Google X, la división más creativa e innovadora de Google que entre otras cosas creó las Google Glass, ha dado a conocer en público uno de sus proyectos más importantes. Lo llaman Baseline Study y su objetivo es extraer los datos del cuerpo humano y de la salud de miles de personas para tratarlos después y buscar coincidencias comunes que ayuden a reconocer enfermedades y posibles curas.
Google ya tiene un equipo de científicos (entre 70 y 100 según explican) listos para el proceso. La idea es, de momento, recopilar información genética y molecular de 175 personas, para después ampliar su estudio a miles de participantes. No tratarán de curar enfermedades concretas, sino que van más allá: al almacenar patrones o biomarcadores de personas que actualmente sufren distintas enfermedades, podrían ser capaces de diagnosticar dichas enfermedades de manera temprana en otros pacientes.
Conociendo el cuerpo actual para prevenir en el futuro
Por ejemplo, explican cómo podrían detectar un biomarcador que ayuda a la gente a digerir mejor las grasas, consiguiendo poco colesterol. Así, otras personas que no tienen dicho biomarcador podrán crear planes específicos para evitar tener problemas de corazón. Aquí Google contará con un aliado importante: su poder de computación, que no sólo les ofrecerá más posibilidades a la hora de tratar los datos obtenidos sino que servirá para dar acceso y que otros investigadores puedan trabajar también con ellos.
Entre la información que recolectarán estarán análisis de fluidos (sangre, orina y lágrimas), muestras de tejidos, el genoma de cada participante, el historial genético de sus padres, cómo metabolizan distintos componentes (comida, nutrientes, drogas...), cómo se comporta el corazón frente al estrés, etc. Paralelamente, en Google X están diseñando distintos dispositivos orientados a la salud con el fin de poder hacer un seguimiento continuado de los pacientes. Ya os hablamos de la lentilla que medía glucosa, pero la idea es incorporar nuevos aparatos "ponibles" que registren el historial de ritmo cardiaco y los niveles de oxígeno, por ejemplo.
¿Y qué ocurre con la privacidad? Desde Google saben que ésta es una de las preguntas que la gente suele hacer de sus proyectos y lo tiene bien pensado. Todos los datos serán anónimos y sólo se podrán utilizar con fines médicos o relacionados con la salud. No los van a compartir con aseguradoras y terceros, afirman. Para asegurarse de que todo esto ocurra, distintos consejos de revisión pertenecientes a los lugares donde se hagan las pruebas (inicialmente universidades) velarán para que se cumplan las condiciones de privacidad establecidas.
Por ahora, como decimos, se trata de una prueba piloto en la que participarán 175 sujetos, pero la idea es ampliarla a miles de voluntarios. Eso sí, tendremos que tener paciencia para ver los resultados: "Esto no es un proyecto de software que terminará en uno o dos años", decía el investigador a cargo del proyecto. La idea es ir haciendo avances pasito a pasito.
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