El mayor yate residencial del mundo es también un crucero para la élite de multimillonarios: The World

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"Viajar por el mundo sin salir de casa". Suena al eslogan de un canal de documentales, una plataforma como 360cities o incluso, rizando algo más el rizo, un fabricante de televisores 4K. En boca de los responsables del crucero The World la frase es sin embargo una descripción fiel y precisa de sus servicios: los entre 150 y 200 pasajeros que suele llevar a bordo viajan efectivamente sin salir de casa y efectivamente también lo hacen alrededor del mundo, de la Antártida a Hawái, pasando por Asia, África y cualquier punto al que se pueda llegar por mar.

Y lo hacen además de una forma única porque The World no es un crucero convencional, ni siquiera es un barco al uso, con un pasaje y una planificación tradicionales. Sus responsables lo definen como algo similar a una "comunidad internacional de aventureros" a los que les une su pasión por los viajes oceánicos… y el lujo exclusivo. A bordo viajan al fin y al cabo millonarios que han comprado o arrendado una de sus 165 residencias para navegar por el globo. A día de hoy presume de ser "el único megayate residencial en funcionamiento".

La embarcación zarpó por primera vez en marzo de 2002, luce bandera de Bahamas y está pensada para que a su selecto pasaje no le falte de nada mientras viaja de puerto en puerto, buscando destinos exóticos. De entrada los camarotes son —eso es— casas en el sentido más literal de la palabra: cada viajero los adapta a su gusto, igual que lo haría con su mansión, escogiendo mobiliario y decoración. El navío incluye 165 residencias. Todas exclusivas, que no iguales: hay estudios y hay amplios apartamentos de hasta tres habitaciones. "Todas se han vendido, aunque hay un número selecto de residencias para reventa", señala.

Aficionados a los viajes... y los lujos

¿Interesado?

Sus precios oscilan entre 2 y 15 millones de dólares, cantidad a la que deberás sumar unos costes anuales que se calculan en función de las dimensiones de la residencia. La gama es bastante amplia. Hay estudios de alrededor de 30 metros cuadrados y una enorme residencia de tres cuartos y 301 metros cuadrados.

Semejante inversión, claro está, no solo te permitiría disfrutar de tu camarote y el viaje. A bordo The World incorpora todo tipo de lujos: galería de arte, billar, camas balinesas, gimnasio, centro de conferencias, sala de juegas, biblioteca, piscinas, un centro deportivo en el que puedes jugar de forma virtual en los mejores campos de golf del mundo, spa y una zona de restauración con chefs y enólogos. Y todo entre un largo etcétera de servicios e instalaciones, como teatro o club nocturno.

El navío tiene una eslora de 196,35 m, 29,8 de manga y un calado de 7,05. Su tonelaje bruto es de 43.188 toneladas y sus responsables aseguran que es capaz de desplazarse a un máximo de 18,5 nudos. A bordo suelen viajar 280 tripulantes y entre 150 y 200 residentes e invitados. Y si bien —asegura la compañía— pueden pasar en el buque todo el tiempo que deseen, lo normal es que lo hagan entre tres y cuatro meses al año. A la hora de destacar sus virtudes y méritos, la compañía presume de que The World es el mayor yate residencial privado que existe.

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"The World es el yate residencial privado más grande del mundo, en el que sus residentes viajan por el mundo sin salir de casa. Sigue siendo el único megayate residencial en funcionamiento en la actualidad —recalca—. Esta comunidad en el mar ha visitado más de mil puertos de escala en más de 120 países. Con una ruta mundial continua que le permite recorrer el globo cada dos o tres años, el barco es una ciudad flotante, equipada con instalaciones de alta gama y comodidades".

Si llegado a este punto te planteas sumarte a su comunidad e invertir los dos millones de dólares que cuesta uno de sus estudios, quizás acabes de decidirte al saber qué itinerario tiene previsto para 2024. También en eso The World es distinto. La singladura no la decide una agencia u armadora al uso.

Son sus capitanes y residentes quienes deciden, de forma colectiva, el itinerario anual del buque en función de las rutas marítimas e inquietudes del propio pasaje. Cada temporada se planifica con tres años de antelación y se decide por votación. Una vez en marcha, el transatlántico suele parar una media de tres días en cada puerto para que sus viajeros puedan conocer las ciudades en las que recalan.

Durante su primera singladura The World zarpó de Oslo rumbo Lisboa, desde donde prosiguió hacia Venecia para su bautizo. En 2024 el plan inicial contempla tres expediciones y más de un centenar de destinos, incluidos puertos en los que no había recalado antes. “El extraordinario Viaje 2024 sube el listón, incluso para los estándares excepcionales de The World”, destacan en Aboard The World.

Su hoja de ruta impresiona, desde luego: Antártida, Georgia del Sur, Islas Malvinas, Argentina, Uruguay, Brasil —adonde llega a tiempo para el Carnaval—, Tristán da Cunha, Tanzania, Kenia, Sudáfrica… El periplo continúe por el Índico, se adentra en Asia, pasando por Japón, Taiwán o Filipinas, y ya en octubre su objetivo es llegar a Nueva Zelanda antes de poner la popa orientada hacia los paisajes del Pacífico Sur. El año nuevo lo recibirá en Cabo San Lucas.

¿Quién dijo que para viajar había que salir de casa?

Imágenes: Roel Hemkes (Flickr), Bruce Tuten (Flickr), Naitokz (Flickr) y The World (YouTube)

En Xataka: Así es Freedom Ship, el megabarco diseñado para convertirse en una ciudad flotante con 100.000 pasajeros

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