Ser capaz de crear una aplicación sin saber programar es una idea muy atractiva. Existen miles de tutoriales para aprender lenguajes de moda como Python, JavaScript o Swift. Quizás, para un proyecto personal puede estar bien, pero si lo que queremos realmente es construir un negocio o sostener el flujo sobre el que trabaja tu empresa necesitas mucho más. Aquí es donde el creciente ecosistema de herramientas No Code y Low Code puede ayudarnos.
Con unas mínimas nociones de programación (y a veces ni eso) podemos construir páginas webs bastante decentes para nuestro negocio, automatizar procesos o crear una app móvil.
Obviamente, estas herramientas no reemplazan en absoluto a los programadores ni tener conocimientos de programación. De hecho, si eres desarrollador de software deberías empezar a manejarlas. En la mayoría de los casos pueden ayudarte a crear ese prototipo rápido o servir de soporte para algo que realmente no tiene recursos y tampoco quieres reinventar la rueda.
El creciente ecosistema de las plataformas "No Code"
La mayoría de estas herramientas “No Code” son plataformas online, por lo que no es necesario instalar nada. Puedes usar estos servicios desde un navegador simplemente. Por lo general, son interfaces visuales con componentes ya creados, así que de una forma muy intuitiva podemos construir flujos de información, presentar datos de forma vistosa o automatizar acciones.
Antes de ponerte a crear nada, ya dispones de un gran número de “recetas” que otros usuarios han hecho previamente. Es decir, flujos o componentes visuales predefinidos, así que tan solo tienes que adaptarlo a tus necesidades.
Hacer complejos sistemas de automatización está al alcance de cualquiera. Ya sea coordinar las transacciones de tu negocio u organízate ciertos eventos en tu vida personal. Sin duda, los servicios No Code que más me entusiasman son los relacionados con la automatización como Zapier, IFTTT o Integromat que te permiten conectar y automatizar prácticamente todo lo que se te ocurra.
Aquí tenéis una imagen con la decena de servicios que puedes conectar entre sí.
Podemos encontrar plataformas "No code" integradas en el negocio de muchas compañías. Probablemente sin ellas sería muy costoso montar una infraestructura similar desde cero. Sin ir muy lejos, muchos de los correos y newsletter que recibimos a diario son enviadas a través de Mailchimp que nos permite crear nuestra audiencia, segmentar las comunicaciones y maquetar un email sin tener conocimiento de frontend.
Sin eso sería muy complicado, requiriendo un servidor SMTP propio, y ya ni os cuento tener que maquetar y cargar una base de datos externa para enviar esos miles o millones emails sin ser bloqueados por spammeadores.
También tenemos otro ejemplo como puede ser Typeform para enviar encuestas a tus clientes, perfectamente segmentadas, para posteriormente exportarlas a un Google SpreadSheet, Airtable o analizarlo en algún servicio de machine Learning, como por ejemplo, Create ML sin apenas conocimientos.
Del mismo modo, esto pasa también con servicios de SMS o Push Notifications que muchas compañías han decidido no desarrollar. Aquí tenemos un montón de servicios como Salesforce, Twilio, SNS de Amazon o Firebase de Google.
El modelo de negocio de estas plataformas se centra en ofrecer servicios cada vez más personalizados. Además, de integrar miles de plataformas de terceros para que puedan comunicarse entre sí. La escala de precio va creciendo según el número de integraciones, velocidad de comunicación o el tipo de soporte.
Estamos muy acostumbrados al concepto de la nube y a la guerra de servicios que existen entre las grandes compañías: Google Cloud, AWS o Azure de Microsoft. Todas ellas aglutinan un gran pastel del mercado. Muy pocos se atreverían a crear una web y alojarla en su propio servidor de la oficina. Pues bien, esto está empezando a ocurrir con estas plataformas.
El auge del Low Code se abre camino entre los desarrolladores también
Dentro del ecosistema, tenemos que hacer una clara diferenciación entre herramientas "No Code" y "Low Code". Tal como explicamos más arriba, por un lado nos encontramos con las herramientas No Code, que sin apenas saber programar podemos hacer cosas bastante vistosas. Simplemente tenemos que guiarnos por sus interfaces visuales y configurar lo que queramos construir.
Las herramientas que llamaríamos Low Code requieren de unos conocimientos mínimos de programación. De hecho, en muchos entornos de programación contamos con esa ayudar cada vez más mágica. En realidad, la no necesidad de programar ciertas acciones es una progresión natural en la industria del software. Ahorrando muchas líneas de código que en la mayoría de los casos son prescindibles.
No es algo nuevo, ya que en la época de los 90 empezaron a surgir algunos intentos. Un excelente artículo en Spectrum IEEE mencionaba algunas de ellas remontándose a esas herramientas CASE o al viejuno framework Microsoft Visual Basic. A día de hoy, existen aplicaciones que reproducen exactamente esa filosofía, salvando las distancias, tenemos a las Power Apps de Microsoft, Oracle Visual Builder o Salesforce Lightning Platform. Y si miramos en el tema de las apps tenemos como Google adquirió Appsheet para construir app móviles de forma intuitiva.
Y no podíamos dejar de mencionar en ese conjunto servicios que más están pegando fuerte a Webflow. Tal como dicen sus creadores, la mejor forma de describir este servicio es como el “photoshop del desarrollo front”. Diseñas lo que van a ver tus usuarios y puedes incorporar flujos e interacciones tan complejas como te atrevas. De hecho, una de las conferencias más interesantes del panorama No Code lo organizan ellos.
¿Por dónde empezar?
Sin duda, el primer paso es probar las herramientas de automatización: Zappier, IFTTT, Microsoft Flow o Integromat tienen cuentas gratuitas con miles de servicios que interconectar. Seguro que algún intento fallido de script para automatizar te puedes ahorrar si usas estas herramientas.
Se pueden crear flujos sencillos que, por ejemplo, consultan el correo y escriban un registro en un pequeño Google Spreadsheet, que envíen un mensaje automático o incluso que añadan esos mensajes a un CMS para posteriormente procesarlos. Hay centenares de servicios que puedes comunicar entre sí como Gmail, Drive, Dropbox, Salesforce, Stripe, el envío de SMS, pushes o crear registros en tablas como Airtable, etc.
Y si lo que queremos hacer implica montar alguna web o aplicación podemos probar con Webflow, Bubble, AppSheet o Microsoft Power Apps. Para montar una tienda online, servicios como Shopify ayuda en todo el ecommerce o Octane AI para un bot virtual. O ideas no tan locas como a partir de un Google Sheets crear una web con Sheet2site.
Existen cada vez más agregadores que aglutinan herramientas para no programadores que puedan interactuar con estos servicios. Uno bastante completo es Nocode.tech. También Codeless How tiene bastantes tutoriales en vídeo donde explican paso a paso cómo crear un conjunto de integraciones.
Por supuesto, las plataformas No Code no están pensadas para reemplazar totalmente a los desarrolladores de software. La evolución de la industria del software y las nuevas herramientas de internet nos han llevado a un ecosistema donde es más fácil que nunca crear aplicaciones e interactuar a través de la tecnología.
Foto Kelly Sikkema
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