Nos hemos pegado un par de semanas atentos a los tiempos que tardaban los robots en resolver los típicos cubos de Rubik. En apenas unos días vimos que una propuesta rebajaba el tiempo de otra: Sub1 dejaba la marca por debajo del segundo.
Al final se trata de tener una buena forma de reconocer las piezas, y un mejor sistema de accionamiento para ser muy rápido en la ejecución del algoritmo, pero no seremos nosotros quienes le quitemos méritos al asunto. Otra cosa muy distinta es el tamaño que deben tener unos de estos cubos.
Para validar récords deben ser tamaño estándar, con algunos agujeros de más para que los brazos robóticos operen. Sea como sea, son muy pequeñitos para lo que ha estado creando el señor Tony Fisher.
Si para enseñarnos el cubo tiene que utilizar un palé para sacarlo del garaje, es que debe ser muy grande. Tony es un diseñador británico de puzzles al que se lo conoce, entre otras cosas, por crear versiones del invento de Rubik. Lleva así desde 1980, pero nunca le había dado por hacer uno tan grande:
Groovik's Cube es más grande, pero es otra cosa
Cada lado del cubo mide 1,56 metros, pesa casi cien kilos - solo las pegatinas son 13 kilos -, y mantiene el diseño tradicional del cubo húngaro - 3x3 -. Como habéis podido comprobar en el vídeo, es completamente operativo, otra cosa es que haga falta demasiada fuerza para moverlo.
Fisher tenía intención de hacerlo incluso más grande que lo que vemos, pero algunos inconvenientes le hicieron frenar un poco sus expectativas: quería algo que pudiera manipular el mismo.
Existen otros cubos mayores - 7 metros de lado -, como el Groovik's Cube, pero sus elementos no giran al estilo Rubik. Está instalado en el Liberty Science Center de Nueva Jersey, y en el siguiente vídeo podemos conocerlo en una competición:
Más información | Tony Fisher
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