas digitales no iba a ser sostenible alimentar toda la demanda de programadores con ingenieros", opina. En 2004, tras dar varias formaciones en empresas, le picó "el gusanillo de la docencia", aprobó las oposiciones para ser profesor, y comenzó a impartir clase en FP.
Las cifras dan la razón a la FP (y la empleabilidad también)
Durante esos 17 años como profesor Banderas ha visto cambiar la FP interna y externamente. En 2012 se instauró la FP Dual, modelo importado desde Alemania que apostaba por introducir las prácticas en empresa de forma mucho más importante, y poco después, la FP Básica: estudios gratuitos destinados a alumnos que no han acabado la ESO pero que quieren seguir formándose.
Hoy, el siguiente escalón son los cursos de especialización de FP, una especie de másteres que han comenzado a aprobarse y probarse, enfocados muchos de ellos en nuevas habilidades tecnológicas y algunas de las especialidades que se creen que serán más demandadas en el futuro.
La capacidad de adaptación de los itinerarios formativos para atender habilidades y empleos novedosos es uno de los factores que han dado impulso a la FP en los últimos años.
De estos 'másteres', hay algo más de una decena con itinerario aprobado, entre los que aparecen Especialización en Ciberseguridad, Implementación de Redes 5G, Fabricación Aditiva o, saliendo de lo digital, de Especialización en Panadería y Bollería Artesanales. Cada uno de estos cursos tiene una duración media de 600 horas, y para cursarlos se debe haber finalizado un Grado Medio o Superior, según los requisitos.
"Son como una especie de másteres de FP, para que todo el mundo se aclare. La idea es que sirvan para afinar en algunas competencias más prácticas y donde no llegan los grados habituales", explica Banderas, quien ha colaborado con el Ministerio en el planteamiento de estos nuevos cursos y ha participado en la puesta en marcha en Málaga el de Desarrollo Videojuegos y VR, de momento de forma adelantada. La idea es que estos cursos vayan llegando a todos los institutos y amplíen su número con la aprobación de la nueva Ley que está en camino.
Esta capacidad de adaptación de los itinerarios formativos para atender habilidades y empleos novedosos es uno de los factores que han dado impulso a la FP en los últimos años.
Los datos y el propio mercado laboral parece que también lo avalan. El informe Infoempleo 2020, elaborado por Adecco y que evaluaba los requisitos que aparecían en las ofertas de empleo publicadas en la ETT recogía que por primera vez el año pasado la empleabilidad de los titulados en FP superaba a la de los graduados universitarios. En concreto, del total de ofertas analizadas, un 41,3% solicitaban títulos en Formación Profesional, por un 33,7% de titulados univesitarios y un 1,9% de estudios de máster.
"Es cierto que durante años la FP fue vista como una especie de patito feo", valora Banderas, quien vuelve a situar en la crisis de 2008 el punto de inflexión en el cambio en esta percepción. Quizá el aumento de oferta en FP, la vía rápida de estudiar menos años, o el fin de la visión de la Universidad como fin aspiracional para los hijos de una generación de trabajadores que no pudo acceder a ella ha ido moldeando el camino.
La empleabilidad de los titulados en FP ya es superior a la de los universitarios
Los datos del Ministerio sobre alumnos matriculados también indican esta traslación de pesos entre facultades y aulas con ordenadores o herramientas. El número de alumnos matriculados en todas las opciones de FP ha crecido un 16,47% en los últimos cinco cursos, mientras que la cifra de universitarios solo lo ha hecho en un 1,62%. Si nos vamos aún más atrás y comparamos con 2008, la cifra de alumnos y alumnas matriculadas en FP casi se ha doblado, pasando de 486.000 a los casi 900.000 actuales.
Los que quieren acabar con birrete siguen siendo mayoría (1,3 millones de alumnos universitarios frente a 891.000 en FP), pero su peso va cayendo lenta pero progresivamente. En 2015 Universidad y Formación Profesional se repartían los alumnos en una relación porcentual de 65,5% frente 37,5%, respectivamente, y ahora lo hacen al 59,26% frente al 40,74%.
"Eso no quiere decir que la Universidad no sea necesaria, ni mucho menos, pero al FP ha demostrado tener una capacidad para adaptarse a las demandas laborales muy válida", valora Banderas.
Pese a esto, el crecimiento de la FP en España sigue siendo insuficiente para igualarse con otros países. España sigue por debajo de la media de la OCDE por ejemplo en los equivalentes a la FP de grado medio, donde solo está matriculado el 12% de todos el alumnado frente al 26% de media de los países de la organización.
I.E.S. Campanillas y el caso malagueño: cuando la ubicación del centro se convierte en parte de su éxito digital
Málaga se ha convertido recientemente en foco de titulares que la nombran como una especie de Silicon Valley español. La construcción de un centro de ciberseguridad de Google, el anuncio por parte de Vodafone de la instalación también de un enclave de nuevas tecnologías, o la captación de teletrabajadores digitales son algunos de sus motivos. Pero como casi siempre, todo se ha hecho cocinando a fuego lento.
