Esta es una de esas noticias que nos pone los pelos como escarpias, y es que podría no faltar mucho para que accedamos a nuestras redes domésticas simplemente encendiendo la luz de la habitación. El profesor Harald Haas, de la Universidad de Edimburgo, acaba de mostrar al público el primer dispositivo LiFi de transmisión de datos.
¿Que es esto del LiFi? Aunque resulte extraño, la transmisión de datos mediante luz o VLC (Visible Light Communications) es una tecnología que lleva investigándose desde hace más de 100 años. El mismísimo Graham Bell ya desarrollo un artefacto llamado Fotófono, con el que consiguió transmitir sonido mediante un rayo de luz.
Los principios del VLC se basan en emitir datos alterando la frecuencia de la luz visible entre los 400 y los 800 Thz. Los datos llegan a un fotoreceptor que es el encargado de interpretarlos. A falta de fotoreceptor específico, la recepción podría improvisarse mediante cualquier ojo electrónico como una webcam o la cámara de un móvil.
Hasta ahora se habían conseguido velocidades de 10 Kbps mediante lámparas fluorescentes, pero la llegada de los LED ha dado un súbito impulso al desarrollo de la tecnología VLC. Los LED son más potentes y pueden manipularse de manera más ágil. Durante la demostración, que tuvo lugar la semana pasada en la conferencia TEDGlobal de Edimburgo, el profesor Haas envió una señal de vídeo a 10 Mbps con una sóla bombilla LED. Haas comentó que está en disposición de aumentar esa velocidad de transmisión hasta los 500Mbps (supuestamente el límite físico de esta tecnología) antes de final de año.
Las redes LiFi tienen no pocas ventajas. La primera es que son completamente inapreciables al ojo humano y libres de toda sospecha de producir enfermedades en los seres vivos más allá de molestar a la hora de echar la siesta. Por otra parte, son una grandiosa alternativa de futuro para el cada vez más saturado espectro de frecuencias. La presencia de luces en prácticamente todos los rincones del mundo civilizado garantizan miles de aplicaciones prácticas muy prometedoras. Basta imaginar coches capaces de comunicarse entre ellos a través de los faros, o alumbrado público que emita conexión a internet.
En el lado negativo, su alcance es muy corto (unos cinco metros) y cualquier objeto que se interponga entre emisor y receptor corta automáticamente la transmisión. Sea como fuere, las LiFi podrían ser ideales para desarrollar routers inalámbricos y su problema con los obstáculos puede ser visto también como una ventaja ya que la señal nunca saldría de la habitación. A lo sumo tendríamos que empezar a acuñar nuevas frases coloquiales como: ‘Quítate de en medio, que me tapas el LiFi’.
A finales del año pasado, la empresa de audio Klipsch ya desarrolló un receptor LiFi comercial para altavoces inalámbricos. El futuro nunca ha tenido tanta luz.
Vía | The New York Times
Foto | James Duncan Davidson (TED)
Más información | Visible Light Communications