Nos encontramos en plena Vuelta a España, la prueba más importante de nuestro panorama ciclista y todo un clásico en las siestas de verano. Tres semanas para demostrar quién es el mejor ciclista del pelotón, pasando por una gran variedad de situaciones encima de la bici, al mismo tiempo que descubrimos lugares preciosos y legendarios de nuestro país.
Para conseguir ganar hay que estar más fuerte que el resto, ser todo un estratega con las posibilidades y el recorrido, estar bien arropado por el equipo, y como en todo, tener suerte. Pero desgraciadamente hay algunos ingredientes que han estado presentes en la historia de la ronda, con los que deben luchar las instituciones del ciclismo. Sí, hablamos de dopaje, pero en su vertiente más mecánica.
Posiblemente estemos ante el deporte que más ha dañado su reputación por culpa del dopaje, también uno de los más duros en cuanto a exámenes fuera y dentro de las carreras. Pero no es nuestro cometido hablar de sustancias que mejoran el rendimiento del ciclista, mejor le dedicamos un espacio a las mejoras que puede haber sobre la bici, y que en los últimos meses han estado dando mucho que hablar.
Desde 2011 la UCI prohibió la propulsión en bicicletas que no fuera realizada con el tren muscular inferior. Se prohibió la propulsión eléctrica
Para mi no había demasiado debate, no considero que una bici pueda utilizar tecnología oculta para mejorar las prestaciones del corredor, sería muy arriesgado en un deporte tan televisado y controlado. Tampoco creo que marcas tan potentes como las que fabrican las bicis, no estén encima de este tipo de asuntos, se juegan su imagen. Pero es la propia UCI la que se ha encargado de calentar el tema al hacer sucesivas pruebas al terminar las carreras, y así se ha abierto la veda a la especulación.
También hay que mirar en los medios especializados en ciclismo - y algunos que no lo son tanto -, ya que han movido e investigado bastante la historia, enseñando cómo se podrían conseguir esas mejoras mecánicas. Además de invitaros a echar un vistazo a bicicletas con la última tecnología y diseño, nos gustaría compartir con vosotros lo que conocemos al respecto de ese dopping mecánico.
Un motor en la bicicleta
Nos vamos a centrar principalmente en esta posibilidad, que es la más llamativa y la que más está dando que hablar, con sonados casos en los últimos cinco años, y mucho material gráfico que nos ayuda a entablar el debate. ¿Un motor eléctrico dentro del cuadro de una bici? Pues cabe y funciona, otra cosa es que alguien se haya atrevido a usarlo.
Aquí entramos en el juego de si no me han pillado, no existe. Así nos hemos pasado mucho tiempo con las sustancias dopantes, y posiblemente muchos nombres conocidos no hayan sido pillados en el acto, llegando a la gloria. Pues lo mismo puede estar ocurriendo con las bicicletas con motor, aunque a mi me parece bastante más complicado de que exista, la prueba es que todavía no han pillado a nadie.
Para los creyentes de que la trampa es posible, en un mundo tan afín a ella como es el del ciclismo, nos tenemos que ir a otros escaparates tecnológicos. En los deportes del motor se juega con irregularidades, con ir al límite en las reglamentaciones, y hay veces que los pillan, y veces que no. Muchos pensarán que el nivel de ingeniería podría estar rivalizando con la Formula 1.
Ciclistas voladores
Antes de entrar a conocer qué cosillas podrían meter en las bicis para correr tanto, nos gustaría poner sobre la mesa algunos vídeos que han pasado a la historia como ejemplos de ciclistas o comportamientos extraterrestres.
