Parece ser que a Google le está costando un dinero curioso mantener y proteger la red de cables que tiene bajo el agua, atacada con frecuencia por tiburones. Hablamos de cables de fibra óptica por los que fluyen nuestros datos cada día.
La solución que están tomando es realizar recubrimientos de los cables basados en algo similar al Kevlar, con unas inversiones muy importantes en ello, y en investigar formas de que los escualos no sigan tentados en morder sus redes de información bajo el agua.
El problema no es nuevo, todas aquellas empresas que se dedican a la creación y mantenimiento de cables submarinos llevan décadas peleando con tiburones. Parece ser que los escualos se sienten atraídos por los campos eléctricos que se generan los cables.
Según Dan Belcher, responsable en Google en el departamento relacionado con los negocios de la nube y datos, han tenido que tomar la decisión de recubrir los cables de la zona que cubre el pacífico:
Al contrario que los cables terrestres o metálicos, los de fibra óptica no generan directamente campos importantes que confundan a los tiburones, pero sí lo hacen otros elementos que los acompañan en el cableado, como la energía necesaria para los repetidores de la fibra.
Lo normal es que la fragilidad de los cables de fibra óptica se vea reforzada por múltiples carcasas. El cable incluye una carcasa exterior de poliuretano, luego una capa protectora de kevlar o similar, para terminar con un recubrimiento de plástico de diferentes colores, que además da información. Entre medio de cada capa, hay una estructura protectora de cables metálicos, en la misma dirección que el de datos.
Visto lo visto, debajo del mar, toda protección es insuficiente:
Vía | Network World Imagen | History of the Atlantic Cable & Undersea Communication
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