Este pasado viernes comercios de todo el mundo celebraron el Black Friday, una jóven tradición que abre el período de compras navideñas con sustanciosos descuentos, especialmente en lo que a productos de tecnología de consumo se refiere.
El viernes negro se puso más negro que de costumbre en Yakarta, Indonesia, donde 3.000 personas se congregaron a las puertas de un centro comercial en el que se iban a vender 1.000 Blackberry 9790 a mitad de precio para los primeros 1.000 clientes.
Quedarse sin el teléfono de RIM no gustó a los 2.000 restantes y las rebajas acabaron convertidas en una batalla campal en la que tuvieron que intervenir los antidisturbios. La promoción se saldó con 90 heridos de diversa consideración.
Los delirios del Black Friday no se limitan a Indonesia. En Los Ángeles, una clienta del Wal Mart tomó ejemplo del policía americano que ya se ha convertido en meme y roció con un spray de pimienta a la multitud que la rodeaba. No está claro si esta antidisturbios amateur trataba de hacerse con una oferta concreta o simplemente fue presa del pánico entre la multitud.
Estas son sólo dos anécdotas en una nueva festividad de consumo que lleva camino de salir de su Estados Unidos natal y extenderse a todo el planeta. Aquí en España el Black Friday discurrió con normalidad. Aún son pocos los comercios que lo utilizan como reclamo. Tan sólo se notó una mayor afluencia de gente en grandes cadenas de tecnología como Mediamarkt o en las Apple Store donde si se ofrecieron precios especiales.
El Black Friday se celebra justo el viernes siguiente al día de Acción de Gracias y debe su nombre al denso tráfico que generaba en Philadelphia entre vehículos y peatones.
Vía| Techcrunch
Foto | Press Association
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