José María Mellado escribió los libros de fotografía de una generación, y ahora se ha pasado al móvil: “No viene a competir, sino a darnos más libertad”

José María Mellado tenía entonces una tarea ingente frente a sí, la de seleccionar unas 400 fotografías para su próxima exposición, Closer. Abrió una carpeta enorme con todas las imágenes mezcladas, las visionó y empezó a cribar su propia obra, una de las tareas más arduas y exigentes para casi cualquier artista. Una vez elegidas, envió las instantáneas al comisario de la muestra, el también fotógrafo y exdirector del Centro Andaluz de Fotografía (CAF), Pablo Juliá, quien, a su vez, escogió las que le parecieron más interesantes. Entre ellas, dos hechas con el móvil.

El hecho fue fortuito, explica Mellado, ya que había hecho esas fotografías con el teléfono para tener referencias del lugar y el encuadre de las instantáneas que luego captaría con su cámara réflex y, sin saber muy bien cómo, acabaron en la carpeta junto a todas las demás. Una casualidad que pronto tomó los tintes de una epifanía: las imágenes de su teléfono tenían la calidad suficiente como para haber pasado la criba de dos fotógrafos profesionales de dilatada trayectoria. Algo estaba cambiando, y él estaba dispuesto a explorarlo.

“Para mí era un reto. Si probaba y descubría que no daba, pues se desechaba, pero ¿y si daba? En aquel momento caí en la cuenta de que el móvil se podía usar como herramienta y empecé a investigar cómo podía sacarle todo el partido, hasta ahora”, explica el fotógrafo almeriense, que desde aquel momento ha exprimido como pocos profesionales de la disciplina el uso del teléfono para su trabajo, hasta tal punto que se ha convertido en uno de los máximos exponentes del uso de este dispositivo para capturar el mundo en instantáneas.

Para algunos, aquel uso del móvil para la fotografía profesional fue una sorpresa, porque hay fotógrafos que consideran que sólo se puede conseguir una instantánea de calidad con una cámara, y más viniendo de alguien como Mellado, autor de varios libros sobre técnicas y métodos para conseguir fotografías de alta calidad.

“Pasaba lo mismo con el digital, todo el mundo decía al principio que ni de coña se iba a acercar al analógico, que no valía para nada, pero resulta que sí. Yo ya estoy haciendo cosas muy serias con el móvil. He estado en Namibia hace poco y tengo bastantes fotos buenas hechas con el teléfono, imágenes que nunca podría haber conseguido sin él porque no tenía la cámara a mano, o porque simplemente el móvil te da la frescura de una impronta rápida”, señala.

Y para demostrar todo el partido fotográfico que se le puede sacar al móvil, Mellado, que considera los smartphones como un regalo para los fotógrafos, no se ha limitado a usar su teléfono para trabajar, también le ha dedicado a este dispositivo dos libros de su serie de fotografía de alta calidad, que publicó en marzo de 2021: ‘Fotografía móvil de alta calidad para Android’ y ‘Fotografía de alta calidad para iPhone’. “Es que es una herramienta muy seria”, destaca.

Una herramienta complementaria

Seria, sí, pero no única, y es que defiende el teléfono como una herramienta más para el fotógrafo, que no sustituye a ninguna otra, sino que las complementa: “El móvil no viene a competir con la cámara, sino a conferir a los fotógrafos una mayor libertad”.

Para Mellado, el teléfono inteligente está ocupando un espacio propio en la fotografía, el del momento o la escena que aparecen apenas unos segundos ante los ojos del fotógrafo, o cuando está muy lejos de su cámara, quizás a la salida del cine, o volviendo del gimnasio, tal vez en mitad de una parranda con amigos, vete a saber. Porque hay fotos que son pura serendipia y ¡ay de ti si no tienes una cámara cerca! Antes, muchas de esas instantáneas únicas se perdían de forma irremediable, pero hoy, gracias a ese inquilino perpetuo de nuestros bolsillos, se quedan con nosotros para siempre.

“El móvil te permite hacer fotos que nunca habrías hecho porque no tenías una cámara a mano, porque el teléfono inteligente ahora lo llevamos encima a todas partes. Pero es cierto que no vale para todo, es decir, no sustituye a la cámara, porque hay cosas que sólo puedes hacer con una cámara. Con el móvil tienes un diafragma fijo, y el software lo hace muy bien, pero, por ejemplo, para hacer un retrato nunca va a ser igual que una cámara con un objetivo 85 mm f/1.2, vamos a ser claros. Simplemente se complementan”, señala.

Fotografía para principiantes

Cuestionado sobre otras ventajas más allá de la versatilidad y la rapidez del móvil, Mellado señala que también permite salvar un importante obstáculo para aquellos que se inician en la disciplina fotográfica: el alto coste de los equipos. Los teléfonos inteligentes, sin ser, en general, baratos -y menos los que tienen buena cámara-, permiten a quienes se sientan atraídos por la fotografía acerarse más fácilmente a ella.

“Yo conozco ya varios casos de personas que han empezado haciendo fotos con el móvil y luego se han comprado su cámara. Si tienes interés por hacer fotos chulas más allá del selfie, en mejorar, el teléfono te puede ayudar a ir educando el ojo e ir tomándole el gusto a la fotografía. Y puedes quedarte ahí o seguir explorando con una cámara”, señala.

Asimismo, considera que es muy positivo que se hagan millones de fotografías todos los días gracias a los móviles, aunque su opinión sobre las plataformas en las que se comparten es otro cantar. Y es que Mellado mantiene una relación de amor-odio con las redes sociales, a las que considera un buen medio de difusión de su trabajo, pero les recrimina que desincentiven la creatividad -”los filtros son una máquina de hacer fotos iguales”- que le destrocen sus imágenes con la compresión que hacen del archivo -”te obligan a eliminar las sutilezas”- o que le fuercen a cambiarlas el formato.

