Llegamos por fin a la tercera parte en esa ardua tarea entre escoger un televisor LCD o un equipo de plasma. En este punto vamos a analizar aspectos quizás menos relevantes a simple vista, pero en algunas ocasiones nos pueden ayudar a discernir entre un modelo LCD o un plasma.
Hablaremos pues del consumo de los televisores, qué modelo es más ecológico, si podemos usarlo como pantalla de ordenador o el ángulo de visión, vital en casos en que el televisor no se encuentre justo enfrente del lugar de visionado o que tengamos diferentes posibilidades de visualización en el salón.
Consumo
Un aspecto cada día más importante y que debería infundirnos más respeto a la hora de escoger nuestros equipos electrónicos es el consumo. Sin embargo, decidir quién es el ganador en este apartado puede traernos muchos dolores de cabeza y discusiones.
El problema viene, como en las otras especificaciones, del hecho de que estamos hablando de dos tecnologías distintas. Así, mientras en el caso de los LCD el panel permanece todo el tiempo iluminado de igual forma cuando tenemos el televisor encendido, los televisores de plasma consumen más o menos energía dependiendo del tipo de imágenes que estén mostrando. Así, cuántos más píxeles estén encendidos, más consumirá.
Dicho de otra forma, el consumo en un LCD es constante, mientras que el del plasma depende. Lo que sí sabemos es que si todos los píxeles del plasma estuvieran iluminados (escenas brillantes y con predominio de luces), su consumo es bastante mayor que el de un LCD en las mismas condiciones. Se suele hablar de una media de un 20-25% de consumo mayor en el caso del plasma.
Sin embargo, un plasma no está contínuamente consumiendo su máximo valor, por lo que de media, podríamos decir que el consumo está más o menos igualado.
Fijarnos en los valores de consumo que da el fabricante no es una buena idea, pues los valores del LCD y el plasma son diferentes y no comparables uno a uno.
Ángulo de visión
De nuevo estamos ante un factor que es mejor comprobar in situ más que por datos de los fabricantes. Cada uno de nosotros, además, seguro que tiene una percepción diferente de lo que es aceptable en la visión lateral de una pantalla.
En la actualidad, los televisores de plasma nos ofrecen una mejor calidad de imagen cuando queremos ver el televisor ligeramente escorados.
Tiempo de respuesta
Como ya comentamos en el anterior punto del especial, este aspecto lo gana el televisor de plasma. Es simple: el fósforo se enciende al instante, mientras que los píxeles del LCD necesitan un tiempo, mínimo, pero existe, de encendido y apagado.
Este aspecto nos afecta principalmente cuando tenemos vídeos de acción o deporte. En esos casos, optar por el plasma o un LCD con tecnología de 100 Hz es lo más sensato. Si vamos a una tienda a verlo allí, podemos pedirle al encargado que nos muestre una escena de acción o deportiva para analizar si el tiempo de respuesta del LCD nos satisface.
Uso como pantalla de ordenador
Además de por las conexiones, donde gana el LCD al disponer normalmente de entrada VGA, a la hora de escoger un televisor para usar como monitor de ordenador, la elección debe ser siempre LCD. Por un lado preferiremos una pantalla pequeña, y ahí no llega el plasma, y por otro lado no podemos olvidar que pese a las mejoras y tecnologías que lo evitan en parte, en los televisores de plasma no es recomendable tener imágenes estáticas mucho tiempo.
De todas formas, este especial trata sobre televisores para usar como tales, no como monitores. Si la conexión de un ordenador va a ser muy esporádica, cualquier tecnología nos valdrá. Solo debemos asegurarnos de que podremos conectar sin problema el ordenador.
Precio
En cuanto al precio, se han igualado mucho en los últimos tiempos, pero el plasma, en tamaños grandes, suele tener un precio más ajustado que el mismo modelo en LCD. Sería ésta la elección si no tuviéramos que tener en cuenta otros muchos factores que hemos ido viendo: