Dentro de unos días empezará el nuevo curso escolar. Momento de reencuentros con compañeros, cambios de aula y, quién sabe, nuevos gadgets con los que trabajar y estudiar durante los próximos meses.
En Xataka queremos echaros una mano para reemplazar vuestro viejo dispositivo por uno nuevo que se adecúe a las diferentes exigencias de cada tramo de edad, y para ello os presentamos esta nueva Guía de compras. Una edición especial vuelta al cole en la que trataremos desde los más pequeños hasta los universitarios y os recomendaremos el dispositivo adecuado a cada uno de ellos. Porque ahora más que nunca, la informática es esencial en cualquier educación.
Para los más pequeños
Empezaremos hablando de los más pequeños, desde sus primeros pasos frente a una pantalla hasta que inician la etapa escolar. Es necesario mencionar que en este rango de edad hay que realizar una constante revisión del uso que se le da al dispositivo, además de que debemos ser nosotros los que propongamos el software que se adecúe al nivel en el que nos encontramos.
Algo sencillo y barato para los primeros pasos
Un tablet es el dispositivo perfecto para los primeros años
Debido a la facilidad de uso y a lo naturales que son las interfaces, un tablet es el dispositivo perfecto para los primeros años. El mercado ya está lo suficientemente avanzado como para poder encontrar tabletas que van desde los 50 euros hasta los 500, esta última una cifra realmente alta para desembolsar por un dispositivo electrónico que va a utilizar un chaval pequeño.Es por esto por lo que una de las características que debemos buscar es la durabilidad. Olvidémonos de materiales como el aluminio o el cristal y escojamos otros como el plástico. Al fin y al cabo lo más probable es que tenga que soportar múltiples caídas y accidentes, si bien también podemos acudir a acabados premium aunque con el soporte de fundas o carcasas que puedan asegurarlo.
Dispositivos como Superpaquito de Imaginarium son atractivos para los niños, aunque en contrapartida nos encontramos con que su precio suele ser algo caro -- en comparación con otras opciones -- y que, además, su software suele estar bastante limitado. Otros tablets con un enfoque universal, y no sólo infantil, ofrecen una mejor relación calidad/precio.
El software es precisamente otro de los puntos importantes. Un tablet es un dispositivo capaz de ejecutar cientos de miles de programas de la más diversa índole, pero estos deben existir y estar a nuestro alcance a través de algún medio. Tendremos que buscar un sistema operativo que permita la instalación de aplicaciones de terceros, ya sea a través de una tienda (Google Play o iTunes App Store, por ejemplo) y que, además, éstas estén bien nutridas para así poder tener la opción de elegir entre una amplia variedad.
Las aplicaciones a utilizar dependerán del perfil que tenga el chaval y las aptitudes que le queramos inculcar. Pueden ser de colorear, de ayuda a la escritura o de matemática, juegos lógicos o cuentos para leer y donde el contenido es dinámico. Ahí son los padres los que deben buscar y escoger, por supuesto.
Con los requisitos aquí indicados valoraremos qué opciones existen. Los Superpaquito y cia. son interesantes, aunque caros y muchas veces limitados en posibilidades. La familia iPad y tablets de gama alta son opciones que, personalmente, me parecen excesivamente caras, aunque los tablets de Apple tienen como gran ventaja el amplio catálogo de aplicaciones disponible. Quizá el iPad Mini sea una opción interesante, más barata que el modelo de 9.7 pulgadas pero aún así con un precio bastante alejado de lo que muchos están dispuestos a desembolsar en un juguete infantil.
Una de las opciones que nos quedan son los tablets Windows. Los RT los descartaría de inmediato (el número de aplicaciones disponibles y su calidad es muy limitada) y los modelos con sistema x86 completo no estaría mal, aunque su interfaz no es todo lo amigable que desearíamos y, además, su precio suele estar por encima de los 500 euros.
Faltarían los tablets Android, sin duda alguna los más interesantes teniendo en cuenta 1a amplia variedad de modelos existentes -- a partir de unos 75-100 euros -- junto con las opciones posibles en cuanto a diferentes programas.
De Androides va la cosa
Decíamos que los tablets Android son los más interesantes ya que ofrecen mucho por precios muy acertados. Por ejemplo tenemos un bq Maxwell 2 Lite por 100 euros, un Iconia B1 por una cifra similar o un ASUS Memo Pad por poco más, en torno a los 150.
Para esta edad no necesitamos potentes procesadores ni pantallas con máximas resoluciones. Algo sencillo y simple, olvidándonos del hardware y centrándonos en la búsqueda de buenas aplicaciones con las que nuestro pequeño pueda pasar el rato. Podemos, incluso, irnos a por 'tablets chinos' de marcas desconocidas, aunque lo considero una opción demasiado arriesgada y, además, pueden darse problemas relacionados con garantía o servicio técnico.
