La rivalidad entre Washington y Moscú no terminó con la caída de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría. Los líderes de los bloques Oriental y Occidental siguen intentando mostrar músculo militar para evitar mostrarse débiles y vulnerables. Uno de los escenarios en disputa tiene que ver con la superioridad aérea y quién tiene el mejor caza de reacción de quinta generación.
Entre los proyectos más modernos encontramos el Lockheed Martin F-35 Lightning II de Estados Unidos y el Sukhoi Su-57, cazas furtivos que presumen incorporar lo último en tecnología. Como el avión estadounidense empezó a volar en 2015 posiblemente ya hayas oído hablar de él. El ruso, por su parte, llegó un poco más tarde, empezando su despliegue oficial hace dos años, en 2020.
Vamos a enfocarnos en el menos conocido hasta el momento, el Sukhoi Su-57. El avión, según United Aircraft Corporation (UAC), es un caza polivalente furtivo, es decir, está preparado para el combate aéreo, así como para el ataque terrestre y el marítimo. Sobre el papel cuenta con un sistema de aviónica que brinda apoyo al piloto, alta capacidad de sigilo y maniobrabilidad.
Su-57, el caza de quinta generación ruso
Los orígenes del Su-57 se remontan a 1979, año en que la Unión Soviética plasmó la idea de diseñar y construir un caza de próxima generación que entraría en servicio en la década de los noventa para reemplazar eventualmente al MiG-29 y al Su-27. Sin embargo, la disolución de la URSS detuvo el proyecto, que se retomó en 2001 ante la amenaza de EEUU y su caza F-22 Raptor.
Con el nuevo programa de caza polivalente en marcha, dos compañías aeroespaciales rusas presentaron sus propuestas. Mientras que Mikoyán, responsable de aviones como el MiG-29, apostaba por conformar un consorcio de tres empresas para diseñar el avión, Sukhoi, que se había encargado del diseño del Su-27, proponía cubrir todo el ciclo de desarrollo y producción.
Además, estas compañías tenían ideas diferentes. Mikoyan se inclinaba hacia la construcción de un avión más pequeño y asequible, con un peso de despegue normal de entre 16 y 17 toneladas. Sukhoi, por su parte, apostaba por un avión más avanzado, grande y capaz, con un peso de despegue de entre 22 y 23 toneladas. Finalmente Sukhoi ganó la licitación.
El avión del proyecto fue designado “T-50” y en 2002 comenzaron oficialmente las tareas de desarrollo. Sukhoi se asoció con varios centros científicos y oficinas de diseño para el desarrollo y la construcción de los sistemas de aviónica, motores, radar y otros componentes. Los trabajos avanzaron a buen ritmo hasta que 2004 el Ministerio de Defensa Ruso aprobó el diseño conceptual.
La financiación gubernamental del programa comenzó en 2005 y aumentó en 2006. Rusia anunció en 2007 que el programa de desarrollo estaba completo y que estaban dadas las condiciones para la construcción del primer avión de pruebas de vuelo. Las tareas progresaron, pero el esperado vuelo inaugural se pospuso varias veces por problemas técnicos no especificados.
El primer vuelo de prueba se concretó en 2010 y la construcción de prototipos continuó hasta completar las diez unidades. Durante las pruebas siguientes, Sukhoi descubrió que se formaron grietas en la estructura del avión de forma temprana, lo que obligó a hacer un rediseño de este con materiales compuestos, fuselaje reforzado y otros cambios para cumplir con el ciclo de vida exigido.
Uno de los prototipos voladores (no todos tenían la capacidad de vuelo) se incendió por un problema de motor después del aterrizaje en junio de 2014. La producción en serie del avión comenzó en julio de 2019 ya bajo el nombre oficial de Su-57. El primer avión producido se estrelló en diciembre de ese mismo año debido al mal funcionamiento del sistema de control, según TASS.
La puesta en servicio del Su-57 se retrasó cinco años finalmente. En lugar de 2015, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció la incorporación oficial del primer caza de quinta generación el 25 de diciembre de 2020 en el Distrito Militar Sur. Hasta hoy, sin contar los prototipos funcionales, se han construido cuatro aviones, pero se espera que se construyan otros 22 para finales de 2024.
Características del caza "más avanzado" ruso
Una de las características distintivas del Su-57, al menos según aseguran dentro de las fronteras rusas, es su capacidad de sigilo. La aeronave emplea varios métodos para evitar ser detectado por el enemigo. Por ejemplo, las armas se transportan dentro del fuselaje y las antenas están integradas a la superficie. Además, los materiales pueden absorber ondas electromagnéticas de radar.
Muchas de las características son “clasificadas”, sin embargo, se sabe que el avión posee motores a reacción Lyulka-Saturn izdeliye 117. Podría alcanzar una velocidad máxima Mach 2 (2.135 km/h) y un alcance de 3.500 km, que puede elevarse a 4.500 km si se utilizan dos tanques de combustible externos. El alcance a velocidades supersónicas sería de 1.500 km.
A nivel de armamento, el Su-57 puede llevar cuatro misiles de largo alcance R-77M, una variante con buscador de radares de control de fuego AESA, y dos misiles de corto alcance guiados R-74M2. También, aseguran, puede transportar bombas guiadas de precisión y el nuevo misil hipersónico ruso Kh-47M2 Kinzhal. Además, posee un caño automático de 30 mm con 150 cartuchos.
Uno de los enigmas de caza de quinta generación ruso tiene que ver con su bajo historial operativo, posiblemente por la flota de aproximadamente 10 aeronaves (contando prototipos). Medios rusos controlados por el Estado aseguran que en 2018 dos aviones, todavía como parte del programa de pruebas, cumplieron tareas en combate en Siria y que incluso dispararon un único misil.
La invasión rusa de Ucrania tampoco ha sido la excepción. TASS señala que “el uso de aviones Su-57 en Ucrania comenzó dos o tres semanas después del inicio de la operación especial”. No obstante, agrega que solo han operado fuera de la zona de destrucción activa por parte de los sistemas de defensa enemigos lanzando misiles. ¿Será que no es lo suficientemente sigiloso?
Esa última pregunta es difícil de responder, principalmente en escenarios militares donde entra el juego la propaganda. Pero el sigilo no sería el único problema de estos aviones. De acuerdo a The Defense Post, Rusia se está quedando sin armas de precisión debido a las sanciones que le impiden acceder a chips, por lo que los Su-57 solo podrían utilizar “armamento tonto”.
Queda por ver, además, de qué forma las sanciones afectarán la producción de las unidades restantes previstas del Su-57 y de las futuras variantes, que incluyen una versión mejorada (Su-57M) y una de exportación (Su-57E), que ayudaría a financiar el crecimiento del programa. India iba a ser uno de los mayores clientes de Rusia, pero se ha distanciado del proyecto.
Imágenes | Oficina de diseño de Sukhoi (Anna Zvereva)
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