“Algo que me molesta muchísimo de las redes, por ejemplo en Instagram, es que no admite una foto en vertical 2:3, que es el formato habitual de cualquier cámara, lo que te obliga a cortarla. En horizontal, en cambio, sí te deja. ¿Por qué pasa esto? Simplemente porque consideran que una imagen vertical en 2:3 queda fea al hacer scroll”, afirma.

A pesar de ello, admite que, a día de hoy, la mejor red social para difundir el trabajo de un fotógrafo es, precisamente, Instagram: “Flickr ya la usa muy poca gente, y Facebook también está de capa caída. Al final hay que asumir que la más interesante es Instagram, es una realidad, por eso, aunque pese, hay que aceptar y asumir algunos de los inconvenientes que tiene”.

Consejos para fotografiar con el móvil

Para todo aquel que quiera usar su móvil como herramienta fotográfica, ya sea profesional o principiante, Mellado tiene un consejo básico para empezar: capturar las imágenes siempre en formato RAW. Este tipo de archivos no comprimen la fotografía como lo hace el JPG y permite almacenar toda la información de la toma, asegurando una mayor calidad y evitando que la instantánea empeore en posibles ediciones posteriores.

“El RAW en los móviles tenía un problema fundamental, el espacio, pero ya no, porque ahora tienen mucha más capacidad y hay formas gratuitas de almacenar directamente las fotos en la nube. No hay excusa para no usar el RAW, además el JPG de los móviles es muy agresivo, con una compresión y unos contrastes altos para que se vea bonita en el móvil, pero si quieres editarla o ampliarla estás fastidiado. Yo siempre disparo en RAW”, señala.

En cuanto al tipo de móvil, explica que cualquiera los recientes modelos de gama alta es una buena herramienta para la fotografía. “Yo he sido más de iPhone, pero últimamente he comprobado que los marcas como Samsung, Huawei o Xiaomi son también muy buenos. Cualquiera de estos terminales de gama alta te permite llevar en el bolsillo una herramienta muy seria”, asegura.

En lo que se refiere al procesado de las imágenes, explica que hacerlo en el propio móvil o pasar los archivos al ordenador es una opción muy personal, y las dos perfectamente válidas, porque hoy día existen aplicaciones bastante buenas para editar fotos en el teléfono, como Lightroom o Snapseed. Él mismo, admite, ha utilizado estas apps para modificar la imagen directamente y publicarla en redes sociales, aunque señala que si la instantánea la va a usar en una exposición sí prefiere pasarla al PC, porque para retoques avanzados el móvil está más limitado.

¿Calidad técnica o fuerza de la toma?

Mellado hace una defensa del móvil desde la excelencia técnica de la fotografía. Para él, con el teléfono también se pueden conseguir imágenes de alta calidad, nítidas, limpias y con la exposición precisa. Pero, ¿tanto importan los aspectos técnicos cuando tenemos ante nosotros una toma única? ¿No es la versatilidad y la rapidez la mayor virtud de este dispositivo para hacer fotos? ¿No están movidas o con ruido algunas de las mejores instantáneas de la historia?

“Cuando hablo de calidad en la fotografía en mis libros, me refiero al que persigue una toma excelente desde el punto de vista técnico, pero esa calidad no tiene porqué estar en todas las fotos, ni mucho menos. A veces el interés de una foto no es esa calidad, sino lo que has captado o la atmósfera que transmite. Y ahí vale todo: ruido, trepidación, desenfoque… Porque al final de lo que se trata es de transmitir una emoción. Pero eso no quita que sepas hacerla bien. Tú aprende a sacarle el máximo partido a la cámara o el teléfono y, a partir de ahí, úsalo cuando te venga bien. Pero no saques una foto desenfocada o con ruido porque desconozcas cómo hacerla de otra manera”, explica.

De hecho, si bien José María Mellado es uno de los grandes referentes de la fotografía de alta calidad, uno de los aspectos por los que también destacan muchas de sus imágenes es por la fuerza del momento, por la oportunidad de la toma, ya sea porque inmortalizan escenas singulares, espontáneas o pactadas -como en su famosa foto de la pareja bailando en La Habana al atardecer-, o porque capturan atmósferas únicas.

Otro punto clave de su trabajo como fotógrafo es la edición, el revelado digital, con el que el almeriense termina de dotar a sus imágenes del dramatismo que caracteriza su estilo, en particular en los paisajes.

“Para que una fotografía te emocione y te atraiga, necesitas dominar la técnica, para que esa foto final transmita lo que tiene que transmitir. Pero también considero que es fundamental una buena captura y un buen revelado. El revelado no tiene que ser agresivo ni mucho menos, a veces sólo tiene que ser un pequeño ajuste de temperatura o de equilibrado de luces, y en algunos casos requiere, dependiendo del estilo de cada uno, un tratamiento en Photoshop, o no”, explica el fotógrafo.

“En mi caso”, continúa, “mi estilo es conocido porque se basa en un cierto dramatismo en las imágenes, y ese dramatismo se acentúa con la elección de la luz. En estudio eso se hace con la composición de la luz, en exteriores yo lo hago con la elección del momento. A mí una luz baja, oblicua, me interesa mucho más que una luz cenital. Y luego, evidentemente, eso tienes que ajustarlo ya en el tratamiento de la foto. Pero es lo mismo que yo hacía en el laboratorio, es parte del lenguaje personal que tiene cada fotógrafo, de su estilo, lo que le aporta algo único a la imagen”.

Imagen 1 | Fernando Sánchez

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