Por último, las opciones de tablets infantiles son interesantes pero ligeramente más caras. Por ejemplo, Samsung tiene entre manos un modelo 'Kids' muy atractivo aunque parece que subirá la barrera de los 200 euros. Como ya hemos comentado, será importante que las tiendas de aplicaciones estén plenamente abiertas para que nosotros decidamos qué instalar, sin ningún tipo de restricción.
Para los menos pequeños, pero aún no grandes
Avanzamos la edad y nos plantamos en los años en los que el pequeño ya ha aprendido a leer y escribir, y además realiza operaciones matemáticas sencillas. El interés crece en él para conocer nueva información sobre sus primeras pasiones y hobbies (aviones, coches, música), y por supuesto Internet es una de las principales armas que tendrá para encontrar todos estos datos.
Los primeros pasos en Internet
El acceso a Internet será muy importante en esta y sucesivas etapas. Es esencial enseñarles a buscar correctamente la información y empezar a manejar las aplicaciones avanzadas más básicas, sin olvidar que al fin y al cabo son niños y también deben tener un tiempo que ocupar en la diversión y el ocio.
Un tablet de mayores dimensiones, en torno a las 10 pulgadas, para poder ampliar las posibilidades y la calidad de la experiencia de uso
De los tablets que recomendábamos en la etapa más infantil evolucionaremos hacia dos dispositivos diferentes. En primer lugar un tablet de mayores dimensiones, en torno a las 10 pulgadas, para poder ampliar las posibilidades y la calidad de la experiencia de uso, navegar mejor por Internet y disfrutar de juegos y puzzles en una gran pantalla. Tablets de estos tamaños los hay a partir de 150 euros y hasta lo que quieras gastar, con algunas opciones económicas más sencillas por algo menos.Una alternativa muy interesante es meterse en el mercado portátil con un equipo sencillo para que de los primeros pasos en una plataforma de escritorio. Un ordenador portátil básico con sistema Windows ronda los 300 o 400 euros y servirá para iniciarse en el mundo de la ofimática o las aplicaciones de gestión, sin olvidar que la experiencia del navegador Web es mucho más satisfactoria en un portátil que en un tablet.
Android en un mayor formato o portátiles sencillos
Si nuestra elección es un tablet Android de 10 pulgadas será interesante buscar un dispositivo liviano, con un peso lo suficientemente reducido como para que pueda manejarlo un niño de unos 8 años. Hay muchos modelos que rondan los 600 gramos, con lo que no debería haber problema en satisfacer esta necesidad.
Si pensamos en pulgadas, 8.9 o 10 parecen lo ideal. La resolución debe acompañar a este aumento de tamaño, y si bien no es vital sí será importante para dar el salto desde los pequeños de 7 pulgadas (y generalmente 1280x720 píxeles de resolución) hasta algo más grande. Android 4.1 como mínimo es recomendable, y con estas características nos encontramos los bq Curie 2 o Edison 2 (170 y 200 euros respectivamente) o incluso Samsung Galaxy Tab 2, que aunque vetusto sigue funcionando correctamente aunque, eso sí, ligeramente más caro: en torno a los 250 euros en España. Podemos ir a por un nuevo Nexus 7, una opción a tener en cuenta si por ejemplo se va a compartir el dispositivo entre toda la familia.
También hablábamos de portátiles sencillos y nos marcábamos el límite de 400 euros. Con este coste se pueden encontrar modelos con procesadores AMD A4, Intel Pentium o incluso Core i3 de anteriores generaciones, 4 GB de memoria RAM y Windows 8. La pantalla táctil sería ideal, aunque se nos escaparía ligeramente en precio. Por supuesto no necesitaremos ni grandes resoluciones ni gráficos dedicados, pues la intención en este caso es buscar un uso muy sencillo de lo que puede ser considerado el primer ordenador del pequeño.
Para la adolescencia
Entramos en una época difícil donde muchos pedirán artículos por encima de lo que realmente necesitan. Equipos del más alto diseño o con un rendimiento muy superior al que necesitamos, y cuyo precio es significativamente superior por el mero hecho de añadir ese toque distintivo que no suele afectar al rendimiento o a la experiencia en el día a día. ¿Qué podemos buscar en esta etapa? Veámoslo.
Buscando conocimientos más avanzados
Es cierto que un adolescente conoce ya un buen número de herramientas y programas. Todos saben manejar los aspectos básicos de un Word o un Excel, y tienen perfiles en las redes sociales más comunes. Se mueven rápidamente entre ventanas, muchas de ellas páginas web, y empiezan a sacarle partido a su equipo.
Es posible, incluso que la potencia de su actual ordenador o tablet se quede corto, y es un buen momento para apuntar hacia algo más potente. Si tenían un portátil o tablet de gama baja , hacerse con un ordenador más potente de gama media o incluso alta. Un ordenador de sobremesa ofrecerá el mejor ratio precio/rendimiento, aunque con la desventaja de tenerlo siempre anclado en el hogar.
Podemos inculcarles conocimientos sobre cómo funciona un ordenador, el por qué de cada componente o la importancia de la seguridad en Internet
La adolescencia es buen momento para ir un paso más allá. Poco les podemos enseñar de redes sociales u ofimática -- otro día hablaremos del por qué se enseña Office en los institutos --, aunque sí podemos inculcarles conocimientos sobre cómo funciona un ordenador, el por qué de cada componente, la importancia de la seguridad en Internet o el funcionamiento invisible de Internet. Incluso, si somos duchos en la materia, podemos iniciarles en Linux o enseñarles a programar utilizando herramientas sencillas como Scratch (muy recomendable para niños a partir de los 6-7 años), App Inventor o Google Blockly. Programas sencillos con los que un pequeño adolescente podrá fomentar su creatividad, aprender a pensar y quién sabe si estamos preparándole para ser un genio unos años más tarde.Si buscamos un tablet, la gran pega de estos dispositivos es que su catálogo de aplicaciones está muy limitado y suelen ser programas sencillos y con pocas posibilidades, al menos en comparación con el software disponible para sistemas de escritorio. Una tableta está bien para el ocio y la movilidad, pero en comparación con un ordenador siguen siendo muy limitados, con sistemas que no permiten tantas opciones como los de escritorio. En la adolescencia ya no necesitamos una interfaz sencilla, para niños, si no algo que nos ofrezca una amplia variedad de posibilidades y, a partir de ella, escoger las que mejor se adapten a nuestro pequeño guerrero.
En portátiles de entre las muchas opciones disponibles me gusta especialmente Microsoft Surface y la versión completa 'Pro' x86. Un dispositivo que combina las posibilidades de un tablet con las de un portátil, aunque con la pega de que su tienda de aplicaciones nativa es muy reducida y de una calidad bastante mediocre. No obstante, nos queda el mercado 'clásico' de aplicaciones Windows, descargándolas e instalándolas independientemente a la tienda de Microsoft.
En portátiles clásicos, un equipo de 15 pulgadas de gama media ofrece un rendimiento más que suficiente. Estaríamos hablando de ordenadores de unos 600-700 euros, e incluso podríamos pensar en utilizar SSD que, como sabéis, ofrecen un plus de velocidad extraordinario. Otra posibilidad muy interesante es irse a por un Ultrabook o equipo similar de pasadas generaciones, que a pesar de haberse presentado hace varios meses -- o años -- siguen ofreciendo un rendimiento muy bueno, más que aceptable para esta franja de edad.
Un ordenador de sobremesa sería una excelente opción si buscamos el mayor rendimiento al mínimo precio. No es necesario que nos vayamos a algo muy caro, y por unos 600 euros ya pueden conseguirse buenos escritorios completos (torre, monitor y periféricos). Si además es un sobremesa 'clónico' nos permitirá adentrarle en el mundo del hardware, la instalación y funcionamiento de los sistemas operativos, etc., aunque si no queremos complicarnos podemos acudir a compañías que montan sus equipos y los distribuyen con un pequeño sobrecoste reducido, como por ejemplo Mountain que siempre ha dado resultados muy positivos (por ejemplo en este del Performance i7-Ivy).
Por último, también podemos contemplar otras alternativas más abiertas y pensadas para usar en toda la familia, como podrían ser los todo-en-uno que han sido lanzados con la llegada de Windows 8. Modelos como los Inspiron One pierden la posibilidad de aprender montando, pero ahorran espacio y facilidad de uso.
A comprar componentes y a montar
Decíamos de un sobremesa para aprender, así que podemos ir a nuestra tienda de componentes favorita y ponernos a idear presupuestos. Marquémonos un límite económico, por ejemplo esos 600 euros de los que hablábamos antes, e intentemos encajar las piezas del puzzle.
Con esos precios AMD es una apuesta mucho más interesante que los procesadores Intel, precisamente por su relación calidad/precio. No va a ser un equipo puntero, pero aún así deberemos escoger una tarjeta gráfica sencilla (AMD 7770 o inferior, o algún modelo NVidia de pasada generación) si vamos a jugar a títulos exigentes, aunque quedarse con los gráficos integrados es una buena idea para así ahorrar costes. La memoria RAM servirá con 8 GB (dos módulos de 4), y por último tendremos que añadir caja, almacenamiento (los SSD son muy seductores siempre y cuando no necesitemos una altísima capacidad), fuente de alimentación y periféricos, donde dejo más libertad según las exigencias y requisitos de cada uno. Téngase en cuenta, eso sí, que podemos reutilizar algunas cosas de un equipo antiguo.