- Tour de Flandes 2010, Cancellara deja a Boonen en el Muur-Kapelmuur, como si llevara una moto. Minuto 2:30, el ciclista suizo es el que está a la derecha en las imágenes:
- Paris-Roubaix 2010, de nuevo es Cancellara protagonista, se escapa de una forma poco natural de un grupo lanzado y sin dar pedales de una forma muy enérgica. Lo vemos en el minuto 2:10, juzgad vosotros mismos:
- Vuelta 2014. La caída de Hesjedal en nuestra vuelta dio mucho que hablar, si echáis un vistazo al vídeo, el movimiento de la rueda trasera es poco natural, sigue girando con mucha fuerza. En el siguiente vídeo nos quieren convencer de que el movimiento es normal:
Para la Comisión Independiente para la Reforma del Ciclismo (CIRC) y la Unión Ciclista Internacional (UCI), se trata de un problema muy serio. Hay un elemento nuevo a seguir en las carreras, y ese es el cambio de bicicletas que se realizan durante los trayectos. Los equipos alegan que es mejor cambiar la bici para afrontar la diferente orografía del terreno, pero esos movimientos podrían encerrar cambios a bicis con motor.
En el último Giro, y en la pasada Milan-San Remo, hemos visto algunos exámenes justo al terminar las carreras,y parece que se van a convertir en norma. No encontraron nada.
¿Dónde está el truco?
Un periódico deportivo del nivel de L'Équipe ha publicado algún especial al respecto, explicando cómo funcionaban los sistemas y mostrándonos el trabajo de un ingeniero húngaro que se ha hecho famoso por crear este tipo de motores eléctricos para bicicletas. Su nombre Istvan Varjas, y dice haber vendido sus motores a gente en Mónaco e Italia - más de 100.000 euros -, pero nunca a nadie relacionado con el ciclismo profesional.
Según Istvan, este tipo de motores se usan desde 1998, y han ido evolucionando de forma importante hasta nuestros días. Son completamente silenciosos y no hay rastro de ellos fuera de la bici, pudiendo ir colocado en la barra vertical en la que descansa el sillín, o bien en los bujes de las ruedas.
En alguno de los vídeos que circulan por la red se intenta interpretar que hay un botón que acciona el funcionamiento del motor. Otros hablan de que iría relacionado con el pulsómetro, entrando en acción cuando fuera necesario. Sea como sea debe haber un sistema que los accione, y por lo tanto, otra forma de pillar al infractor.
Algunos de esos motores tienen un diseño cilíndrico - pueden tener las baterías de litio incluidas -, y se meten por el mismo lugar que entra el sillín. La fuerza se transmitiría al eje de pedalier mediante una punta helicoidal. Un ejemplo en el mercado es el de Vivax, que vende un motor de 200 vatios por unos 2.700 euros.
El motor no mide más de 22 centímetros de largo, y tiene un diámetro de 31,6 milímetros. Si nos vamos al peso que añade a la bici, son unos 750 gramos, más las baterías, que añaden un peso diferente según la versión elegida: 900 gramos por 60 minutos de asistencia, o 1,3 kilos por 90 minutos.
A continuación una serie de vídeos con bicicletas de carretera en las que hay uno de estos motores eléctricos dentro:
¿Hace ruido al funcionar? Lo escucharíamos en parado, sin otros ruidos que lo tapen, pero es posible aislarlo más que lo que lo hace la empresa que te lo monta. Si tenemos que pensar la cantidad de gente que hay en una subida importante, y el propio ruido de la rodadura del neumático, poco se va a escuchar.
Aunque no estoy muy animado a creer en el dopaje mecánico, utilizado en carreras importantes, es justo reconocer que nos hemos comido 20 años de EPO y similares, por lo que ya estoy preparado para escuchar cualquier cosa. La UCI se lo ha tomado en serio.
BONUS
En realidad tiene poco que ver con el asunto, solo por el hecho de que hay bicicletas y un tipo capaz de desarrollar una potencia descomunal, sin motores de por medio. Os dejo con Robert Förstemann sacando 700 vatios para hacer unas tostadas:
En Xataka | Lo último para descubrir el dopaje mecánico en el ciclismo de competición: cámaras térmicas
Imagen | Nick Veasey
Más información | Vivax
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