Es normal que EEUU y China encuentren ahora más "OVNIs": estamos mirando mejor el cielo que antes

En lo que llevamos de mes, el Ejército de Estados Unidos ha derribado cuatro objetos aéreos no identificados que sobrevolaban los cielos estadounidenses. Después del último incidente, las Fuerzas Aéreas aún no pueden explicar qué eran exactamente, cómo se mantuvieron en el aire o de dónde procedían. De hecho, un portavoz del Pentágono señaló en una rueda de prensa que ni siquiera se atrevía a descartar que se tratase de objetos de origen extraterrestre. Hay muchas preguntas sin respuesta.

Sin embargo, uno de los motivos más plausibles, según los expertos, se debe a que Estados Unidos reconfiguró sus radares aéreos tras avistar el primer globo (que según EEUU, era de espionaje chino) y, al abrir el filtro, el sistema de detección está descubriendo mucho más objetos voladores que antes. Algo bastante lógico.

¿Qué está pasando? Hace unas horas, un avión de combate derribó un objeto que volaba a gran altura sobre el lago Huron, entre EEUU y Canadá. La razón de dicho derribo fue que presentaba un riesgo para la aviación civil por la altura a la que se encontraba. Los oficiales de defensa lo describieron como una estructura octogonal con hilos colgando, algo bastante extraño. Se trata del último de una serie de incidentes aéreos que comenzaron la semana pasada cuando un presunto globo espía chino atravesó el territorio de EEUU.

Según el Departamento de Estado, ese globo iba equipado con antenas capaces de interceptar señales de comunicaciones y Washington sostiene que formaba parte de un programa de espionaje chino, lo que ha creado tensión entre ambos países. En total, ya van cuatro veces en ocho días que el ejército ha sido llamado a destruir naves misteriosas en el aire.

Los objetos detectados hasta el momento. El primero fue avistado el 28 de enero y rastreado mientras se movía sobre el estado de Montana, en el oeste de EEUU. Como la zona alberga una zona de pruebas nucleares, las autoridades creen que el objeto era un globo de vigilancia chino monitoreando la región. Según las autoridades, tenía más de 60 metros de altura y estaba equipado con múltiples antenas, paneles solares y equipos de vigilancia. El 4 de febrero, el presidente Joe Biden autorizó su derribo.

Sin embargo, el 10 de febrero, las fuerzas estadounidenses derribaron otro objeto frente a la costa del norte de Alaska. Esta vez dijeron que era "del tamaño de un coche pequeño" y viajaba sin ningún sistema de propulsión o control. Al día siguiente, el 11 de febrero, otro "objeto aerotransportado de gran altitud" similar fue derribado sobre el territorio de Yukon en Canadá. Todavía no está claro qué eran estos dos objetos, ya que eran mucho más pequeños que el primero.

¿Por qué ahora? Tras al avistamiento del primer globo, el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte, o NORAD, ajustó su sistema de radar para hacerlo más sensible. Como resultado, la cantidad de objetos que detectó aumentó considerablemente. Es decir, NORAD está detectando más incursiones porque las está buscando. Tal y como explica Rebekah Jones, geógrafa y científica de datos, en esta publicación de Twitter, en la ciencia espacial, se usan técnicas para filtrar el ruido para que se pueda identificar objetos: "Piense en ello como tratar de encontrar una pelota de tenis en la playa usando un escaneo 3D de la playa leído como líneas de texto. Sabes el tamaño de la pelota de tenis, así que tomas todos los datos de la playa y le dices a la computadora que busque un objeto redondo que tenga el tamaño aproximado de una pelota de tenis", explica.

Lo mismo ocurre con la detección de aeronaves. Como conocemos los tamaños que suelen tener y sabemos que se mueven por el espacio, se filtran los objetos pequeños que no son lo suficientemente grandes para ser una aeronave típica y que se ajusten a los parámetros buscados como aviones espía, drones, etc. "Cuando sucedió lo del globo, NORAD redujo la sensibilidad del filtro para permitir el paso de objetos más pequeños. Ahora, estamos recogiendo todo lo que se habían filtrado antes. Volviendo a la analogía de la playa: apagamos el filtro y ahora estamos recogiendo conchas marinas, monedas y anillos perdidos", señala.

Lo complicado es recuperarlos. Como indican las autoridades, los sistemas de radar de EEUU están detectando más objetos a medida que continúa la búsqueda. Sin embargo, la hazaña realmente es recuperar esos objetos, o mejor dicho, los escombros que quedan de ellos. Los equipos de recuperación están usando botes y mini-submarinos para llegar a algunos que están sumergidos en el agua, otros se encuentran en zonas totalmente remotas y congeladas. Se trata de una misión laboriosa y complicada, pero lo que está claro es que se necesitan más datos sobre su origen y, sobre todo, cuál era su propósito.

¿OVNIs? El derribado el viernes era del tamaño de un coche pequeño, el del sábado tenía una forma cilíndrica y el del domingo, octogonal. Las diferencias entre los diferentes objetos voladores ha llamado la atención de las autoridades. Y para aumentar la confusión aún más, un portavoz del Pentágono señalaba en una rueda de prensa que no se descarta nada hasta el momento, ni que se trate de objetos de origen alienígena. 

"Dejaré que la comunidad de inteligencia y contrainteligencia lo averigüen. Yo no he descartado nada en este momento. Seguimos evaluando cada amenaza o amenaza potencial desconocida que se acerca a América del Norte con la intención de identificarla", señalaba el general Glen D. VanHerck, al mando del Comando Norte de la Fuerza Aérea.

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