Con la reciente Eurocopa finalizada, la FIFA ya prepara las próximas citas con una idea – por fin – en mente: acabar con los goles fantasma. Han tardado una eternidad, porque la tecnología ha estado ahí casi siempre, pero lo importante es que ha llegado por fin gracias a la decisión unánime de la International Football Association Board (IFAB).
Este organismo internacional ha dado su visto bueno – se presentaban ocho sistemas – a la introducción del llamado ojo de halcón -ya usado en tenis y en la barra del bar cuando falta dinero y hay que localizar a quien no ha puesto bote – y al chip inteligente en el balón, lo que permitirá determinar sin fallo si una pelota atravesó la línea de gol y el tanto debe subir al marcador o no.
Ambos sistemas aprobados usan tecnología avanzada. El ojo de halcón recurre a diversas cámaras – de seis a ocho – de alta velocidad colocadas en diferentes ángulos y cuyas imágenes ayudan a recrear de forma digital la posición exacta de la pelota en cada momento.
El otro sistema genera una especie de cortina virtual en la portería por medio de un campo magnético de baja intensidad que se ve alterado cuando la pelota, que incluye un chip, atraviesa dicho campo. En ese momento y en menos de un segundo, el chip envía una señal al árbitro indicándole que ha sido gol. La última decisión, pese a la tecnología, sigue siendo suya.
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