Para pobres como yo existen empresas como Amosu, encargada de modificar el iPhone y añadirle 420 diamantes de 5.65 quilates en total.
Pero no solo es esa la modificación preciosa que tiene el aparato, sino que además dispone de pequeños añadidos en oro blanco o amarillo y zafiros negros, blancos o rosas, que hacen ascender la factura de la modificación a la friolera (friolerísima) de 42.225 dólares. El suelto que tengo en mi bolsillo, vamos.
Y lo peor de todo es que si se hacen estas cosas es porque alguien las compra. Gástense el dinero en algo más productivo, por favor...
Vía | Embelezzia.