Si escogemos un portátil decíamos que iríamos un paso más allá, en caso de ser necesario. Pueden reutilizar un viejo portátil de los papás, o un equipo de segunda mano mejor que el que puede existir en casa.
En caso de ir a por un modelo nuevo acudiríamos a los Intel Core i5 o ciertos AMD A8 o superiores, estos últimos difíciles de encontrar, y tal vez con gráficos dedicados para ofrecer un mayor potencial. El tamaño de 15 pulgadas es ideal no tanto por el tamaño, si no porque suelen ser los equipos más baratos en comparación con otros tamaños. Si encontramos algún portátil de 13 o 17 pulgadas a buen precio puede ser otra opción seductora, por supuesto.
Por último, los SSD pueden ser una muy buena opción ya que mejoran la experiencia de uso muy notablemente, algo que en este rango de edad empieza a buscarse. Son difíciles de encontrar a buenos precios, y de hecho lo más probable es que tengamos que pagar un extra por tener uno de estos. Como siempre, nuestras expectativas en capacidad y el almacenamiento que necesitemos será una cuestión fundamental para decantarse -- o no -- por un SSD.
Para los universitarios
Nuestros pequeños se han hecho grandes y ya van a la universidad. Muchos habrán ahorrado para darse un capricho, pero otros quizá necesiten un pequeño empujón que les permita hacerse con un equipo para los primeros años de carrera (y con un poco de suerte, para toda ella).
En busca de la productividad
Para esta edad nos olvidaríamos de tablets (seguramente ya tengan un smartphone que les permita cumplir con las mismas funciones, pero en una pantalla pequeña) y sobremesas, y sin duda alguna la mejor opción es un ordenador portátil.
De entre todas las posibilidades disponibles me gustan especialmente los portátiles ligeros, pues al fin y al cabo van a estar continuamente moviéndolo de un lado a otro. A pesar de lo que muchos piensen inicialmente, para la universidad raramente se necesita un ordenador potente: ni un informático va a programar el sistema de control de una nave espacial, ni un industrial va a diseñar el cohete, ni un arquitecto va a crear la plataforma de lanzamiento.
No se necesita una gran potencia
Aunque sí es cierto que se necesita una cierta fiabilidad y estabilidad. Me olvidaría de portátiles muy básicos (Intel Pentium, Atom o Core i3; AMD Sempron, A4 o A6) y escogería opciones de gama media-alta (Intel Core i5, AMD A8 o superiores), y dependiendo del perfil con o sin gráficos dedicados. Valoraría la ligereza que ya comentamos antes, así como una alta autonomía (a partir de 5 horas es una buena cifra) para poder trabajar sin conectarlo a la red. Uno de los modelos mejor valorados en esta última característica es el Macbook Air que se comportó excepcionalmente en nuestro análisis, aunque es cierto que su precio es sensiblemente superior a otros modelos Windows.
Los Ultrabooks son equipos muy interesantes al cumplir prácticamente con todas nuestras exigencias, aunque también es cierto que pueden escaparse en precio. Existen muy buenas alternativas sensiblemente más gruesas y algo más pesadas que son bastante más baratas y encajan en un rango alrededor de los 700 euros. Por ejemplo algunos ASUS Vivobook o Zenbook, los Dell Inspiron más económicos (aunque ampliamente configurables) y mucho más. Es cuestión de buscar buenas ofertas, ya que en este mercado suelen existir notables fluctuaciones en los precios y jugosos descuentos puntuales.
Conclusiones
Ya habréis visto que cada edad tiene su dispositivo idóneo. Un tablet para los más pequeños por su facilidad de uso e interfaz, y a medida que van creciendo vamos tomando otras opciones que nos permiten realizar nuevas tareas y ampliar las posibilidades para cada edad.
Por supuesto, y como siempre decimos, la elección dependerá ampliamente del contexto de cada caso. Tendremos que tener en cuenta qué tecnología tenemos en casa, si podemos heredar algún cacharro, y también de nuestros conocimientos. Si por ejemplo en la adolescencia queremos comprar un sobremesa y montarlo por nuestra cuenta para aprender, nosotros necesitaremos saber hacerlo de antemano para poder enseñar. Algo parecido ocurre con un tablet para los más pequeños, donde tendremos que buscar las aplicaciones que mejor se ajusten a nuestro muchachito para cada tramo de edad. Hay muchas disponibles, pero pocas son las mejores.
Imágenes | Flickr de Lucélia Ribeiro, Intel Free Press Flickr de ScratchEdTeam, Flickr de Fort George G. Meade Public Affairs Office, Flickr de David Bleasdale En Xataka | Guía de compras
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