Aparte de muchas, hay dos propiedades de la piel humana especialmente difíciles de reproducir en materiales sintéticos. La primera es su capacidad para conducir la electricidad y servir así de interfaz a células sensibles a la presión o la temperatura. La segunda cualidad es su capacidad para autorepararse.
Ambas cualidades han logrado ser sintetizadas en un solo material por un equipo de ingenieros químicos de la Universidad de Stanford liderado por el profesor Zhenan Bao. Bao, que ha publicado el resultado de su estudio en la revista Nature NanoScience, ha creado un polímero plástico de consistencia gomosa formado por largas cadenas de hidrógeno. La carga eléctrica de estos enlaces hace que se atraigan y reorganicen su estructura molecular al ser partidos.
En la práctica, el equipo de Stanford asegura que su plástico es capaz de alcanzar una resistencia equivalente a la original en sólo media hora tras presionar una contra otra la superficie de dos mitades seccionadas. Además, es capaz de ‘curarse’ una y otra vez y a temperatura ambiente.
El plástico ha sido tratado además con una cobertura de nanopartículas de Níquel que lo hacen un excelente conductor de la electricidad y posibilitan incluso su uso como material sensible a la presión.
El equipo de Stanford apunta aplicaciones como la creación de piel sintética, prótesis artificiales o coberturas táctiles y autorreparables para gadgets.
Vía | Phys.org
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