EEUU ha derribado un objeto volador de origen desconocido en plena escalada de tensión con China: "Era una amenaza"

F-22
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"Lo llamamos objeto porque es la mejor descripción que tenemos en este momento". Así, sin medias tintas, pero con una cautela que limita de momento la información disponible, describía hace unas horas la Casa Blanca el último desafío que ha causado dolor de cabeza a sus responsables de defensa. El jueves su sistema de radares detectó un "objeto" sin identificar que volaba frente a la costa norte de Alaska, a unos 12.000 metros de altitud. Al concluir que suponía una amenaza para el tráfico aéreo civil el presidente Joe Biden decidía abatirlo.

El incidente es relevante de por sí, pero si está acaparando titulares en la prensa de medio mundo es probablemente por el contexto, marcado todavía por la polémica del supuesto globo espía chino que EEUU derribaba hace solo unos días.

¿Qué ha pasado? Que EEUU ha abatido un dispositivo que sobrevolaba su territorio. El segundo en cuestión de una semana. El "objeto", como lo ha definido el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, lo identificó el jueves el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte con ayuda de un radar terrestre. Poco después enviaba aviones para identificarlo. Al considerar que representaba "una amenaza razonable" para los vuelos civiles, Biden ordenó que lo abatieran. La operación se realizó el viernes, sobre las 19.45 h en la España peninsular.

¿Qué sabemos del "objeto"? No gran cosa, la verdad. Durante su examen las autoridades comprobaron que no estaba tripulado y se sabe que es más pequeño que el supuesto globo espía chino que se detectó —y más tarde abatió— la semana pasada en EEUU. El general y Secretario de Prensa del Pentágono, Patrick Ryder, detalló que el aparato era del tamaño de “un automóvil pequeño” y volaba a una altitud de 40.000 pies, lo que equivale a alrededor de 12.200 metros.

Hasta ahí las tres pinceladas avanzadas por las autoridades. Cuál es su origen y propósito, quién es su dueño y de dónde y cuándo despegó son cuestiones que de momento se desconocen. O no han trascendido. "No tenemos más detalles sobre el objeto en este momento, incluida cualquier descripción de capacidades, propósito u origen", aseguraba ayer el Departamento de Defensa. Si disponía de equipo de vigilancia y capacidad de maniobra, como el globo chino, se desconoce.

¿Y qué ha pasado con sus restos? El misterioso "objeto" lo derribó un avión de combate F-22 de la Air Force frente a la costa norte de Alaska. "Por precaución y la recomendación del Pentágono, el presidente Joe Biden ordenó a los militares derribarlo. Lo hicieron al entrar en nuestras aguas territoriales", explicó Kirby, quien aclaró que la zona en la se realizó la maniobra está congelada. Los restos habrían caído sobre el hielo marino, lo que ha permitido al Comando Norte estadounidense iniciar un despliegue para recuperarlos.

¿Por qué importa el contexto? Porque este es el segundo objeto que derriba EEUU en cuestión de una semana. Hace unos días los cazas del Departamento de Defensa fulminaban otro dispositivo, si bien en aquella ocasión las autoridades sí aseguraban saber de qué se trataba: un supuesto globo de espionaje chino

La lectura es bastante distinta en Pekín, que sostiene que se trataba de un dispositivo meteorológico y civil con fines científicos. Su tamaño era bastante mayor al del nuevo "objeto":  según recoge la CNBC, equivalía a unos tres buses escolares. También era maniobrable. EEUU asegura además que incorporaba la tecnología necesaria para interceptar comunicaciones y recolectar datos.

¿Y más allá? Poco después de detectar aquel primer globo, el Pentágono informaba además de un segundo dispositivo similar que sobrevolaba América Latina. El incidente, claro está, tuvo implicaciones que fueron más allá de la simple anécdota: EEUU decidió suspender casi "in extremis" la que iba a ser la primera visita de un alto cargo estadounidense a Pekín desde 2018 y el gigante asiático ha cuestionado la respuesta de Washington, que ha tachado de "exagerada". "Este asunto debería tratarse con calma sin el uso de la fuerza", reivindica.

Imagen de portada: Robert Sullivan (Flickr)

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