El Parque Tecnológico de Andalucía, situado en el distrito nueve de Campanillas de la ciudad, ha sido desde 1992 el germen de parte de la cosecha que se recoge ahora. Y allí, entre empresas, se encuentran las clases del I.E.S. Campanillas donde da clase Sergio Banderas.
"Tenemos una ubicación fantástica que posiblemente ha influido en que nuestro centro haya sido reconocido como puntero en formación digital de FP", cuenta el profesor. "Estamos rodeados de empresas que participan en la vida del centro y los alumnos están en un entorno que ya les facilita esa conexión con el mundo laboral", prosigue. La ubicación allí de las aulas de FP del instituto -los módulos de ESO y bachiller están independientes- se deben a un convenio por el cual el PTA cede zonas de aulas. Una particularidad que juega a su favor.
Esta cualidad también ha sido extraída para el nuevo curso de especialización en Videojuegos y VR, que se realiza en el Polo Nacional de Contenidos Digitales, otra iniciativa en la que en esta ocasión participa el Ayuntamiento de Málaga donde se incuban ideas de negocio digital, hay arenas de eSports y distintos coworkings y laboratorios.
Hablar de FP es hablar de Alemania. Un modelo que puede no ser replicable
Entonces, ¿qué falta para que se deje de hablar de Alemania cuando se cita a la FP y se empiece a hablar de Málaga o de otras ciudades españolas?
El modelo alemán, con una FP Dual donde la empresa tiene un peso mucho más importante, y llega a formalizar un contrato previo a la formación con el alumno, es el espejo en el que durante años se han mirado políticos y formadores al hablar de educación superior no universitaria. Pero ahí, Banderas tiene una opinión quizá no del todo previsible.
"Intentar replicar el modelo alemán de FP en España es imposible", dice rotundo. "Es cierto que seguimos siendo uno de los países de Europa con menos penetración de la FP a pesar del crecimiento, y eso se debe seguir cambiando, pero a veces se nos llena la boca al hablar de Alemania y al final hablamos de dos países con sistemas productivos muy distintos".
Banderas recuerdas viajes realizados al país centroeuropeo en proyectos de Erasmus de FP y nos traslada una imagen a la cabeza. "El nivel de industrialización no tiene parangón con ninguna zona de España. Las zonas industriales se expanden durante kilómetros, cruzas un puente, y siguen... Es cierto que debemos aprender mucho de su modelo y de algunas de sus ideas, pero hay que ver también qué se adapta a nuestro territorio", comenta.
Una de las grandes importaciones de Alemania en este campo es sin lugar a dudas la FP Dual, el modelo vigente que da peso y establece prácticas con las empresas, aunque no de forma tan insertada como en el país teutón. "Ahora se dice que todos los estudios de FP van o deberían ser duales. Bueno, en mi opinión puede ser así, pero tampoco hay que cerrarse en banda a que todo tenga que ser dual. Ese modelo encaja a la perfeccion en muchos sectores y es la empresa la que contrata a los estudiantes directamente desde los institutos. Pero no todas las FP tienen por qué ser duales o necesitarlo. Eso no quita que también bajo mi punto de vista, la empresa haya sido la gran dinamizadora de la FP en España", analiza el profesor.
Una nueva Ley de FP para "impulsar su mejor momento"
Y en este marco, el actual Gobierno presentó a mediados de junio su proyecto para una nueva Ley de FP, la que traería los mayores cambios en 20 años.
La norma, que el Ministerio quiere que se aprueba a finales de este año, traería entre sus novedades un mayor peso de la relación entre empresa y alumno, con prácticas que podrían llegar al 50% del currículum formativo.
También se quieren seguir ampliando el número de cursos de especialización y los ciclos ligados a nuevas necesidades laborales y -seguramente como una de las mayores novedades- se pretende establecer una pasarela que permita que alumnos de FP cursen asignaturas de estudios universitarios y viceversa.
Además, según el proyecto del Gobierno, se incorpora el bilingüismo a la FP, se amplia el catálogo también con cursos de entre 30 o 50 horas de formación que serían accesibles para todo el mundo sin requisitos -con el objetivo de formar a parados- y, en este sentido, también se mejoraría en la acreditación de competencias: que un profesional que ejerce un oficio pero no tiene titulación pueda conseguirla.
"Para mí lo mejor de estos planes, además de ampliar el número de cursos, es la ligazón que se establece entre la formación para el empleo -los cursos abiertos a todo el mundo con foco en los desempleados- y la FP educativa", dice Banderas, que cree que sin lugar a dudas, "la FP está viviendo su mejor momento".
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