Cuando llegó hace unas semanas el PocketSurfer 2 a España teníamos mucha ilusión por probarlo. La idea era atractiva: dispositivo con pantalla grande que prometía acceder a Internet allá donde nos encontráramos sin pagar más que por equipo cuando lo compramos. Un todo incluido en toda regla. El diseño eso sí dejaba mucho que desear, y el acabado y materiales nos ha demostrado que no estábamos equivocados.
Concretando más, en las pruebas que hemos realizado al PocketSurfer 2 el resultado nos ha dejado muy fríos. Tiene algún punto importante, como la compresión que usa para que las páginas carguen relativamente rápido, pero nos hemos encontrado con demasiadas pegas como para aprobarlo.
Sobre la mesa y en teoría nos encontrábamos con un equipo compacto y ligero, que lo es, con pantalla de 5 pulgadas y resolución de 640×240 píxeles. Sin embargo, estas especificaciones no nos valen para nada puesto que no podemos reproducir contenido más allá de las páginas web por las que naveguemos, y hasta las imágenes de calidad de la web las degrada hasta hacerlas ridículas por su afán de comprimir todo en demasía.
Mirando su pantalla, como podemos ver en el vídeo, parece que estamos ante un producto de otra época, y en ese momento, cuando uno apenas quería leer el correo o ver algo de información, nos podía valer. Pero un equipo portátil tan limitado en sus funciones no tiene futuro en la actualidad. El sistema ha sido pensado para navegar y punto, y estamos dentro de una espiral de unir funcionalidades en los menos dispositivos posibles.
¿VoiP? ¿Vídeos de Youtube? No podemos con PocketSurfer 2 porque no hay salida ni entrada de audio y además no puede con los vídeos del popular sistema online.
El teclado, QWERTY completo, es retroiluminado y no hace ruido. Dos buenos puntos, pero cuesta mucho acostumbrarse a escribir con él. Muchísimo nos ha costado a nosotros.
Y si hablamos del tema de comodidad, los controles y accesos no han sido para nada pensados de forma correcta. Las teclas que dan acceso al GPS o al navegador están escondidas a la derecha, con un tamaño ridículo y mezcladas con muchas otras. Y el ratón o touchpad de la parte derecha funciona pero no con demasiada fluidez.
Lo que sí nos gusta del dispositivo es su filosofía todo incluido: lo compras por unos 240 euros y ya llevas incluida la conexión a Internet, eso sí, por GPRS (que suena mal hoy en día aunque el equipo, al igual que hacen las Blackberry, logran buenas velocidades de descarga de datos) y un consumo de 30 horas mensuales durante un año. No te preocupes por ese límite porque PocketSurfer 2 no se puede emplear para nada más. Ni instalar programas ni nuevas funcionalidades, nada de nada.
En definitiva, el PocketSurfer creemos que es un producto con una idea clara, sencillo y que en la parte básica funciona bien (descarga datos bastante rápido) pero que ha llegado en mal momento al mercado, con un hardware muy mejorable y demasiado básico en sus funcionalidades.