Cuando nos hablan de la saturación firmamento solemos pensar en el fenómeno de la basura espacial e incluso en la creciente industria de los vuelos comerciales, pero hay más. Cada día se lanzan más de 2.000 aerostatos en todo el mundo y, según el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos, unos 1.800 corresponden a globos de sondeo atmosférico.
Estas cifras, acompañadas de la perspectiva de expertos, pueden ayudarnos a comprender mejor el caso de los objetos voladores detectados y derribados en Norteamérica. Según el corresponsal de seguridad nacional de la cadena estadounidense CBS, David Martin, debemos tener presente la “basura del cielo”, algo así como la basura espacial, pero a menor altitud.
El misterio de los globos
La basura del cielo comprende a los objetos voladores que se encuentran dentro de la estratosfera, específicamente a una altitud de entre 8.000 y 40.000 metros del suelo. De acuerdo a Martin, en ese rango podemos encontrar desde globos propiedad del gobierno hasta otros de empresas privadas, institutos e individuos particulares. Por lo general, según el experto, estos son utilizados para tareas científicas.
Como los satélites de Starlink en órbita, el fallido proyecto de Loon de Google es un ejemplo de objetos enviados a la estratosfera por compañías privadas. El gigante de Mountain View lanzó durante varios años una gran cantidad de globos cuyo diámetro promedio cuando estaban operativos era de 12,2 metros, según el fabricante Raven Aerostar. Es decir, eran como edificios de cuatro pisos flotando para suministrar Internet a zonas rurales.
De acuerdo a The Guardian, en el caso de Estados Unidos, la Administración Federal de Aviación (FAA) reconoce que estos objetos pueden presentar riegos para la aviación comercial, por lo que desde hace tiempo, mucho antes de que saliera a la luz el tema del supuesto globo espía chino, regula esta práctica. Si se quiere lanzar un globo se deben cumplir con una serie de requisitos, entre ellos, proporcionar una ruta de vuelo para reducir el riesgo de colisión.
Además, hay altitudes de operación estipuladas para cada tipo de aeronave. Los helicópteros vuelan a unos 4.500 metros de altura, los aviones comerciales a 12.000 metros y los globos por encima de los 20.000 metros. Pero, ¿por qué si esta práctica está presente desde hace tiempo ahora estamos detectando más globos? Según Martin, en coincidencia con lo que publicábamos recientemente, Washington ahora está más atento a lo que está pasando en el cielo.
“En el pasado, EE. UU. simplemente no ha prestado mucha atención a esos globos, pero estos globos chinos cambiaron las reglas del juego”, dice el experto. En concreto, el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) ajustó su sistema de radar para hacerlo más sensible. ¿La consecuencia? Se están encontrando más objetos, razón que podría haber dado lugar a la detección y posterior derribo con misiles Sidewinder de los últimos tres objetos voladores.
Cabe señalar que todos los objetos voladores derribados este mes, a excepción del globo chino, no han sido identificados. La administración de Biden ha sido muy cautelosa a la hora de especificar su naturaleza, aunque algunos astrofísicos creen que podría tratarse de globos. De acuerdo a una supuesta grabación de las comunicaciones del operativo de derribo sobre el lago Huron difundidas por The Drive, el objeto tenía el tamaño de un coche, se movía lentamente y reflejaba la luz.
Imágenes: Raven Aerostar
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