En Estados Unidos llevan tiempo debatiendo sobre la necesidad de que los policías de los diferentes estados estén equipados con cámaras corporales para grabar todo lo que hacen cuando están trabajando. Por fin, toda esa discusión se ha cristalizado en un acuerdo. La administración de Obama ha anunciado la primera partida presupuestaria para que los diferentes cuerpos de seguridad del estado comiencen a incorporar este elemento en sus uniformes de trabajo.
El plan consistirá en 75 millones de dólares que se repartirán en tres años. En este primero, se repartirán veinte y el único requisito que se pide es que el departamento de policía que lo pida tenga una política bien definida sobre su utilización. Además, tampoco se cubrirán los gastos de almacenamiento, algo que puede parecer una cantidad mínima pero que en realidad supondría tener que modificar los presupuestos para buscar una forma de guardarlas de forma segura cuando no estén en funcionamiento.
La administración dotará este 2015 de 20 millones a equipamiento y formación para aquellos departamentos que quieran utilizar cámaras. Por fin ha habido acuerdo entre demócratas y republicanos para dar luz verdad a un plan controvertido ya que recientemente ha habido tres casos de abuso policial que no ha quedado registrado y ha provocado disturbios en Ferguson, Staten Island y recientemente en Baltimore.
A día de hoy algunos departamentos ya han acogido esta tecnología: Los Ángeles y Nueva York pero todavía queda que el resto den un paso adelante y que además se concrete cómo se van a utilizar y si realmente van a estar funcionando y grabando todo lo que un oficial de policía. Aunque es una medida orientada para asegurar que los policías hacen bien su trabajo, para algunos supone una violación de la privacidad. Dejando el debate a un lado, está claro que no quieren que se repitan situaciones como las anteriormente mencionadas.
¿Cómo funcionan estas cámaras corporales?
Hace tiempo os hablamos en Xataka sobre el funcionamiento de las cámaras que llevan los policías en Estados Unidos. Éstas se encargan de grabar todo en una memoria interna y no hay posibilidad de manipularla para que esta deje de funcionar. Una vez ha terminado la jornada, los datos se vuelcan a un ordenador previamente preparado. No se puede transferir a otro equipo ni tampoco eliminar los archivos.
Que el gobierno no cubra los costes de almacenamiento puede parecer absurdo pero si tenemos en cuenta de que se trata de un dispositivo tecnológico con un uso tan sensible, guardarlo en un sitio seguro donde se pueda asegurar que no se vaya a robar o dañar es fundamental. Hay voces en Estados Unidos que defienden que añadir cámaras podría alterar los presupuestos de los departamentos de policía.
Para poner en situación todo esto vamos con algunos datos: la población de Estados Unidos supone un 5% de la gente que vive en el mundo. De toda la población que está encarcelada (y se tiene constancia de ella) el 25% está en este país, a pesar de tener uno de los índices de criminalidad más bajos de los últimos treinta años.
Vía | Reuters
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