Las ciencias y la tecnología tienen fama de ser territorios masculinos. Industrias lideradas por hombres donde la presencia de la mujer no tiene tanta relevancia. Verdades a medias. Es cierto que hay más hombres pero el género femenino va en aumento desde la base de la pirámide a los puestos más altos.
Los anglosajones usan el término gender gap para señalar a aquellos sectores donde no existe igualdad de género. Dejando de lado las aproximaciones salomónicas a esta hipótesis (mitad y mitad, paridad absoluta) es cierto que hay un salto tremendo entre el número de hombres y mujeres en el sector. Poco a poco se va estrechando pero, a corto plazo, parece inalcanzable.
¿Por qué hay pocas mujeres en el mundo de la tecnología?
Antes de hablar del estado actual, hagamos un recordatorio de dónde venimos. Hay una alta presencia de hombres en el mundo de la tecnología y la informática, pero en las ciencias de la computación, desde hace muchos años, nos encontramos muchos nombres femeninos. Ellas fueron pioneras también.
Figuras como Ada Lovelace, Edith Clarke y su calculadora gráfica en 1921, Margaret R. Fox que ocupó numerosos puestos de relevancia en institutos informáticos en Estados Unidos, Grace Murray: la inventora del ordenador compilador, Kay McNulty… La lista se alarga con un montón de mujeres que ayudaron a que el mundo de la informática y la tecnología avanzaran.
El trabajo de casi todas ellas data entre principios del siglo XX y un año que supuso un cambio radical en el papel de la mujer en el mundo de la informática y la tecnología: 1984. Tranquilos, no tiene nada que ver con la distopía de George Orwell pero para las mujeres fue el año que cambió la tendencia y su presencia fue disminuyendo.
Hasta los ochenta, el número de mujeres que estudiaban ciencias de la computación fue en aumento en Estados Unidos. Sin embargo, en 1984 empezó a bajar de forma brusca. De un 37,1% de graduadas a mediados de los ochenta, la cifra se derrumbó hasta llegar al 26,7% a finales de los noventa. En 2011, menos del 12% de los graduados en informática eran mujeres.
¿Qué ha producido un cambio tan grande? Resulta difícil de explicar el fenómeno ya que hay muchas variables sobre la mesa. La cultura y los medios de comunicación pudieron ser dos agentes que ayudaran a cambiar esa concepción del mundo de la informática. Veamos este anuncio de Radioshack en 1984. NPR entrevistaba recientemente a varias mujeres hablando de la situación en los ochenta.
No salen mujeres, simplemente dos estereotipos de niños. El típico empollón que utiliza su sofisticado ordenador para hacer los trabajos de clase y también el estudiante atleta, asumiendo en el anuncio que es más corto, jugando a los videojuegos en su flamante ordenador personal.
La publicidad enfatizó en muchos casos la tecnología como un mundo masculino, ya vimos unos cuantos anuncios sobre ello, y la cultura audiovisual también ponía de su parte: películas como Weird Science, Revenge of the nerds o War Games planteaban la tecnología con protagonistas masculinos, aunque también hay excepciones como La red de Sandra Bullock.
Poco a poco se fueron generando los arquetipos del mundo de la tecnología: hombres blancos con gafas, torpes socialmente y enfrascados en sus sesudos manuales técnicos. Este cliché fue mutando pero la mujer, mientras, seguía a la sombra. Ahora sí, saltemos al presente.
El estado actual: contratar sin comprender
Mientras el número de graduadas iba bajando, el uso de la tecnología a pie de calle se iba popularizando. La explosión de internet y la aparición de los smartphones entre otros fenómenos ha hecho que tanto los hombres como las mujeres utilicen casi la tecnología por igual. La usan, pero no se dedican a ello.
En empresas grandes como Apple, Facebook o Google menos de un tercio de la fuerza de trabajo que tienen son mujeres. Poco a poco va cambiando la situación. Tal y como señala Barbara Annis, las empresas están haciendo grandes esfuerzos para atraer el talento femenino pero se están centrando solo en eso. Ficharlas.
Hay que matizar que los datos que dan las empresas sobre el porcentaje de mujeres no siempre especifican si son puestos técnicos o no. Si tenemos en cuenta la relación entre graduadas y mujeres trabajando en tecnología la proporción no es mala: en Estados Unidos el 25% de los puestos técnicos están ocupados por ellas.
De hecho, hace un par de días Satya Nadella dio algunos datos sobre Microsoft: el 29% de su fuerza de trabajo son mujeres mientras que el 17% del personal técnico son del sexo femenino. El nuevo CEO de Redmond también aprovechó para dar datos de salarios y escenificar que no existe una diferencia de salarios por género.
¿Cuál es el problema? Según Barbara Annis que no se está sabiendo integrar a la mujer, asumen que es tan simple como contratarlas:
"Las empresas están haciendo un gran esfuerzo a la hora de contratar mujeres pero menos esfuerzos intentando entender que la cultura en si misma puede no funcionar para ellas[...] (las empresas) caen en ese frenesí por quedar bien hacia los demás con un empuje de la contratación con la asunción de que el tiempo se encargará del resto."
Un buen ejemplo de este paradigma lo encontramos en el concepto de cowboys intelectuales acuñado por Keith Merron. Una actitud muy competitiva donde todo el mundo busca batir al resto usando la inteligencia. Resolviendo problemas más rápido, acusando al resto de hacer fallos y después crear una solución para ellos… Se trata de ser el más inteligente y articular de la forma más rápida posible ideas complejas para ganarse el resto del resto e ir ascendiendo en estos duelos de pistoleros de oficina.
Una ingeniera describe el problema que sufren muchas mujeres en el mundo de la tecnología con lo que ella denomina como “drip-drip-drip-drip”. Es decir, ser postergadas poco a poco a fuerza de ignorar su opinión una y otra vez durante años para hacer que no se sientan valoradas y al final acabar resignando. ¿Es el mundo de la tecnología muy sexista? Si lo comparamos con otros sectores como los bancos o todo lo relacionado con las finanzas se puede decir que, en comparación, es una industria moderna.
Si subimos de escalones y pasamos a la cúspide, la situación no ha sido sencilla. Vemos varias historias de mujeres emprendedoras que en más de una ocasión se han dado de bruces al descubrir que algunos fondos de capital riesgo solo invierten en hombres. En algunos casos a la hora de presentar un proyecto, los fondos de capital riesgos prefieren a un hombre antes que una mujer para exponerlo, pero la situación está revirtiéndose.
Cada vez hay más emprendedoras tecnológicas y cada vez más fondos de inversión apuestan por la idea y no por quién hay detrás. De hecho, algunas ya están amasando auténticas fortunas y demostrando que son poderosas. Hay más mujeres en la cima más allá de Marissa Mayer o Meg Whitman.
¿Hay una diferencia de salarios entre hombres y mujeres?
Un debate muy estrecho al de género en el mundo profesional son los salarios. ¿Cobran más los hombres que las mujeres en el mundo de la tecnología? Varios estudios señalan que no hay diferencias significativas. Hombres y mujeres cobran por igual a lo largo de su vida profesional salvo en el primer año donde si hay una diferencia significativa.
¿Por qué en los doce primeros meses? Por el porcentaje de abandono. Un porcentaje significativo de mujeres abandonan los trabajos categorizados como STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics) a los pocos meses de empezar. Algo que choca si tenemos en cuenta que, por ejemplo, en Estados Unidos el 41% de las graduadas en este compendio de estudios son mujeres.
¿Hay pocas mujeres? Sí, pero los datos concuerdan
Si analizamos los datos que hemos visto a lo largo del artículo vemos que hay una estrecha relación entre el número de licenciadas en ciencias relacionadas con la tecnología y el número de puestos técnicos ocupados por ellas. Es cierto que no existe paridad exacta pero la realidad es que no hay más mujeres interesadas en este tipo de estudios, se están integrando en el mercado, aunque haya casos puntuales de discriminación.
El problema por tanto está en la decisión de estudiar una carrera u otra. Hay circunstancias particulares para ellas pero que son comunes para todas las profesiones: pensemos por ejemplo en la maternidad y ahí, algunas tecnológicas, están haciendo un esfuerzo para dar facilidades a sus empleadas y también para atraer el talento femenino.
Imagen de portada | Women In Tech
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