Siempre me han sorprendido estos juegos. El juguete Etch-A-Sketch, nunca he sabido manejarlo, y ahora veo el más grande del mundo.
Es curioso. Gracias a unas cámaras (y a una especie de pala que tiene cada persona), el público presente en esa sala puede cambiar la dirección de la traza del juguete. Una parte controla el eje horizontal, y la otra, el vertical.
Y lo mejor de todo es el borrado. Para borrar la pizarra, sale en la imagen una aguja que con la agitación de las "palas" del público va subiendo, y cuando alcanza un punto, se borra.
Vía |TechEBlog
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