De nada nos sirve tener una tarjeta de alta capacidad donde almacenar los datos si después no tenemos manera de recuperarlos. Es el caso de las tarjetas SD-HC, un estándar bastante reciente y que todavía no está soportado por todos los lectores, especialmente por los que van integrados en el ordenador.
El de Princeton es pequeñito y encima viene con el conector USB protegido, ya que se puede esconder dentro de la carcasa. Soporta tarjetas en formato miniSD, SD, SD-HC, MMC, RS-MMC y RS-MM4.0 y su peso es de 16 gramos.
Vía | AkihabaraNews.